México D.F. Domingo 19 de septiembre de 2004
Immanuel Wallerstein*
¿Ni temido ni amado?
En agosto de 2004 la agencia en-cuestadora Pew emitió
un sondeo coauspiciado por el Consejo de Re-laciones Exteriores (CFR, por
sus siglas en inglés) sobre las actitudes de los electores estadunidenses
an-te los asuntos mundiales actuales. Descubrieron que existe un índice
inusualmente alto de preocupación por los temas internacionales
(en comparación con los de índole económicos).
Pero lo que es más importante, encontraron una
considerable diferencia de actitudes entre quienes simpatizan con George
W. Bush y quienes apoyan a John Kerry. Específicamente, los adherentes
de Bush son do-blemente tendientes a sentir que Estados Unidos es más
fuerte hoy de lo que fue hace 10 años. Y si les preguntan si Estados
Unidos es menos respetado en el mundo que antes, los simpatizantes del
presidente muestran una tendencia ligeramente menor a pensar así.
Lo que es aún más significativo: sólo 22 por ciento
de ellos considera que el respeto del resto del mundo es un tema importante,
mientras que 56 por ciento de los simpatizantes de Kerry cree que éste
es un problema de gran importancia.
El CFR publicó un comentario sobre la encuesta,
hecho por tres de sus analistas: Lee Feinstein, James M. Lindsay y Max
Boot. Este es el análisis.
Las disparidades que se desprenden del estudio sugieren
algo más profundo que las divisiones en torno a la guerra de Irak.
Los simpatizantes de Bush y los de Kerry están adoptando bandos
en el prolongado debate sobre la relativa importancia del poder "duro"
contra el poder "suave". ¿Cómo será Estados Unidos
un país más seguro y próspero si es temido o si es
amado? ¿Qué es lo que más cuenta? ¿El poderío
militar de Estados Unidos y su disposición a utilizarlo, o es la
reputación estadunidense en el exterior igualmente importante? (http://www.cfr.org./publication.php.id=7259)
Creo que el comentario es correcto, pero evade una cuestión
analítica importante que parece haber escapado de la atención
de los tres analistas del CFR y, probablemente también, de la del
grueso de la población estadunidense.
Supongamos que Estados Unidos no es temido ni amado. ¿Es
esto creíble? Y de ser así, ¿cuáles son las
implicaciones de esta percepción de Estados Unidos para otros pueblos
en lo que se refiere a guerra, a la paz, a las alianzas geopolíticas
y a la imagen de Estados Unidos ante sí mismo para las próximas
décadas?
Analicemos tanto el temor como el amor. Cuando uno habla
de que Estados Unidos es temido, se refiere al temor del imponente equipamiento
que este país po-see, su capacidad tecnológica y el soporte
financiero que refleja. Es muy claro que por ahora, y por algún
tiempo, ningún país pue-de declarar la guerra a Estados Unidos
con la esperanza de ganar. Por esta razón, no veo el menor indicio
de que alguna nación esté pensando en declararle la guerra
a Estados Unidos. Pero el tema a discusión en este momento no es
una guerra entre dos estados, a la antigua.
Lo que está a discusión es si el poder militar
estadunidense es suficiente para mantener el orden en cada rincón
del mundo en el que se estén llevando a cabo actividades que el
gobierno estadunidense desaprueba.
¿Es Estados Unidos capaz de "prevenir" todo aquello
que considera amenazas de regímenes peligrosos, o bien, de actores
no estatales a los que etiqueta de "terroristas"? ¿Le "teme" Irán
a Estados Unidos? ¿Le "teme" Al Qaeda a Estados Unidos?
Por supuesto que Irán y Al Qaeda (que son actores
de tipo muy diferente) saben que Estados Unidos puede, y probablemente
lo hará, llevar a cabo múltiples acciones hostiles contra
ellos. Por cuestiones tácticas, podrían decidir de tiempo
en tiempo que es más prudente no provocar a ese Estado, al que quizá
perciben como un oso agresivo. ¿Significa esto que le temen a Estados
Unidos?
Temerle a Estados Unidos implica hacer cambios en una
estrategia básica, y no en las tácticas interinas porque
de lo contrario serían aplastados por Estados Unidos. ¿Hay
alguna evidencia de que esto sea verdad?
Después de tres años de "guerra contra el
terror" y casi 18 meses de ocupación en Irak, ¿es Estados
Unidos más temido de lo que era antes?
No veo cómo podrían personas razonables,
independientemente de sus posturas políticas, defender este supuesto.
El machismo unilateral militar de Bush sólo ha expuesto los límites
del poder militar de su país, no su eficacia. Estados Unidos enfrenta
una insurrección en Irak que es cada vez más amplia y fiera,
un debilitamiento de su postura política en todo Medio Oriente y
una creciente reticencia de los estadunidenses de seguir pagando el precio
cada vez más alto en vidas y dinero por esta no victoria.
Es más probable que la aventura iraquí termine
con una retirada humillante que con una "democracia" pro Occidental que
se extienda triunfal por Irak y la mayor parte de Oriente Medio.
¿Qué hay sobre la alternativa, sobre el
ser "amado"? Estados Unidos solía ser amado, al menos por la mitad
de la población del mundo. He escuchado demasiados discursos, públicos
y privados, sobre la im-portancia tanto histórica como actual del
papel de Estados Unidos en el mundo. Estos se refieren a la calidad ejemplar
y de defensor de la libertad humana, de Estados Unidos como un país
sin el cual el mundo estaría mucho peor de lo que está.
Sé que las personas que así piensan están
ahí, o lo estaban. ¿Qué ha pasado en los últimos
tres años?, porque para un buen número de estas personas
lo que ha pasado es un reconocimiento público, casi el deseo suplicante
de que el fiasco de Bush no les hubiera revelado a ellos de manera tan
evidente el lado negativo de la política exterior estadunidense.
Estas personas quieren urgentemente que Estados Unidos
muestre nuevamente su otra cara, la que ellos creían conocer. Por
eso muchos de ellos hablan abiertamente de su esperanza de que Kerry gane
las elecciones. Pero al mismo tiempo agregan que las cosas nunca volverán
a ser las mismas. Piensan que Kerry será mejor que Bush, ¿pero
será esto suficiente para transformar la situación mundial
y su visión de la misma? ¿Será Estados Unidos "amado"
de nuevo? Para que esto suceda tendrían que borrarse de la memoria
no sólo la invasión a Irak, sino Abu Ghraib, Guantánamo
y la Ley Patriótica. Las consecuencias de esta última fueron
sentidas en carne propia por muchos amantes extranjeros de Estados Unidos
cuando intentaron tramitar visas o ingresar al país.
Es famoso lo dicho por Mao Zedong, cuando aseveró
que Estados Unidos era un tigre de papel. Quizá se adelantó
a su tiempo. Puede que no haya sido cierto cuando lo dijo. ¿Pero
qué pasará si ahora se está convirtiendo en uno? Las
consecuencias de es-to tanto para el mundo como para Estados Unidos son
completamente inciertas. En términos geopolíticos, podría
estarse creando un vacío momentáneo que todo tipo de jugadores
se apresurarán a llenar con resultados muy inciertos.
Para Estados Unidos la situación puede llevar a
interminables e inútiles discusiones entre los devotos del poder
"duro" y del poder "suave" sobre quién tuvo la culpa, cuando lo
que se necesita en el país es asumir de manera total que, en su
forma de relacionarse con el resto del mundo, ya no está en posición
de dominar ni por el miedo ni por el amor, para bien o para mal.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
* Director del centro de Estudios Fernand Braudel de la Universidad
de Bringhamtom
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