México D.F. Miércoles 1 de septiembre de 2004
Ante el incumplimiento de promesas lo mejor
es que el Presidente se vaya, afirman
Los cuatro años de gobierno foxista, un desastre,
según intelectuales y artistas
ANGEL VARGAS, CARLOS PAUL, ERICKA MONTAÑO, FABIOLA
PALAPA Y MONICA RODRIGUEZ
Intelectuales y artistas opinan acerca de los primeros
cuatro años del gobierno de Vicente Fox: es un desastre; se trata
de un gobierno muy inculto; de la dictadura perfecta hemos pasado a la
caricatura perfecta; al principio pensamos que el Presidente no era muy
competente, pero que tal vez era honesto. Ahora comprobamos que, efectivamente,
sí es incompetente, pero también deshonesto y mentiroso.
Los personajes consultados por La Jornada respondieron
a dos preguntas: ¿cuál es su opinión de los primeros
cuatro años del gobierno de Fox?, y ¿qué espera de
los siguientes dos años?
He aquí sus respuestas:
Carlos
Monsiváis, escritor: La opinión acerca de estos cuatro
años de gobierno es exactamente la opuesta a la que el Presidente
tiene de ellos. Mi estupefacción va en sentido contrario y mi admiración
se dirige a la comunidad nacional, que los ha soportado. Fin del epitafio:
la candidatura de la señora Marta Sahagún fue invento de
la misma fantasía que rige en los informes presidenciales.Y lo que
espero de estos últimos dos años del sexenio es que éste
termine.
Elena Poniatowska, escritora y periodista: En el
fondo es un gobierno decepcionante: los mexicanos no nos hemos sentido
ni cobijados ni protegidos. Sigo sosteniendo que Vicente Fox es un buen
hombre, pero no es el líder del país que nosotros esperábamos,
y toda esta gran esperanza que hubo a raíz de sacar al PRI del poder
no se cumplió.
Lo
que estamos viendo para los dos años siguientes es un futurismo
aterrador en vista de la situación. Si el Presidente fuera bueno
todos estaríamos deseando que no saliera, que este gobierno no se
acabara, pero todo el mundo está buscando al nuevo presidente. Pensando
en el nuevo presidente, porque este sexenio nos ha defraudado.
No ha habido el cambio prometido, cada vez la gente es
más crítica y puede llegarse a un momento de verdadera rabia
y de estallido social. Todos estamos desolados, el panorama es desolador
y es triste, porque no quisiéramos pertenecer a una generación
perdida.
Carlos
Montemayor, escritor: Lo más sorprendente en los primeros cuatro
años de Vicente Fox es su capacidad para preferir la fantasía
a la realidad. A menudo se dice que el político es un hombre de
acción y los escritores somos hombres de imaginación. Fox
ha demostrado que la fantasía de un político como él
es más irreal y abrumadoramente ficticia que el realismo literario
mexicano. Es posible que los siguientes dos años se vaya pulverizando
su discurso, su fantasía y su propia realidad.
Julieta Fierro, astrónoma:
Hace falta una visión más amplia, de largo plazo, para nuestra
nación. Es imprescindible hacer una reforma integral de la educación
en materia de enseñanza de ciencias y lengua; que involucre la formación
de docentes, nuevos y en activo; reformas en los planes y programas de
estudio; apoyos en todos sentidos al magisterio, con el propósito
de enseñar a los jóvenes a pensar y aprender haciendo énfasis
en la lectoescritura y las matemáticas.
Pienso
que también es fundamental que nuestro gobierno aporte más
recursos a los centros de investigación en todo el país,
porque si no fortalecemos el conocimiento a nivel nacional va a ser muy
difícil que seamos un país que genere riqueza y, si no generamos
bienes, consecuentemente no hay bienes que repartir.
Hay problemas fundamentales, como el del agua, el abasto
de energía y el cambio de clima, que si se destinan más recursos
a la investigación básica en estos rubros tendríamos
un país con menos problemas en el futuro.
Juan
Villoro, escritor: De la dictadura perfecta hemos pasado a la caricatura
perfecta. El vacío de gobierno ha sido ocupado por un carnaval politiquero.
En campaña, Fox tuvo carisma suficiente para verse natural a bordo
de un tractor o de un cebú. Como gobernante no ha tenido estatura
de estadista. Está visiblemente cansado y vive el presente como
si ya formara parte del pasado. Da la impresión de que sólo
piensa en regresar a su rancho. Por desgracia, la clase política
en su conjunto lo acompaña en su deterioro. De los dos años
que le restan a este sexenio espero desgaste, sufrimiento y novedosas maneras
de estimular el sentido del ridículo.
