México D.F. Miércoles 1 de septiembre de 2004
Liberar de los republicanos a la ciudad, entre
los "objetivos" de la jornada
Cientos de arrestos en Nueva York al continuar las
protestas contra Bush
La policía anula el derecho a la libre asociación
y somete a activistas "desobedientes"
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York, 31 de agosto. Con actos de desobediencia
civil en varios puntos de la ciudad que culminaron en cientos de arrestos
esta noche, continuó por tercer día consecutivo la fiesta
de protesta contra la Convención Nacional Republicana en Nueva York.
Miles de manifestantes divididos en diversas grupos que
durante el día realizaron protestas contra empresas acusadas de
"lucrar" con la guerra en Irak y medios conservadores, y que buscaron acercarse
por varios puntos a la sede de la convención en el Madison Square
Garden, lograron congelar varias avenidas en el centro de Manhattan durante
la tarde y noche.
Esta jornada, designada "día de acción A31"
(por la fecha) por los activistas, fue dedicado a la "acción directa"
no violenta. Los volantes en los que se invitaba a todos a estas acciones
anunciaban que la meta era "transformar las calles de la ciudad de Nueva
York; la ciudad será liberada de los republicanos" y el objetivo
"enfrentar las políticas injustas del gobierno de (el presidente
George W.) Bush aquí y en el extranjero".
Delegados
del partido tuvieron que escuchar consignas como: "republicanos, regresen
a sus casas" y "arresten a George Bush" cuando salían de sus hoteles
y reuniones para acudir a Madison Square Garden al pasar por calles llenas
de activistas detrás de líneas policiacas con equipo antimotines.
A lo largo del día, los delegados fueron enfrentados por manifestantes,
empezando con un desayuno para los delegados de Texas patrocinado por la
empresa Halliburton, ocasión en la que cientos de activistas arrojaron
billetes de dólares falsos con la imagen de Bush al acusar a la
empresa de lucrar con las guerras. Unos mil activistas se presentaron frente
a las oficinas de Fox News, el canal de noticias, acusándolo de
mentir y ser agencia de propaganda del gobierno de Bush.
Los manifestantes también se presentaron frente
a las sedes de varias empresas más en Nueva York vinculadas a la
guerra y este gobierno, y frente a hoteles de algunas delegaciones estatales,
lo que obligó a la policía a imponer mayores medidas de seguridad
en los alrededores del Madison Square Garden.
En varias instancias quedaron anulados los derechos de
libre asociación y libre tránsito cuando la policía
decidió realizar arrestos masivos en varias concentraciones. Según
observadores, la policía actuó ilegalmente en varias ocasiones.
No es ilegal caminar por la acera diciendo opiniones políticas en
este país, afirmó la Unión de Libertades Civiles de
Nueva York. Cientos de arrestos fueron realizados, algunos sin advertencia
previa como es debido en estos casos, y otros por decisión de los
propios activistas de desobedecer órdenes para detener sus marchas
o al invadir una calle.
Un grupo de unas 500 personas, que inició una procesión
solemne y silenciosa desde la zona cero hacia la convención, con
gente vestida de blanco y varios portando los nombres de civiles y soldados
muertos en Irak y Afganistán, fue detenido al inicio por la policía,
que arrestó a 200 manifestantes antes de permitir que continuara
la protesta.
Cuando marchaban por Broadway y llegaban a la calle 28,
la policía informó que no permitiría que avanzara
más, y en ese momento unos 40 activistas ingresaron a la mitad de
la avenida y se "murieron" acostándose sobre el pavimento, acto
simbólico de protesta por las muertos en esta guerra. La policía
estableció control de la zona, expulsó a todo observador
y hasta a periodistas acreditados, y arrestó a los "desobedientes".
Un coro de activistas dio lectura en voz alta dirigiéndose
a la policía al texto de la primera enmienda de la Constitución
que garantiza la libre asociación, el derecho de protesta contra
el gobierno y la libre expresión.
Decenas más fueron arrestados al concentrarse frente
a la biblioteca pública central en la Quinta Avenida, y en el cruce
céntrico de la calle 34 y Broadway, en la llamada Plaza Herald,
y otros puntos de la ciudad a lo largo de la tarde y noche. En casi todos
los casos no hubo actos de violencia por parte de los manifestantes, pero
en varios momentos la policía actuó con fuerza. Claramente
había orden para suprimir cualquier acción antes de que ésta
pudiera culminar en una manifestación mayor o un acto de desobediencia
civil a las afueras de la convención. La policía arrestó
a personas por poner una manta sobre las estatuas de los leones frente
a la biblioteca, por subirse a un árbol o por estorbar el paso en
una banqueta. En el arresto de cien activistas al lado de Unión
Square, un sargento de la policía no podía informar a los
medios de la razón legal, limitándose a señalar que
"seguro fue por algo".
Durante el día, unos cuantos miles se congregaron
en Unión Square, en la zona cero, y varios puntos del centro de
la ciudad, desde donde se despegaban grupos que intentaban realizar acciones
"directas" de protesta. A pesar de la omnipresencia policiaca y noticias
de arrestos, prevaleció el ambiente festivo de esta resistencia,
con gente bailando, recitando poemas, e intercambiando recetas para acciones
de protesta.
Hubo otras manifestaciones de repudio a Bush y su gobierno:
un camión con un anuncio gigante en el cual se leía: "Bush,
estás despedido", daba vueltas por la ciudad, con otro acusando
al presidente de "mentiroso". Unos 200 trabajadores postales se manifestaron
frente al Madison Square Garden contra Bush y la privatización de
servicios públicos. Otros 300 protestaron por la detención
de inmigrantes y la anulación de derechos básicos a causa
de las leyes aprobadas después de los atentados del 11 de septiembre
de 2001.
Durante la tarde y hasta el cierre de esta edición
continuaban llegando informes sobre movimientos de agrupaciones de manifestantes,
de arrestos de más de 500 personas y de expresiones de resistencia.
Los manifestantes podrían no haber logrado "liberar la ciudad de
los republicanos", pero sí afirmar que estas calles no pertenecen
a los partidarios de Bush. Esa fue la consigna repetida todo el día:
"¿de quién son estas calles?, estas calles son nuestras".
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