México D.F. Sábado 4 de septiembre de 2004
No me estoy abrogando el esfuerzo de todos los mexicanos, afirmó
Nos gusta hablar con verdad y entrarle a los problemas: Fox ante sindicalistas
ROSA ELVIRA VARGAS
Inmerso en el discurso conciliador que propuso durante su cuarto Informe de gobierno ante el Poder Legislativo, el presidente Vicente Fox aseguró que en México "hemos dejado a un lado'' en los procesos de diálogo nacional a los congresos locales y el federal, los cuales representan a la nación y son enviados por el voto ciudadano precisamente para dialogar, hacer leyes y tomar acuerdos. Porque ese diálogo, destacó, debe tener objetivo y saber en qué lo quiere utilizar quien lo pide.
"Entonces, aquí la pregunta debe ser: diálogo sí. Todos lo queremos, todos lo pedimos, pero para qué, con qué voluntad vamos a participar en esas mesas del diálogo, con qué prioridades vamos a hacer nuestras aportaciones y nuestras propuestas, pensando en quién, si es pensando en manera individual, en manera grupal, en manera partidista, en manera sectorial, o vamos a pensar en México y lo que sea bueno para todos los mexicanos''.
De ese modo, el mandatario mostró su convicción de que en México siempre ha existido el diálogo, y particularmente desde 1995 a la fecha, después de la que llamó la última "gran crisis", y que merced a ese mecanismo el país ha podido vivir en armonía, sin violencia, sin rupturas y avanzar con muy importantes logros.
Claro, aseguró que él no se está "abrogando" (quiso decir arrogando) méritos y esfuerzos en ese logro, porque en realidad corresponde a la acción de todos los mexicanos por medio de los sindicatos, los "otros gobiernos" y los partidos políticos.
E insistió: "no me estoy abrogando para nada ese esfuerzo y esa tarea de todos los mexicanos''.
Frente a los dirigentes del Congreso del Trabajo, con quienes se reunió ayer por la mañana, Fox Quesada dijo que la realidad debe verse y medirse objetivamente: los mexicanos han logrado mucho en estos nueve años de estabilidad, de paz social, de tener rumbo y de trabajar consistentemente en una sola dirección.
Ello ha sido posible, recalcó, por el diálogo, la armonía, el respeto mutuo y un gran sentido de responsabilidad con México.
Enseguida dijo que hablaría del diálogo, porque es una idea "prevalente" en el país, y aseguró que su gobierno ha hecho un gran esfuerzo por integrar a toda la sociedad y a los actores políticos, "a lugares donde se dé este diálogo''.
Como ha hecho en otras ocasiones, recurrió al ejemplo del Acuerdo Nacional para el Campo -del que debió admitir que "se discute si faltan algunas cosas por hacer"-, de la Convención Nacional Hacendaria -donde también asumió que "sólo quedan cuatro puntos pendientes"-, del diálogo de los factores de la producción. En fin, de que tales ejercicios dan muestra de que México es un país que dialoga.
Eso mismo se hace con los líderes obreros, añadió el mandatario, hablar con seriedad, "porque aquí nadie viene a darle capotazo al otro", todos traen una verdadera representación y de ello deben sentirse satisfechos los trabajadores.
A su vez, entregó su compromiso: "quiero decirle al Congreso del Trabajo y a sus representantes que nos gusta hablar con verdad, que nos gusta entrarle a los problemas, nos gusta también señalar en dónde están las debilidades y hacer nuestra aportación en la medida de lo posible. Porque el compromiso es claro, tenemos, los que estamos aquí, que aportar para generar más empleos, faltan muchos, pero muchos empleos en el país''.
También dijo estar consciente de que el salario actual no es suficiente.
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