Mario Lavista, compositor: Me parece que estos
cuatro años de gobierno foxista han dejado mucho que desear en cuanto
a política económica, social y cultural. No ha habido interés
por el llamado "gobierno del cambio" en lo concerniente a aspectos que
atañen a la inteligencia, el espíritu, el arte, la educación.
Ha sido bastante descuidado en ese sentido.
No
tengo mayores expectativas para los siguientes dos años de gobierno.
Me parece que lo que hemos visto es una película que seguirá
pasando hasta final de sexenio. No soy particularmente optimista en cuanto
a estos dos años que restan, pues en ese tiempo no pueden cambiarse
las actitudes o el tipo de política que ha seguido hasta ahora el
gobierno de Fox.
También debo decir que, a pesar del desastre, hay
aspectos que resisten, como han sido ciertos programas. En particular me
refiero al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, mediante el cual
se destina ayuda para intérpretes, estudios en el extranjero y jóvenes
creadores. Aunque no dejo de pensar que cada año hay menos dinero
para la cultura; ha sido sistemática la reducción presupuestal
para este rubro.
Lo más significativo del gobierno panista es que
se trata de un gobierno muy inculto. Da la impresión que la cultura
les parece poca cosa y piensan que, por encima de todo, deben prevalecer
las cuestiones económicas.
Juan Bañuelos, poeta: Sinceramente el señor
no hizo nada. Hubo cambio de presidente, pero no hay ninguna transición;
es un gobierno lleno de mentiras. Realmente es un insulto para el país;
los partidos no tomaron su lugar y sólo están esperando parte
de su cuota de poder.
La
última tomada de pelo fueron los diez puntos relacionados con la
seguridad de los ciudadanos. El señor no tiene idea de lo que representa
ser presidente de un país. Estoy muy alarmado, la sociedad civil
debe emprender nuevas acciones y los primeros pasos para no aceptar esto.
Es muy grave la situación de los indígenas.
Además, el señor no tiene vergüenza al buscar que la
gente vaya a Estados Unidos para encontrar trabajo porque en el país
no lo hay. Por tanto, ustedes vayan a servir a mi amo, el señor
Bush, y el campo paga la culpa.
Sus más allegados se le van porque no aceptan estar
con un señor que no lee, que no se informa y no tiene ninguna cultura
política. No habíamos tenido una persona con tanta falta
de sensibilidad política y con una falta de cultura para saber de
historia; estamos ante el patrón de una hacienda.
El país va hacia el desastre y existe una ingobernabilidad
espantosa; los hechos demuestran que ese señor no ha realizado nada.
Necesitamos que la sociedad civil se organice para obligar a que renuncie
este señor. Hay que obligarlo por su falta de capacidad.
El señor Fox es un peligro para la soberanía
del país y una amenaza real para la economía del pueblo mexicano.
El único populismo que se practica en México es el ejercido
por el señor Fox cada día.
El ataque al sistema de pensiones y jubilaciones de los
trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es el inicio
para acabar con la autonomía sindical, la libre asociación,
sin respetar las leyes. No hay ninguna mejora en los servicios de salud.
Irresponsable política en materia económica:
el desempleo es alarmante. Es un mentiroso redomado: dice que los trabajadores
han mejorado 8.5 por ciento su poder adquisitivo. Las tiendas venden más
y tienen un "crecimiento espectacular". ¡Pobre Fox!
En la venta de automóviles, computadoras, teléfonos
celulares, ropa, etcétera, sigue con sus mentiras. ¿Y las
familias que por millares se encuentran en extrema pobreza en todo el país?
Por el bien de México debe irse este señor Fox, o que la
sociedad lo vaya. Pero ya.
Paco Ignacio Taibo II, escritor: ¿Cuál
gobierno? ¿Cuál sexenio?
Margo Glantz, escritora: Me parece que es un desastre
el gobierno, y será peor.
Alejandro
Aura, poeta: Fue una desilusión constante y continua la labor
del Presidente durante los primeros cuatro años. De los dos que
faltan espero que pueda terminarlos sin desbaratar el Estado mexicano.
Fernando del Paso, escritor: El gobierno del cambio
no ha cambiado al país. El país ha cambiado para peor: la
inseguridad ha llegado a límites intolerables y parece que sólo
se tomó este problema suficientemente en serio a partir de la marcha.
