México D.F. Viernes 10 de septiembre de 2004
Prácticamente perdido el proyecto de
izquierda en la delegación: actores políticos
Crisis política, signo de ocho años de
gobiernos en GAM
Se hizo una mala copia del sistema priísta
Hoy podría concretarse la remoción de Flores
RAUL LLANOS SAMANIEGO
Nueve titulares han dirigido los destinos de la delegación
Gustavo A. Madero en los ocho años recientes. Esta situación
ha derivado en una constante inestabilidad política en la demarcación,
la cual puede resumirse en la toma continua de la sede de gobierno o de
sus diferentes direcciones territoriales; retención de funcionarios;
casos de fraude y corrupción; funcionarios prófugos; elecciones
internas anuladas por robo de urnas; consolidación del clientelismo
y presencia de grupos de presión que se venden al mejor postor.
Pero sobre todo un profundo olvido del grueso de la población
maderense, la cual, junto a la de Iztapalapa, registra los niveles más
altos de marginación en el Distrito Federal.
En síntesis -coinciden en señalar ex jefes
delegacionales, diputados locales y líderes vecinales-: en la delegación
se perdió prácticamente el proyecto de izquierda y "se hizo
una mala copia del viejo sistema priísta", en donde los "depredadores
de la política" llevaron a que esta jurisdicción sea conocida
irónicamente como "Vietgam".
Y hoy se podría escribir otra página de
esa historia, luego de que las fracciones de PRD, PRI, PAN y PVEM en la
Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) confirmen la remoción
de Octavio Flores Millán y designen al décimo delegado en
un lapso de ocho años, cuyo principal reto será superar el
escándalo por el fraude de 31 millones de pesos a la finanzas de
la circunscripción y reactivar la inversión pública,
que a la fecha acumula un subejercicio de 80 por ciento.
Un voto en la ALDF marcó la diferencia
Cuando en 1997 la primera elección constitucional
en el Distrito Federal da el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas,
éste propone como delegado al profesor politécnico y ex asambleísta
René Torres Bejarano, quien al ser sometido al escrutinio de la
ALDF, rechaza la exigencia de la entonces perredista Raquel Sevilla, de
cambiar su voto por la subdelegación administrativa. "Rechacé
entrar en ese juego de complicidades y eso me costó no llegar a
la delegación. Su voto (de Sevilla) marcó la diferencia",
aseguró Torres Bejarano.
La silla, al final, la ocupa Jesús Flores Palafox,
otro académico del IPN, quien no sólo tuvo que enfrentar
las presiones de los grupos priístas, sino de los perredistas. Los
primeros acostumbrados a las corruptelas del equipo de José Parcero
López -actualmente prófugo de la ley-, y los segundos queriendo
sacar la mejor tajada del "pastel", una vez instalados en el poder.
Las presiones para obtener cargos públicos y la
toma
de las oficinas delegacionales en la época de Flores Palafox fueron
tales que "lo mandaron prácticamente infartado al hospital, y de
ahí a su casa. Duró apenas unos meses", asegura un correligionario
cercano. Eso desata aún más la crisis de gobernabilidad.
Entra al quite Jesús Zambrano, quien se pasa más
tiempo controlando a los priístas y perredistas -que tenían
la costumbre de los "apoyos, concesiones y espacios en la nómina"-,
que gobernando la demarcación. De ahí que al meter orden
se multiplican las marchas en su contra, que concluyen con la toma de sus
oficinas. A un año de gestión, salió del cargo para
buscar la gubernatura de Sonora.
El chihuahuense Víctor Quintana Silveyra pasa sin
pena ni gloria, pero en los pocos meses de gestión no estuvo exento
de la repartición de puestos y apoyos a los seguidores del sol azteca,
y de la toma de sus oficinas por Luis Moo y su gente, quien hoy es funcionario
maderense.
Presiones y chantajes de grupos locales
Previo a los comicios de 2000, donde se elegiría
por vez primera a los jefes delegacionales, brotan por doquier los aspirantes
perredistas y se enfrascan en una lucha fratricida que obliga a su partido
a designar un candidato externo: Joel Ortega, quien cede espacios a las
principales corrientes en GAM, aunque recibe críticas, como las
del actual diputado federal Edgar Torres, quien considera que en esa etapa
se marginó al PRD y "se rodeó de puros priístas".
Al igual que sus antecesores, Ortega enfrenta los chantajes
de los grupos de presión y sufre la toma de sus oficinas por el
"Ejército de Dios", otra de las organizaciones invasoras de predios
y "muestra de cómo es posible venderse al mejor postor".
Considerado como el "delfín" de Ortega, llega a
la GAM Octavio Flores Millán, quien en la encuesta interna del PRD
obtiene el nivel más bajo de todo el DF: 9 por ciento. Su relación
con Carlos Ahumada desata el escándalo del fraude de 31 millones
de pesos lo que lo obliga a solicitar una licencia temporal. Lo sustituye
Joaquín Meléndez, quien apenas tomaba las riendas del cargo
cuando "por la fuerza" lo quita Flores Millán, quien días
después abandona el cargo y se da a la fuga.
Actualmente despacha en la cargo Humberto Zurita, que
con fuertes lazos priístas trata de sobrevivir en la Vietgam.
1994-1996
José Parcero López
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1996-1997
José Merino Castrejón
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1996-1997
Jesús Flores Palafox
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1998-1999
Jesús Zambrano Grijalva
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1999-2000
Víctor Quintana Silveyra
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2000-2003
Joel Ortega Cuevas
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2003-2004
Octavio Flores Millán
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2004
Joaquín Meléndez Lira
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2004-?
Humberto Zurita
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