México D.F. Miércoles 1 de septiembre de 2004
Su gestión ha estado inmersa en escándalos políticos internos e internacionales
Fox llega al cuarto Informe sin acuerdos mínimos sobre reformas estructurales
CIRO PEREZ SILVA
El presidente Vicente Fox Quesada llega a su cuarto Informe de gobierno sin haber tejido acuerdos políticos mínimos con la oposición para destrabar, en el Congreso de la Unión, sus reformas estructurales; con desprendimientos en su gabinete, como la renuncia de su vocero y secretario particular, Alfonso Durazo Montaño, que desató uno de los mayores escándalos de los tiempos recientes y derivó en la renuncia de Marta Sahagún al intento por suceder a su esposo en el cargo.
Se presenta ante diputados y senadores con temas no resueltos, como los reclamos sociales por los crecientes problemas de inseguridad y desempleo, además de las acusaciones por el presunto desvío de recursos en la Lotería Nacional y la vinculación de esta institución con la fundación Vamos México, que creó su esposa.
Llega también inmerso en los conflictos políticos que provocó al dejar correr una sucesión adelantada. En este proceso lastimó a miembros distinguidos de su partido, como Felipe Calderón Hinojosa, al tiempo que su gobierno promovió el desafuero de Andrés Manuel López Obrador.
Sumado a estos tropiezos, el gobierno foxista protagonizó una de las mayores crisis en el ámbito internacional al ordenar la salida del embajador cubano. El enfrentamiento con La Habana fue resultado de una serie de hechos que empezaron con la exhibición de los videos de Carlos Ahumada Kurtz, su aprehensión en aquel país y sus declaraciones, ya que antes de ser deportado confesó que las cintas formaban parte de una operación política deliberada.
En los 45 meses de gobierno, suman ya 21 los relevos en el llamado gabinetazo. Laura Valdez renunció a la Lotería Nacional envuelta en acusaciones de corrupción. Fox separó a Alejandro Gertz Manero de la Secretaría de Seguridad Pública, a pesar de que dejó inconclusa la construcción de un sistema eficaz en la materia.
En 2004, el primero en abandonar las filas foxistas fue un integrante del Partido Acción Nacional. Felipe Calderón Hinojosa renunció a la Secretaría de Energía tras recibir severas críticas de Fox luego de que fue destapado como aspirante a la candidatura presidencial, a pesar de que el 17 de julio de 2003 el Presidente reconoció públicamente que la disputa por la sucesión presidencial ya estaba en marcha en todos los partidos, y ofreció a los aspirantes de su gabinete: "ni los reprimiré ni les apachurraré la cabeza".
Vino la segunda renuncia del año. En una extensa carta, el secretario particular y vocero de la Presidencia, Alfonso Durazo Montaño, manifestó su inconformidad con las pretensiones dinásticas en Los Pinos, concretamente el interés de Fox de allanar el camino para que su esposa, Marta Sahagún, lo sucediera en el cargo. "Si no hay legalidad, equidad, democracia y arbitraje presidencial imparcial, la disputa electoral de 2006 podría llegar a convertirse en una repetición de las viejas y nocivas rondas de desconfianza sobre los resultados electorales. Y si las elecciones no se resuelven en las urnas, se van a resolver en las calles", advirtió Durazo.
Una semana después, Marta Sahagún, en conferencia de prensa, anunció que no sería candidata a la Presidencia, luego de que por meses funcionarios públicos, dirigentes partidistas y medios de información internacionales cuestionaran severamente las aspiraciones sucesorias de la pareja presidencial.
Otro frente abierto por Fox es el que mantiene contra el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, quien cuenta con la más alta aceptación social como eventual aspirante a la Presidencia de la República. El conflicto derivó en una solicitud de la Procuraduría General de la República para desaforar al mandatario capitalino, a efecto de procesarlo por su presunta responsabilidad en el delito de abuso de autoridad e incumplimiento de un mandato judicial que le ordenaba interrumpir los trabajos para la construcción de dos vialidades en el predio El Encino.