Pero ha habido avances positivos. No tenemos una inflación galopante
y la libertad de expresión es más grande que nunca. Incluso
se ha llegado a veces al libertinaje.
Podría
agregar que el patriotismo mexicano es sólo un patriotismo de la
hoja para afuera. El país no le interesa a los miembros del Congreso,
que actúan atenidos sólo a intereses partidistas. Esto ha
constituido un gigantesco estorbo para el presidente Fox y nos ha dañado
a todos.
Lo mejor sería que los próximos dos años
el gobierno permaneciera igual, porque hay suficientes indicios de que
empeorará la situación.
La rebatiña por el poder será cada día
más violenta y cínica por parte de gentuza -casi todos los
precandidatos lo son- movida por intereses individuales. El pueblo mexicano
está harto de la inseguridad, de la corrupción y de la ineficacia.
Lo hemos visto con nuestra triste actuación en los juegos olímpicos:
al gobierno no le interesa invertir ni en la cultura ni en los deportes.
Jesusa Rodríguez, actriz y directora escénica:
El gobierno es un desastre total. Siempre supe que lo único peor
que el PRI era el PAN. Cuando vino el voto útil me pareció
asquerosamente inútil. Por supuesto, yo no voté por Fox y
el balance es peor de lo que nos imaginábamos.
Debemos
terminar con las pretensiones de privatización y de endeudamiento
por parte del gobierno. Vamos a volver a dejar que nos vendan el país
y volver a ver cómo huyen los rateros y los hijos de Marta Sahagún,
los sahagunes y los foxes, y los vamos a ver irse con la lana como ya vimos
a Salinas, a Zedillo y a todos los anteriores. El cambio fue como entre
Coca y Pepsi. O sea, el único cambio es que es igual que el PRI,
pero mochos y ultraderechistas. No veo ningún cambio, la corrupción
es la misma, las prácticas son las mismas, sólo que el priísta
que todos llevamos dentro ahora toma Coca-Cola.
Ilán Semo, investigador y escritor: La tarea
del gobierno de Vicente Fox, luego de las elecciones de 2000, lo hubiese
querido o no, era avanzar principalmente en dos campos que las administraciones
priístas habían vuelto imposibles: uno era la democratización
del país y otro era sacarlo del estancamiento económico,
social y moral en que se encontraba.
En
lo que respecta a la transformación democrática, el gobierno
de Fox la convirtió en una democracia restringida, redujo su representación
a sectores mínimos de la sociedad mexicana, es decir, a una democracia
de elites bastante paralizantes.
No hay duda de que se trata de un gobierno de centro-derecha
que de alguna manera intenta situarse en el mundo de la democracia parlamentaria,
pero hasta ahí. Inclusive esa tarea la ha desvirtuado hasta llegar
a desfigurarla.
Un gobierno como el de Fox, que transforma los instrumentos
del Estado en instituciones persecutorias de sus adversarios políticos,
adquiere un compromiso endeble, débil y vaguísimo con la
formación de una democracia necesaria hoy en día, la cual
debe ser amplia, incluyente y plural.
Su otra tarea era rencontrar las vías de la modernidad
para nuestra sociedad, tarea que el foxismo no sólo ha dejado pendiente,
sino que la ha llenado de minas, trampas y ataduras, lo que inclusive ha
provocado un proceso regresivo.
Creo que el problema central es que es ha sido un gobierno
de corte muy provinciano, pues no sólo ha sido incapaz de entender
lo que es el mundo de la globalización, sino que es incapaz de entender
cuáles son los auténticos resortes y fuerzas sociales de
la economía mexicana. Sus nexos muy, muy estrechos con círculos
de Estados Unidos, con algunos grupos de Wall Street, con el grupo de George
W. Bush, han sofocado de tal manera las relaciones entre México
y ese país que el nuestro no puede capitalizar todo ese cúmulo
de relaciones que tiene con la sociedad estadunidense.
En sus primeros cuatro años el gobierno de Fox
deja pendiente 98 por ciento de las tareas de la transición democrática.
Llega al cuarto año con la incapacidad de movilizar, en cualquier
dirección, a sectores amplios de la sociedad. Es una derecha extraordinariamente
primitiva: ideologizante, temerosa, enclaustrada, sin proyecto nacional,
y ahora asediada por la ultraderecha.
Para los dos años restantes el problema sería
que no lo haga peor, porque sí existen focos rojos que avizoran
momentos que pueden ser explosivos e ingobernables. Uno de ellos podría
ser la parálisis económica. Lo que ha hecho Fox es un salinismo
sin Salinas.
