México D.F. Jueves 2 de septiembre de 2004
El Fondo de Cultura Económica, principal cliente de IEPSA
Olores a papel y tinta y mucho ruido en la maquila de libros
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
A las 8:30 de la mañana todos están en sus lugares. Algunos en las rotativas, otros en el área de encuadernado, varios más en las oficinas; hay quienes colocan las máquinas en el punto exacto para cubrir los libros de plástico o dan los últimos toques para empaquetar los textos, enviarlos a los respectivos clientes y de ahí a las librerías, escuelas o dependencias.
El ruido de las máquinas taladra los oídos en la Imprenta y Encuadernadora Progreso, SA (IEPSA), que desde hace 20 años maquila los libros del Fondo de Cultura Económica (FCE). En cada sección hay un olor particular, a veces a papel, otras a tinta, a los químicos que se utilizan en el revelado de negativos, a plástico.
El ruido, como los olores, cambia de intensidad conforme se avanza en el recorrido.
La empresa fue fundada hace seis décadas, pero como dos entidades separadas: Impresora Progreso y Ediciones Olimpia, que fueron fusionadas y tomaron el nombre que lleva hasta la fecha.
Hace 20 años fue adquirida por el FCE, explica Gustavo Guerrero, director de esa paraestatal.
Tiene entre sus clientes al Instituto Politécnico Nacional, la Procuraduría General de la República, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, El Colegio de México, el Instituto Mora, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la Secretaría de Educación Pública.
El Fondo de Cultura Económica es su cliente principal y representa 25 por ciento de la facturación de IEPSA. Al año ese rubro en promedio es de 150 millones de pesos, de acuerdo con Guerrero, con dos años al frente de esta compañía.
El número de ejemplares producidos al año alcanza de 10 a 12 millones. La labor no se limita a la impresión de libros, sino también carteles, folletos, trípticos y revistas.
Modernización y capacitación
Los dos principales retos de IEPSA son la modernización de la maquinaria y la capacitación del personal, que en total son unos 150 trabajadores, 115 de ellos en el proceso de producción de libros y el resto administrativos.
Como parte de la modernización IEPSA contará a partir de noviembre con una nueva rotativa, con inversión de 3 millones de euros, además de una segunda máquina de forrado para antes de finalizar este 2004.
La planta productora, dividida en impresión y encuadernación con varias divisiones en cada una de ellas, se encuentra en la planta baja de la calle San Lorenzo 244, cerca de la calzada Ermita Iztapalapa.
En la planta alta están las oficinas y las máquinas menos pesadas para evitar daños en la estructura del inmueble. En el sótano se encuentra todo el papel de desecho, listo para ser reciclado.
La jornada laboral se divide en dos turnos: de 7 de la mañana a 3 de la tarde y de 15 horas a 10 de la noche, aunque en ocasiones, si la demanda de trabajo lo requiere, estos se amplían a 12 horas cada uno de lunes a sábado.
Los hombres se adueñan de los trabajos más pesados como son la rotativa, la prensa plana y la guillotina; las mujeres, en cambio, son propietarias de las labores que requieren mayor delicadeza como por ejemplo el detallado de libros, el encuadernado y el engrapado.
Ambos géneros se juntan, pero no se revuelven, en otras áreas como el empastado y la envoltura de los libros en plástico.
Casi no hablan. ƑPara qué? El ruido es demasiado.
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