Para investigadores y juristas, la solicitud de desaforar a López Obrador "es política" y subyace en ella "un ánimo persecutorio".
El domingo 27 de junio confluyeron en el Zócalo de la ciudad de México centenares de miles de personas para demandar a las autoridades de los tres niveles de gobierno poner freno a la delincuencia. Fox respondió a este llamado con el anuncio de 10 medidas contra la inseguridad, que consideró, entre otros, el aumento a los presupuestos para este rubro y la restructuración del Consejo Nacional de Seguridad.
. Pasados los días, el Consejo Ciudadano de Seguridad advirtió que pese al anuncio y las medidas que tomó el gobierno federal, "Fox no ataca los problemas que generan la delincuencia". Sin embargo, dos meses después, y a pesar de los nuevos reclamos por la falta de seguridad, Fox Quesada anunció que los 10 puntos propuestos ya estaban cumplidos.
Además, el gobierno foxista abrió un frente internacional cuando el canciller Luis Ernesto Derbez anunció que apoyaría una resolución contra Cuba en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a pesar del principio de no intervención que por décadas enalteció a la diplomacia mexicana. El apoyo a una iniciativa impulsada año con año por Estados Unidos, derivó en severas acusaciones del gobierno cubano. Fidel Castro afirmó que los tradicionales principios de la política exterior nacional quedaron hechos cenizas y sostuvo que la frontera norte ya no estaba en el río Bravo, sino que Washington estaba mucho más adentro de territorio mexicano.
El gobierno foxista ordenó la salida inmediata del embajador cubano, Jorge Bolaños, y el retiro de la representante mexicana en Cuba, Roberta Lajous, luego de que el titular de Gobernación, Santiago Creel, informó sobre presuntas actividades "fuera del marco institucional" realizadas en México por "dos funcionarios del gobierno cubano": José Arbesú y Pedro Lobaina, actividades que nunca precisó. El 2 de mayo, casi tres meses después de la expulsión del embajador cubano, los cancilleres de ambos países acordaron la reintegración de sus representaciones diplomáticas.
En realidad, el conflicto con Cuba tuvo como punto de partida la exhibición de videos que mostraron a funcionarios y ex funcionarios del gobierno de López Obrador recibiendo dinero del empresario Carlos Ahumada y la posterior aprehensión de éste en Cuba.
La extradición de Ahumada y la revelación del gobierno cubano de las declaraciones de éste, de que "la operación realizada con el empleo de videos sobre corrupción difundidos en México, fue calculada deliberadamente para alcanzar objetivos políticos y planificada con meses de antelación", tuvieron como desenlace el voto de México en la ONU y el enfriamiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Otro conflicto que puso en entredicho al gobierno foxista fue la firma de un acuerdo con Estados Unidos para el uso de balas de goma contra migrantes mexicanos, hecho que la cancillería calificó como un "éxito", ya que estos proyectiles sustituyen a las balas de acero. El acuerdo, firmado dos años atrás, era desconocido por el círculo cercano a Fox. El propio titular de Gobernación se comprometió a investigar sobre el mismo.
Con estos frentes abiertos, Fox Quesada estará frente a un Congreso al que acusa de frenar sus reformas estructurales. La batalla más relevante en esta materia -la intención de gravar con IVA alimentos y medicinas-, se trasladó a una Convención Nacional Hacendaria que no alcanzó los resultados que pretendía el gobierno foxista.
Así, en el cuarto Informe de gobierno el Presidente hará énfasis en la estabilidad económica, aunque deberá explicar el hecho de que México sea, de acuerdo con la propaganda oficial, el único país que desafía las leyes del mercado al contar con tasas positivas de crecimiento, pero con niveles cada vez mayores de desempleo.
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