La economía no sólo pasa por una crisis,
sino por un deterioro que ha perdido legitimidad como proyecto y eso se
puede convertir en algo muy peligroso. Fox dice que la macroeconomía
está bien, y eso no es cierto. La devaluación ya es casi
del tamaño de la que tuvo que enfrentar el régimen de Zedillo,
aunque no haya ido acompañada de esos shocks a los que el
PRI nos tenía acostumbrados. La inflación hoy es muchísimo
mayor a 4 por ciento anual. Estamos ante la decadencia de un proyecto económico
y social que se inició a finales de los años ochenta y que
dio todo de sí. No le tocará a Fox hacer el gran viraje hacia
una economía del siglo XXI, capaz de responder a los retos de la
globalidad, pues no cuenta ni con el grupo ni con la visión ni el
arraigo nacional.
Si por algún motivo, político esencialmente,
dictado por la lógica de 2006, el PRI y el PAN vuelven a restaurar
una alianza, como las pactadas por Salinas de Gortari en los años
noventa, el panorama en México se puede poner muy mal.
Luis de Tavira, director teatral: En principio
una de las cuestiones importantes es haber iniciado una transición
que demuestra la posibilidad de prescindir del PRI en el poder. No obstante,
hay que considerar que esa organización es algo más que un
simple partido: es un modo de ser político de los mexicanos, es
un sistema que ha quedado intocado y, en ese sentido, existe una profunda
desilusión, es decir, el cambio no ha sido real.
Respecto
de los primeros cuatro años del gobierno de Vicente Fox habría
que resaltar ciertas promesas y compromisos hechos en su campaña,
escandalosamente incumplidos, como es el problema de los indígenas
en Chiapas. En su momento prometió una solución, se comprometió
con claridad y hasta la fecha eso no se ha cumplido.
Otro ejemplo es la promesa de campaña en el ámbito
de la educación, que tiene que ver con ciertas reformas importantes
para el beneficio social y que quedaron marginadas para insistir y sacrificarlo
todo en favor de las reformas del neoliberalismo.
Creo que este gobierno tampoco ha sido capaz de dejar
claro qué es lo que ha hecho. La imagen que tenemos es la de una
conversión en la que prevalecen los modos del PRI y las tendencias
del sistema neoliberal del salinato.
Respecto de las expectativas para los dos años
que restan de su gobierno, considero que se le está acabando el
tiempo, y eso es muy preocupante porque todo eso puede resultar enormemente
contraproducente. Ante el fracaso de esa gestión se puede provocar
un retorno maléfico del peor PRI, es decir, el PRI de los gángsters,
que ha aparecido consolidado en los últimos comicios, y eso es altamente
preocupante.
En lo que resta de su administración Fox tiene
una oportunidad histórica de reafirmar la instauración del
ejercicio democrático si depone sus actitudes autoritarias en esta
persecución a la oposición, concretamente a la figura de
su principal adversario político, Andrés Manuel López
Obrador.
La cacería de brujas contra la oposición
es enormemente peligrosa y contraproducente. Con eso damos un paso atrás
a los tiempos de la peor dictadura de partido.
Hoy se habla de una economía consolidada, pero
con eso lo que se hace es negar una profunda crisis social y política.
Habría que aceptar que se vive una relativa estabilidad,
pero nada de eso funciona en la complejidad del proyecto nacional si no
se atiende la consolidación de la vida democrática y se define
y resuelve el proyecto social del país, lo que implica una renovación
profunda de las estructuras.
José Ramón Enríquez, dramaturgo
y director de escena: Un hecho fundamental es que se haya podido sacar
al PRI de Los Pinos. Sin embargo, los primeros cuatro años del gobierno
de Vicente Fox han sido, día con día, un derroche absurdo
de la popularidad que tuvo para precisamente sacar al PRI. Como se le vea,
ya sea por omisión o por hacer las cosas mal, Fox ha venido cometiendo
error tras error.
El
PAN llegó al gobierno sin ninguna propuesta cultural y de alguna
manera se siguió la inercia estructural de lo que fue el PRI. Dos
ejemplos de ello son la política exterior de enviar como cónsules
a personas del ámbito cultural y la creación de la megabiblioteca.
Respecto del primero, tal iniciativa es semejante a la
postura priísta de cooptar intelectuales. Sobre la megabiblioteca
-aunque estoy en favor de la creación de infraestructura-, me parece
que ese proyecto no tiene sentido. Es un gasto que no se sabe para dónde
va, pues un país de lectores no necesariamente se instrumenta con
una megabiblioteca.
