México D.F. Lunes 20 de septiembre de 2004
En un informe sugiere etiquetar los alimentos
que tengan manipulación genética
Recomienda la CCA a México que suspenda compra
de maíz transgénico
Estados Unidos y Canadá piden revisión
de las conclusiones; hay contradicciones, dicen
LAURA POY SOLANO
La
Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) de América
del Norte recomendó en su informe final sobre contaminación
genética del maíz mexicano suspender las importaciones de
maíz transgénico, impulsar programas educativos para evitar
que los campesinos utilicen semillas contaminadas y etiquetar los productos
generados por biotecnología destinados al consumo humano.
No obstante, los gobiernos de Canadá y Estados
Unidos solicitaron a la CCA, encargada de realizar un informe "independiente"
sobre los efectos de la contaminación genética del maíz
mexicano, que haga una "revisión apropiada" de las citadas recomendaciones
al concluir que algunas de las observaciones son "contradictorias y carecen
de evidencia científica que las sustente".
Las recomendaciones entregadas en mayo pasado a los gobiernos
de Estados Unidos, México y Canadá, en una versión
preliminar del informe final, establecen que nuestro país debe mantener
la prohibición a las importaciones de maíz transgénico
y evitar que sus campesinos utilicen semillas contaminadas, así
como impulsar su propia evaluación sobre los efectos de la contaminación
genética en las tierras de cultivo, ya que es el centro de origen
del maíz.
A más de dos años de que diversas organizaciones
ambientalistas y campesinas solicitaron, en abril de 2002, que la CCA realizara
un estudio sobre los efectos de la contaminación genética
del maíz mexicano en la salud humana, el medio ambiente y la biodiversidad
con base en el artículo 13 del Acuerdo para la Cooperación
Ambiental para América del Norte, los gobiernos de Canadá
y Estados Unidos consideraron que existen "dudas" respecto del procedimiento
seguido para el estudio y los resultados presentados en las recomendaciones.
Un documento del Ministerio del Medio Ambiente de Canadá,
dirigido a William Kennedy, director ejecutivo de la CCA, afirma que si
bien la evaluación de las implicaciones del uso de maíz transgénico
debe "basarse sólo en la ciencia", reconoce que la falta de "certeza
científica" sobre sus posibles efectos no puede ser utilizada para
"posponer decisiones donde hay riesgo de un daño grave o irreversible"
de las tierras de cultivo.
El gobierno canadiense reconoce que los países
involucrados tienen derecho a asumir sus propias decisiones sobre las medidas
que deberán implementar para proteger el medio ambiente y la biodiversidad,
"tomando en cuenta sus compromisos internacionales y el sistema regulatorio
de cada nación".
Una carta de la Agencia de Protección Ambiental
de Estados Unidos advierte que "el defectuoso procedimiento del informe,
así como la evidente separación entre los hallazgos científicos
del reporte y muchas de las recomendaciones, minan severamente la credibilidad
y el uso final del documento".
Por ello, insiste en que la CCA y los países involucrados
"tienen la responsabilidad de asegurar que el proceso aplicado para realizar
el informe sea transparente, exacto, que se adhiera a altos estándares
profesionales y que las recomendaciones sean verificadas".
El gobierno estadunidense afirma que en algunas conclusiones
del informe existen "claras contradicciones", pues mientras se recomienda
al gobierno mexicano suspender las importaciones de maíz transgénico
e impulsar programas educativos para que los campesinos no utilicen semillas
alteradas genéticamente, "al mismo tiempo se le recomienda que inicie
un programa de difusión entre los campesinos para mostrar los beneficios
y riesgos de este tipo de maíz".
En las conclusiones finales, agrega, el reporte sugiere
que el estudio del maíz esté orientado a las necesidades
y saberes de los campesinos. Sin embargo, "también incluye una recomendación
para que se consideren los potenciales beneficios y riesgos de los pequeños
campesinos, microproductores y grandes consorcios comerciales agrícolas
ante el desarrollo de cultivos de maíz transgénico".
Las recomendaciones presentadas en el informe final señalan
que el maíz genéticamente modificado tiene efectos sobre
la tierra de cultivo, "por lo que su impacto potencial debe ser considerado
tanto en el maíz convencional como en el transgénico", ya
que la presencia de transgenes múltiples "puede tener diversas consecuencias
en una población con características individuales que depende
de la biología de la planta y de su medio ambiente".
Un procedimiento para garantizar la seguridad ambiental,
de acuerdo con estándares internacionales, agrega, "deberá
incluir la probabilidad y las consecuencias de aplicar un nuevo transgén
con otros genes o transgenes, ya presentes en plantas cultivadas o salvajes".
Otra de las recomendaciones incluidas en el documento
final indica que es necesario conocer la información sobre el impacto
y los riesgos que puede generar el maíz transgénico en las
variedades convencionales, "ya que se comprobó que puede transferir
determinados rasgos a la tierra de cultivo, por lo que se debe determinar
en cada caso los posibles efectos negativos causados al medio ambiente".
Por lo que respecta al gen contaminante, una de las recomendaciones
señala que la moratoria sobre el cultivo comercial del maíz
transgénico en México debe ser reforzada, "lo cual podría
ser considerado como una contradicción con las obligaciones pactadas
en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y con
la Organización Mundial de Comercio (OMC)".
Etiquetas: un riesgo comercial
Entre los temas abordados en las conclusiones y propuestas
del informe final sobre la contaminación genética del maíz
mexicano se incluye el uso de etiquetas dirigidas al consumidor para informar
sobre el posible consumo de alimentos transgénicos .
Al respecto, el gobierno canadiense sostiene que el uso
de estas etiquetas "no es una alternativa para solucionar los riesgos a
la salud o la seguridad". No obstante, reconoce que pueden ser una herramienta
adecuada para informar a la población y garantizar el uso correcto
de productos derivados de la biotecnología destinados al consumo
humano y "no para el cultivo".
Canadá advierte que de aplicarse estas medidas
para indicar el proceso de producción de un artículo se correría
el riesgo de que esta herramienta se use "como una medida discriminatoria
que ponga trabas al comercio, lo que violentaría los principios
básicos del TLCAN y la OMC".
Luego de que los países integrantes de la CCA recibieron
la versión preliminar del informe final y comunicaron sus comentarios
al secretario del organismo, la presentación pública de dicho
informe podría llevarse a cabo 60 días después de
su entrega ante el consejo de la CCA, la cual se realizó el pasado
13 de septiembre. No obstante, la decisión final sobre su difusión
corresponde a las autoridades ambientales de los tres países, quienes
decidirán su posible publicación.
|