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México D.F. Miércoles 1 de septiembre de 2004
BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
Espionaje israelí en el Pentágono y guerra contra Irán
EN MEDIO DEL asedio de los marines a Najaf, Martin Sieff, de la agencia Upi, prevenía el 19 de agosto pasado sobre la inminencia de una "guerra total entre EU e Irán". El mismo día del retorno triunfal del gran ayatola Sistani a Najaf y de su acuerdo con el juvenil prelado chiíta Muqtada Sadr para resolver la crisis en esa ciudad, hacían erupción dos noticias: el descubrimiento por la FBI de una red de espionaje israelí en la oficina del Pentágono de Ronald Rumsfeld y la suerte de que el avión militar del vicepresidente Dick Cheney había evitado semanas antes la colisión con un avión privado (The Washington Post, 27 agosto 04).
UN CLAVO MAS en el féretro de los neoconservadores lo constituye la acusación en una corte federal de Chicago contra lord Conrad Blake, dueño de la "corporación Hollinger", propietaria de The Daily Telegraph y The Jerusalem Post del que es directivo Richard Perle, íntimo de Paul Dundes Wolfowitz, poderoso subsecretario del Pentágono. Blake es señalado de haber manejado una "cleptocracia corporativa" al haber sustraído 400 millones de dólares (šuf!) para sus dispendios personales (NYT, 31 agosto 04).
SIEFF PUSO EN relieve las inquietantes declaraciones a la televisora Al-Jazeera del ministro de Defensa de Irán, Ali Shamkhani, quien amenazó con no quedarse con los brazos cruzados, como erróneamente esperó Saddam Hussein en marzo de 2003, sino de golpear en primera instancia, en caso de que los militares iraníes hubiesen llegado a la conclusión de que EU era serio en destruir la planta nuclear de Bushehr y derrocar a la teocracia iraní. "Las operaciones preventivas no son únicamente el monopolio de los estadunidenses" y no ocultó que los 140 mil soldados estadunidenses en Irak podrían convertirse en "rehenes" de los probables ataques iraníes. Un día antes de las incendiarias declaraciones del ministro de Defensa iraní, el tóxico John Bolton, uno de los operadores de la fraudulenta elección bananera de Florida y subsecretario de Estado para asuntos de no-proliferación, se había lanzado a la yugular del proyecto nuclear iraní ante una audiencia del Hudson Institute en Washington: "No podemos dejar que Irán, uno de los padrinos líderes del terrorismo internacinal, adquiera armas nucleares y los medios para lanzarlas a Europa, a la mayor parte de Asia central y a Medio Oriente o más allá". Es interesante que los aludidos tengan menos inquietudes que las exhibidas por Bolton, en particular Gran Bretaña, Francia y Alemania, que desean un abordaje constructivo y negociador con Irán. En el mismo tenor, el uruguayo-israelí-estadunidense, Charles Krauthammer, uno de los portavoces preferidos de los neoconservadores straussianos, advertía en su columna del The Washington Post (23 julio 04) que no existía otra opción entre un "urgente ataque preventivo" contra Irán o cambiar su régimen teocrático.
LARRY FRANKLIN, EL principal especialista sobre Irán en la oficina de Douglas Feith (protegido de Richard Perle), subsecretario de Planeación del Pentágono, pasó una copia de una directiva presidencial secreta sobre Irán al poderoso cabildero israelí "Comité de Asuntos Públicos Israelo-Estadunindense" (AIPAC, por sus célebres siglas en inglés) que a su vez se la entregó a Naor Gilon, asesor político de la embajada israelí en Washington. Cabe recordar que el cuarteto Wolfowitz-Perle-Feith-Wurmser instigó la invasión a Irak por medio del engaño de la permanente "guerra preventiva" y, al parecer, deseaba repetir la misma receta a Irán (CBS, 27 agosto; The Washington Post y Ha'aretz, 28 agosto; INN World Report, 31 agosto 04). Detrás de Franklin emerge la figura siniestra de Michael Ledeen, tránsfuga del criminal grupo Irán Contras, miembro del influyente American Enterprise Institute (controlado por la dupla Cheney-Rumsfeld y que difunde la "supremacía blanca"), y un obsesionado con la "guerra total", en particular contra Irán (Alter Net, 8 mayo 03).
NATHAN GUTTMAN, MUY lúcido, expresa en el periódico israelí Ha'aretz (30 agosto 04) que "se ha revivido la añeja acusación de que Israel no es aliado sino un país traicionero", mientras Ze'ev Schiff, famoso analista de asuntos militares, refiere el timing de la revelación que tiene que ver con "la campaña electoral en EU" y "la lucha contra el grupo de neoconservadores" y revela que "las relaciones se han enfriado entre la CIA y el Mossad" debido a que "la CIA tiene diferencias de opinión con Israel sobre el conflicto árabe-israelí", entre otros contenciosos sobre filtraciones de la que es acusado el Mossad (Ha'aretz, 29 agosto 04). Debka (28 agosto 04), que no pocos analistas señalan vinculada al Mossad, después de poner en relieve los "vigorosos desmentidos del gobierno del general Sharon y de AIPAC", conjetura que "dependiendo de quién es arrestado y la naturaleza de las acusaciones, la investigación comporta un alto grado de daño a la política del presidente Bush en Medio Oriente y a su principal núcleo de consejeros, ocho semanas antes de encarar su relección"; agrega que las relaciones entre Bush y Sharon, en estos momentos tensas, pueden salir dañadas: "la implicación que se ha planteado, 19 años después del asunto de Jonathan Pollard, es que Israel todavía maneja "topos" para excavar los secretos estadunidenses con el fin de manipular la política de EU para su propio interés en lugar del de Washington. Los medios recordarán que algunos de los militares de los servicios de inteligencia que controlaban a Pollard habían sido aliados de Ariel Sharon cuando fue ministro de Defensa (...) La ruptura entre Bush y Sharon causará gran celebración en Irán" y concluye que la divulgación de la red del espionaje israelí ata de manos a la administración Bush de cualquier intento para detener el proyecto nuclear iraní. Se desprende que Debka da por enterrados a Wolfowitz y a Feith, lo que de paso pondría en jaque al general Sharon.
