México D.F. Miércoles 8 de septiembre de 2004
Rechazo a regasificadora
Tomaron activistas de Greenpeace islas Coronado
JORGE ALBERTO CORNEJO Y ANTONIO HERAS CORRESPONSALES
De todos los proyectos para establecer plantas regasificadoras de Gas Natural en Baja California, el que pretende llevar a cabo la trasnacional Chevron-Texaco frente a las costas de la entidad, en islas Coronado, es la que enfrenta mayor oposición, como quedó de manifiesto ayer con la toma simbólica que activistas de Greenpeace hicieron de esas islas.
La presencia de miembros de esa organización ambientalista representa la cuarta visita a las islas en protesta a las pretensiones de la empresa: primero, residentes de Playas de Tijuana acudieron al lugar, luego lo hizo Cuauhtémoc Cárdenas y recientemente, durante la campaña a la presidencia municipal, el hoy alcalde electo Jorge Hank Rhon.
El presidente del Consejo para la Prevención de Desastres y Terrorismo de San Diego, California, Julio Sesma, advirtió que de ser autorizadas las plantas tan cerca los núcleos urbanos, "el peligro de accidentes y pérdidas humanas es demasiado grande".
La trasnacional pretende construir una terminal marina de gas natural mediante una concesión por 30 años, a unos 13 kilómetros de la costa en el cual utilizará las islas Coronado como rompeolas natural.
Según la empresa, el objetivo principal será abastecer del energético la región occidental de Estados Unidos, transportando gas natural licuado desde Australia hasta la terminal en Baja California utilizando buques tanque.
Falacia, la creación de empleos
Según el proyecto, entre sus beneficios destacan la creación de más de mil empleos durante la construcción y una gran derrama y creación de empleos indirectos; no obstante, Greenpeace aseguró que concluida la construcción de la terminal marina sólo quedarán entre 30 y 40 empleos permanentes y éstos serán para los técnicos especializados que traerá Chevron-Texaco para operar la planta regasificadora.
Asimismo, la organización ambientalista advirtió que el continuo tráfico de embarcaciones por esa zona, considerada como refugio natural de varias especies, alterará el equilibrio ecológico y que por su relativa cercanía con el puerto de San Diego, California, sería un posible blanco de ataques terroristas.
Por todo eso, Greenpeace acudirá a tribunales internacionales para impedir que continúe la construcción de plantas de almacenamiento y en particular recurrirá al apartado ecológico del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
El director ejecutivo del apartado México de Greenpeace, Alejandro Calvillo Unna, informó que se enviará un exhorto al Congreso de la Unión para que toda las islas mexicanas sean declaradas reserva de la biosfera por la riqueza de su flora y fauna, además de lo que representan sus recursos marinos y terrestres.
De esta manera se preservaría el medio ambiente de zonas que se encuentran bajo amenaza de un impacto negativo ambiental por la construcción de regasificadoras con la autorización del gobierno mexicano.
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