México D.F. Miércoles 8 de septiembre de 2004
El próximo sábado abrirá
Escenarios. Obra gráfica reciente en la galería Juan
Martín
Aún existe una parte salvable de este mundo
tan desastroso: Rojo
El catálogo de esa exposición contiene
un ''poema informativo'' de Alberto Blanco
Se mostrarán 49 obras del artista pertenecientes
a varias series, realizadas de 1999 a la fecha
MERRY MAC MASTERS
Conforme pasa del tiempo, a Vicente Rojo le atrae cada
vez más la posibilidad de ser considerado un ''artista antiguo".
Explica:
''Es una especie de regreso a un pasado que no viví, pero que a
lo mejor me hubiera gustado.
''Me gustaría ser un pintor de antes, de los precursores,
no de los grandes pintores, sino de los que a veces llaman primitivos.
''Cada escuela tiene un grupo de pintores así denominados
-para mí de manera equivocada- porque se trata de personas que preparaban
el terreno para que llegaran los grandes artistas.
''Me gusta mucho el trabajo de esos pintores que son reconocidos,
pero que no tienen el peso, la relevancia que luego su trabajo le dio a
otros artistas."
Pero, al mismo tiempo Rojo no olvida que habita el siglo
XXI, del cual también le atraen ''muchas cosas" como puede ser la
poesía, aunque ''no los horrores que vivimos". Prosigue: ''Hay una
parte todavía salvable de este mundo tan desastroso".
Los volcanes, tema que se apaga
El enlace con épocas anteriores es lo que llama
la atención de Vicente Rojo, como practicar el grabado. Para él
resulta curioso que en un momento de tecnologías avanzadas se sigue
trabajando con técnicas que tienen varios siglos y que, además,
se han mantenido casi iguales.
Es decir, que haya personas que pretenden estar al día,
pero por medio de una disciplina antigua, en donde los ácidos, los
barnices, las ceras son los mismos.
Rojo realizó su primera obra gráfica en
1969, a raíz de una invitación para trabajar en un taller
neoyorquino de litografía.
El sábado 11, a las 12 horas, la Galería
Juan Martín (Dickens 33-B, Polanco) abrirá la exposición
Vicente Rojo. Escenarios. Obra gráfica reciente, compuesta
por 49 piezas, pertenecientes a varias series, hechas a partir de 1999
y hasta esta misma semana, en diferentes talleres de la ciudades de México,
Zacatecas, Aguascalientes y Cuernavaca.
Al mismo tiempo será presentada la carpeta Cuatro
volcanes iluminados, con un poema de Coral Bracho y cuatro grabados
de Rojo.
Cabe mencionar que el catálogo de la muestra, en
vez de incluir un texto de presentación, lleva un poema ''informativo"
de Alberto Blanco, impreso a la manera de una línea en la parte
superior, que se puede leer al mismo tiempo que se ven las diferentes obras.
Piezas mixtas como Dos códices enterrados
(1999), Espejo roto enterrado (2000), Paseo de San Juan: fiesta
mayor (2000) y Tiempo líquido: mayo/septiembre (2000),
de pronto dan pie a su trabajo en torno a los volcanes, mismo que está
por concluirse.
-¿Cómo saber cuándo se finiquita
un tema?
-Porque no se me ocurren más cosas. Tengo un tema,
que no sé muy bien en qué va a consistir, que se va a llamar
Escenarios escritos, que curiosamente viene de un volcán
al que llamé Volcán escrito. De allí voy a
pasar a este nuevo tema o minitema. Los volcanes se apagan, aunque voy
a hacer diez esculturas en bronce que se van a llamar Volcanes despiertos.
Formas sencillas, pero poéticas
Como el volcán es un tema que Vicente Rojo ha trabajado
en los recientes tres años hay sus ''habituales repeticiones, insistencias
y obsesiones".
Pero, al igual que otros trabajos que comienza, sin saber
muy bien cómo van a terminar, es el mismo proceso que más
le llama. Aunque tiene que estar convencido de que el producto final sea
''presentable", le atrae más el camino que lo lleva allí.
El volcán, como casi todo lo de Rojo, viene de
formas geométricas como el triángulo, que luego se convirtió
en pirámide antes de volverse como tal. El pintor recuerda su primera
exposición en la que había una serie de figuras trazadas
esquemáticamente, pero con estructuras, texturas y color:
''Cuando vi la obra advertí que lo que me interesaba
no era tanto el tema, o las figuras humanas, sino la forma en que estaban
estructuradas. A partir de allí fue que esas formas se fueron poco
a poco significando y reduciendo -si así se puede decir-, o enriqueciéndose
con las formas geométricas básicas."
Y aun le parecen excepcionales: ''Aunque mi obra se engloba
dentro de lo que puede considerarse pintura abstracta, son formas muy concretas
con las que convivimos todos los días. Sin la forma geométrica
no existiría ni una mesa ni un coche ni una cama ni un lápiz.
''Para mí son formas sencillas, pero emotivas,
hasta diría poéticas, puesto que están en la base
de todo lo que hacemos."
Inclusive su interés por lo prehispánico
deriva del hecho que, a su modo de ver, ese mundo también se basa
en formas geométricas, no sólo en la arquitectura, sino que
la misma escultura cuyas formas son muy concretas.
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