DESDE WASHINGTON, EL historiador Webster Griffin Tarpley (INN World Report, 29 agosto 04) pretende detectar el real motivo de la exhumación por la FBI del espionaje israelí en el Pentágono: la inminente guerra de EU e Israel contra Irán que pudiera jalar a Rusia en su defensa y desencadenar una tercera guerra mundial. A su juicio, "la investigación de Larry Franklin, funcionario de medio nivel que trabaja para el equipo Wolfowitz-Feith-Luti-Shulsky en el Pentágono, indica que nos aproximamos al punto de inflexión en el camino de una guerra con Irán, y hacia un ataque terrorista sintético (sic) al interior de EU que podría ser utilizado como pretexto para iniciar dicha guerra". Alega que existen "facciones militares" que detestan a los neoconservadores y que no desean tocar el avispero iraní: "el objetivo inmediato sería golpear a Rumsfeld, Wolfowitz, Feith, Bolton, Rice, Abrams y colocarlos a la defensiva con los multimedia y los centros de pensamiento que les aplauden. Mientras la exposición de Franklin es un paso positivo, está lejos de ser decisivo, y los neoconservadores se encuentran aún en una posición que puede desencadenar la guerra en los próximos días o semanas". ƑLa reciente confesión del siempre oportuno Bush de que "se había mal calculado la fase de posguerra en Irak", al no haber previsto el grado de resistencia nacionalista de la nación iraquí, así como la doble filtración de CBS y The Washington Post sobre el espionaje israelí en el Pentágono, descarrilan la guerra programada contra Irán?
ROBERT SCHEER (Los Angeles Times, 31 agosto 04) fustiga a los neoconservadores: "con amigos como éstos, Israel no necesita enemigos". Scheer es muy respetuoso de la democracia israelí, pero no se contiene en denostar a los neoconservadores: "Las acusaciones ponen de manifiesto a los ideólogos del 'cambio de régimen' en el Pentágono, cuyos caprichos han dejado a Israel más vulnerable que en cualquier tiempo reciente".
JUAN COLE, ORIENTALISTA y profesor de historia de la Universidad de Michigan, es muy duro en su página web (31, 30 y 29 agosto 04) contra el cabildero israelí AIPAC, "un pequeño liderazgo fanático" al que acusa de controlar al maniatado Congreso de EU y que seguramente lo protegerá de una seria investigación. Deslinda en su conjunto a la comunidad hebrea de EU, más inclinada, a su juicio, al "Movimiento Paz Ahora" que al AIPAC, y asegura que Franklin se reunió "varias veces" con el consejero israelí Naor Gilon, y penetra el laberinto del espionaje israelí en el Pentágono ("Fomentar la Guerra Contra Irán"), cuyas redes van desde el Irán-Contras, pasando por el invento de la venta de uranio de Níger a Saddam, hasta el gobierno de Berlusconi: "se trata del eco de dos golpes planeados en secreto por la facción pro-Likud en el Departamento de Defensa. Primero, Irak sería invadido por EU, luego Irán. David Wurmser, miembro clave del grupo, deseaba incluir a Siria. Estos intelectuales pro-Likud concluyeron que el 11/9 les daría carta blanca para usar al Pentágono como el regimiento Gurkha de Israel, librando guerras electivas en nombre de Tel Aviv (guerras que la coalición Likud pensaba que sería bonito ver para aumentar la habilidad de Israel para anexarse más territorios y actuar agresivamente, en especial si los hijos de otros morían)".
TODA ESTA SERIE de filtraciones delicadas, a unos días de la Convención del Partido Republicano en Nueva York, puede llevar a un ajuste en la candidatura vicepresidencial y sustituir a Cheney, ya sea por Rudolf Giuliani, la estrella emergente del ala más moderada, ya sea por el senador "centrista" John McCain (Dan Rather, Convention Journal WCBS", 29 agosto 04), lo que pudiera asegurar la relección de Bush, quien ha empezado a desembarazarse de la hipoteca militar de los neoconservadores straussianos que tantos estragos provocaron en el planeta y que dañaron la imagen de EU. Algo muy serio está ocurriendo en la lucha por el poder en el seno del Partido Republicano, lo cual se delata por las garrafales contradicciones de Bush en el lapso de un día sobre las posibilidades de triunfo contra el terrorismo global, y cuyo resultado definirá si EU lanza su nueva guerra contra Irán en las próximas semanas o la detiene a cambio de un nuevo abordaje más equilibrado en Medio Oriente, más inflamado que nunca y cuyas llamas alcanzan hasta Moscú.
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