México D.F. Sábado 18 de septiembre de 2004
Gilberto López y Rivas habla de su libro
Autonomía. Democracia y contrainsurgencia
Posibles, las autonomías indígenas ''sin
romper con el Estado''
La lucha del EZLN debe entenderse como una ''avanzada
en la reconstrucción del tejido social''
Represión y demagogia, respuesta del gobierno
a esos esfuerzos, deplora el especialista
CARLOS PAUL
Las autonomías de los pueblos indígenas
''son posibles sin tener que violentar, ni romper con el Estado mexicano
actual", sostiene el investigador Gilberto López y Rivas, autor
del volumen Autonomía. Democracia o contrainsurgencia.
Para el antropólogo y politólogo, las luchas
étnicas en el país a favor de su autonomía -como las
emprendidas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN)- deben entenderse como ''una avanzada en la tarea de la reconstrucción
de todo el tejido social mexicano, pues fundamentan un nuevo horizonte
político para la democracia, es decir, hacen compatible la 'nación
de los pueblos' y la 'nación de ciudadanos'".
Sin embargo, señala López y Rivas, la respuesta
del Estado a esos esfuerzos ''fue y sigue siendo la represión y
la demagogia.
''Hasta hoy han sido las tendencias autoritarias y racistas
de los aparatos del Estado las que se han convertido en el mayor obstáculo
del proceso de democratización y de avance en la constitución
de un Estado-nación pluriétnico.
''Los tres últimos gobiernos mexicanos, incluyendo
el de Vicente Fox, han actuado contra la lucha indígena con una
estrategia de desgaste, de contrainsurgencia, basada en la presencia masiva
del Ejército y la utilización de grupos paramilitares que,
cobijados por las fuerzas armadas y el aparato gubernamental, actúan
de manera impune en las zonas de conflicto."
Política pendular
A
lo largo de la historia, considera Gilberto López y Rivas, ''el
Estado mexicano en su retórica afirma ser pluriétnico y pluricultural,
pero en los hechos resulta monocultural y excluyente.
''Es un Estado que se ha fundamentado sólo en la
concepción de nación de ciudadanos, configurado en función
de los intereses minoritarios de una oligarquía criolla y mestiza
que hegemoniza al país desde la Colonia, al tiempo que excluye el
concepto de nación de pueblos.
''El gobierno -abunda el investigador- ha tenido una política
pendular, entre lo que es el segregacionismo diferencialista de los indígenas
y el asimilacionismo uniformante. Lo que ha hecho, por un lado, es mantener
a las poblaciones indígenas como una fuerza de trabajo barata, sumisa,
sujeta a las manipulaciones políticas electorales -que el PRI aprovechó-
y, por otro, asimilarlos a la nacionalidad mexicana castellanizándolos,
yendo en contra de todas sus manifestaciones religiosas, lingüísticas,
comunales y culturales."
La cúspide de esa política permanente, señala,
''es la reforma salinista del artículo 27 constitucional, donde
al poner la tierra como mercancía, se rompe con la base de reproducción
(el territorio) de los pueblos indígenas''.
Sin embargo, ''las autonomías indígenas
son perfectamente posibles sin tener que violentar, ni romper con el Estado
mexicano actual, se puede hacer compatible la nación de los pueblos
y la nación de ciudadanos", afirma el investigador.
''Los acuerdos de San Andrés están fundamentados
en la no ruptura del orden constitucional. De hecho actúan como
un complemento de lo que sería la perspectiva de la nación
cívica o de ciudadanos.''
Nada de balcanización
''Las autonomías -destaca López y Rivas-
no constituyen un peligro ni para el federalismo, ni para la actual organización
de los estados del país. No provocan una balcanización,
ni una ruptura de la unidad nacional.
''Los acuerdos son muy claros en cuanto ha establecer
autogobiernos y una asociación de municipios, conforme al artículo
115 constitucional.
''El temor de los grupos oligárquicos y de la elite
política para aceptar las autonomía tiene múltiples
bases de sustentación. En lo económico está la idea
neoliberal de las trasnacionales, principalmente estadunidenses de que
no deben existir obstáculos para la extracción de recursos
estratégicos o naturales, llámense agua, petróleo,
bosques, uranio. Ejemplo de ello es el Plan Puebla-Panamá."
En el orden político está ''el hecho de
que los indígenas, hasta 1994, habían sido un reservorio
de todos los fraudes electorales habidos y por haber. Las poblaciones tenían,
generación tras generación, que votar por el PRI o servían
como base de sustentación de los grandes fraudes que reponían
la pérdida de votos en las urbes. Por ello la autonomía es
una amenaza a esa manipulación histórica".
Publicado por Ediciones Era, Autonomía. Democracia
o contrainsurgencia es un libro ''realista y optimista", en el que
López y Rivas aborda las problemáticas que enfrentan los
pueblos indígenas en su lucha por la autonomía, denuncia
con datos y documentos las acciones criminales de grupos paramilitares
en Chiapas e integra la experiencia de desarrollo autonómico de
una comunidad indígena en la delegación de Tlapan.
Todo ello ''como una manera de confirmar que el gobierno
de Vicente Fox ha obstaculizado el desarrollo democrático del país".
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