México D.F. Miércoles 8 de septiembre de 2004
Ante la imposibilidad de reponer el montaje,
Noemí Brickman optó por grabarlo
Primer disco en México con la versión
en español de La historia del soldado
La obra de Stravinsky reinterpreta el mito fáustico
mediante música, teatro y danza
ANGEL VARGAS
Encontrar una versión en español de La
historia del soldado, de Igor Stravinsky, resulta una rareza. Pocos
son los montajes que se han hecho en el mundo en este idioma. El más
reciente en México ocurrió hace casi cuatro años y
se debió a la violinista Noemí Brickman, quien realizó
la traducción de esa obra y la produjo.
Luego
de varios intentos infructuosos para reponerla, la intérprete emprendió
el año pasado la aventura de grabarla en disco compacto con el ensamble
Diabolus, y desde hace unos días el álbum está ya
disponible en el mercado bajo el sello nacional Urtext.
El montaje y la grabación de esa partitura del
compositor ruso fueron posibles gracias al apoyo del Fondo Nacional para
la Cultura y las Artes, mediante el otorgamiento de sendas becas.
La virtud del disco, a decir de Brickman, es que se trata
de uno de los escasos registros sonoros que existen en castellano de La
historia del soldado; de hecho, asegura, éste es el primero
que se realiza en el país y uno de los muy pocos que se han producido
en el mundo.
Otro de los valores destacados por la violinista de ese
material es el intrínseco a las cualidades musicales de la obra
y la ejecución realizada por el mencionado ensamble que, por cierto,
fue integrado ex profeso para ambas ocasiones por músicos
de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, a la cual
pertenece también la realizadora.
Mensaje profundo
La historia del soldado cuenta con libreto de F.
Ramuz y fue escrita por Stravinsky durante la Primera Guerra Mundial, en
un contexto de extrema austeridad que propició en el autor una propuesta
que no requiriera de inversión onerosa.
En su versión escénica, la obra se vale
de la música, el teatro y la danza para reinterpretar el mito fáustico,
ya que cuenta cómo un militar es seducido por Satanás para
que intercambie su alma -simbolizada por un violín- por riquezas
y placeres.
Sin embargo, no se trata de una ópera ni un ballet
completos sino que, explica Brickman, ''fue concebida como una obra para
poder ser representada en condiciones de pobreza".
En ella intervienen siete músicos y tres actores,
y una de sus particularidades es que la música desempeña
un papel central y no un mero acompañamiento de las acciones, como
sucede en la mayoría de las creaciones escénicas. Inclusive
los músicos deben actuar.
Si bien la violinista acepta que son varios los aspectos
que pierde esta obra de Stravinsky al ser grabada, por estar concebida
de manera integral como montaje escénico, aclara que el compositor
ruso escribió otra versión, una suite, para ser tocada en
concierto.
También destaca que la grabación permite
apreciar detalles que en la puesta en escena podrían no ser advertidos
de manera completa, sobre todo en cuanto al virtuosismo de la música,
la cual tiene momentos emotivos diversos que van de la furia impetuosa
a la alegría festiva y a cierto grado de melancolía.
Se trata, resume Brickman, de una ''historia juguetona
y cómica, muy colorida, pero también muy profunda, cuyo mensaje
sin duda llega a cada uno de nosotros".
Se supone que La historia del soldado ''es antibélica,
aunque eso está implícito. Fue concebida como una obra para
el pobre, porque la austeridad debida a la Primera Guerra mundial obligó
a Stravinsky a crear algo que requiriera pocos recursos para su montaje.
''Por eso no es una ópera ni un ballet, pero con
ella quedó demostrado que con pocos recursos se puede dar mucha
riqueza. La obra busca lograr esa magia, demostrar que la fantasía
es capaz de transformar al mundo."
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