Para los dos años que restan no se tiene ninguna
expectativa. Lo mejor sería que acabe lo antes posible. Me parece
que esos dos años que quedan nos deberían de servir para
ponernos a trabajar y hacer un análisis serio de lo que queremos
como nación en la cuestión cultural, pues es también
preocupante que la oposición, la izquierda, tampoco tenga un programa
cultural; no está aprovechando el tiempo y lo está perdiendo
en discusiones absurdas.
Emilio
Carballido, dramaturgo: Estos primeros cuatro años simplemente
han sido un desastre, son cada vez peor y esto se está volviendo
un caos, pues no ha dado resultados. Para los próximos dos años
que se largue, que lo retiren ya de la Presidencia.
Federico
Campbell, narrador, ensayista y periodista: Un fiasco. Su desprestigio
empieza a influir en las campañas electorales de los estados y los
municipios negativamente. Por ejemplo: Chihuahua y Tijuana. Al principio
creímos que el Presidente no era muy competente, pero que tal vez
era honesto. Ahora comprobamos que, efectivamente, sí es incompetente,
pero también deshonesto y mentiroso.
Para los siguientes dos años espero un reforzamiento
de la derecha en la Presidencia de la República y un intento sin
reservas para preservar el poder a toda costa. Este proyecto intransigente
incluye, en primer lugar, el derrocamiento de Andrés Manuel López
Obrador.
José
Agustín, escritor: Estos cuatro años han sido la decepción
más extraordinaria que ha vivido el país. En grandes momentos
de su historia pocas veces un presidente tuvo tanto apoyo y tanto respaldo
para llevar a cabo reformas profundas e insoslayables, pero él prefirió
atender los intereses de su clase, de su pandilla política, e ignoró
las necesidades de la nación. Fue un error gravísimo del
cual nos va a costar mucho esfuerzo y tiempo salir, debido a que será
muy difícil que se vuelvan a generar las condiciones que permitieron
el real acceso de Vicente Fox al poder. Sobre los dos últimos años
espero que se acaben lo más pronto posible y que logremos sobrevivirlos.
Antonio Ortiz Gritón, artista visual:
La entrada de Vicente Fox a la Presidencia generó una especie de
vacío de poder y eso, a su vez, permitió la intervención
de otros actores, convertidos en funcionarios, que nunca antes habían
estado presentes en las decisiones políticas del país.
Para
mí, por ejemplo, la ley de transparencia, el que se sepa lo que
se hace, refleja ese vacío de poder. Antes el PRI controlaba todas
las discusiones; ahora se supone que la sociedad tiene acceso a casi todas
las discusiones que se realizan en las cámaras (de diputados y senadores).
Sin embargo, con eso hoy se tiene la percepción
de que, cada vez más, muchos de esos funcionarios son francamente
inútiles.
Ellos ven el ejercicio político simplemente como
una chamba, han dejado de lado las razones de una política social.
Su única razón es la de enriquecerse. Los únicos que
aplicaron la política de los microchangarros fueron muchos de esos
diputados y senadores.
Por otro lado, el presidente Vicente Fox, para justificar
el ejercicio de su mandato, se ha apoyado demasiado en el trabajo de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación. Fox como que se escuda en
esa institución, en cuyo interior las tomas de decisiones son muy
oscuras y parciales. Si se hace una revisión de las veces en que
Fox se ha apoyado en la Corte se verá cuán recurrente es
ese apoyo, lo que podría significar que hay una línea política
del Presidente hacia esa instancia.
En realidad lo que ha hecho Vicente Fox en estos cuatro
años es muy poco. No se han realizado todos esos cambios que prometió.
Creo que 80 por ciento de sus promesas de campaña
las ha incumplido. Para los dos años que restan considero que su
gobierno se va ir deteriorando cada vez más, lo que podría
provocar tensiones sociales muy fuertes.
En cuanto al ámbito cultural, que es el que me
atañe, para nada se ha dado la famosa ciudadanización de
la cultura. De hecho, la iniciativa de ley al respecto implica todavía
menos la participación de la sociedad.
Se ha considerado a la elitista cultura: en estos cuatro
años el CNCA se ha hecho más elitista. El apoyo es para todo
aquello que tenga cara de poderse insertar en el mercado global del arte.
Sólo ven el aspecto mercantil, como si el vender mucho algo diera
un estatus cultural. En cambio, todo lo que es de alguna manera arte social
no se estimula; al contrario, se le obstaculiza.
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