México D.F. Lunes 30 de agosto de 2004
Agregado cultural francés critica el
sistema de selección universitaria por rankings
"Error", reducir el número de becarios mexicanos
en el exterior
Bloquear el acceso al extranjero es negar la posibilidad
de conocer nuevos sistemas: Jean Franco
Cuestiona a instituciones privadas; "me horroriza" que
la educación sea considerada negocio
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
Para
el agregado de cooperación universitaria de la embajada francesa,
Jean Franco, es un error reducir el número de becarios mexicanos
en el extranjero, porque no todos los programas de posgrado disponibles
en el país tienen el nivel más alto. Y la razón es
sencilla, dice este catedrático de la Universidad de Montpellier:
México dedica 0.4 por ciento del producto interno bruto (PIB) a
la investigación, mientras Estados Unidos destina 3 por ciento y
Francia 2.3, por citar dos ejemplos, lo que les permite invertir más
en sus laboratorios.
El representante de la embajada de Francia en México
no comparte los nuevos criterios del Consejo Nacional de Ciencia (Conacyt)
de enviar a los becarios sólo a aquellas universidades que aparezcan
en rankings internacionales. En Francia, e-jemplifica, la calidad
no se mide así, pero no deja de ser un sistema educativo exigente.
El académico francés, conocedor del sistema
universitario mexicano porque ha tenido largas estancias en el país
desde 1975, también da su opinión sobre las ventajas de mantener
un sistema educativo público, como ocurre en Francia, donde 95 por
ciento de las universidades dependen del sostenimiento estatal. Eso ha
evitado que la educación sea vista como un negocio, subraya.
Desde esa perspectiva, el especialista en educación
superior expresa su extrañeza de que existan propietarios de universidades,
como si se tratara de dueños de tiendas: "Esto es algo que me horroriza,
porque la educación no es un negocio".
Franco fue entrevistado por La Jornada para conocer
su opinión sobre la nueva política del Conacyt en materia
de becas al extranjero. A principios de este mes, un grupo de becarios,
particularmente quienes estudian en Francia, se quejó porque se
les negó una prórroga para concluir sus cursos con apoyos
y porque en esta administración el número de becas se ha
reducido a más de la mitad, al pasar de mil 327 en 2001 a 600 en
la actualidad. A continuación se incluyen extractos de la conversación:
-¿Qué opina de los rankings internacionales?
-Con nosotros eso no funciona, porque es absurdo el sistema
de rankings. Dicen en Conacyt que la Universidad de Yale es excelente;
no estoy seguro de que lo sea en todo, aunque es una buena universidad.
En Francia se da un reconocimiento a las escuelas doctorales cada cuatro
años, y si no cumplen se les retira. Por ejemplo, existe un ranking
que han hecho los chinos en función de los premios Nobel y los artículos
publicados en revistas estadunidenses, pero todo lo demás no cuenta.
Ese ranking es una especie de falso parapeto.
-En países como México, que disponen de
recursos limitados para formar investigadores en el extranjero, ¿qué
criterios se deberían privilegiar?
-Entiendo la visión del Conacyt de decir que los
estudiantes hagan un doctorado en México. De acuerdo, pero hay sectores
como la nanotecnología y la genómica que tienen mayor desarrollo
en otros países. Montar laboratorios cuesta muy caro, y qué
tal si un estudiante quiere trabajar sobre un sector que no se da aquí
o que se da más o menos. Es absurdo, más vale que se vaya
al extranjero, incluso si el programa existe aquí, porque está
bien que conozcan otros sistemas.
"Si entiendo bien México dedica 0.4 por ciento
del PIB a la investigación; Estados Unidos 3 por ciento, Francia
2.3, Alemania 2.5 y Finlandia 4 por ciento. Es decir, que estos países
tienen más medios de montar laboratorios."
-¿Cree que tenga repercusiones negativas el hecho
de que se vayan cerrando las puertas para estudiar becado en el extranjero?
-Claro. Es cerrarse a otras cosas. Por ejemplo: Francia
tiene un programa con la Secretaría de Educación Pública
para la formación de ingenieros y de técnicos profesionales.
Cuando ellos regresan a México les ha cambiado totalmente la visión
de las cosas. No digo que el sistema francés sea mejor; es distinto
y es muy interesante para los estudiantes ver cómo se enseña
en otra parte.
-A veces se cree que el beneficio de las becas al extranjero
sólo es para el becario, pero ¿qué ocurre con el país
que los envía?
-El país obtiene beneficios, con tal que no sea
46 por ciento de los becarios que se va a Estados Unidos y se queda a vivir
ahí. En Francia pocos se quedan, casi todos se regresan a México.
"Yo diría que los dos países salen beneficiados.
Un laboratorio francés que recibe a un mexicano bien formado está
encantado porque permite desarrollar una línea de investigación
que no se hubiera hecho.
"Y un joven que obtiene su doctorado regresa a su país
con una formación distinta. Además de los laboratorios, Francia
ha tenido una larga tradición en ciencias sociales y humanas, con
grandes pensadores, y es siempre interesante acercarse a los seminarios
de académicos de gran calidad."
-¿Cree que por Internet o teleconferencias se puede
sustituir esa experiencia?
-De ningún modo. Internet es la mejor y la peor
de las cosas. Lo que está en la red hay que ponerlo en tela de juicio.
El contacto directo es algo imprescindible.
-¿A ustedes les preocupa la disminución
de becas?
-Para mí es un error. Lo que pueden hacer es seleccionar
mucho mejor los campos de estudio. Por ejemplo: centrarse en áreas
como la nanotecnlogía y saber que hay laboratorios de alto nivel
en Francia y que no están forzosamente en el ranking de universidades.
Lo interesante es saber que está el profesor equis en tal universidad.
-Supongo que países como Francia, Inglaterra o
Estados Unidos están preocupados porque la disminución de
becarios puede afectar sus ingresos; a fin de cuentas, la educación
también es un negocio.
-Para Francia la educación no es un negocio, al
contrario. Actualmente de China y Europa del este están llegando
oleadas y se están deteniendo. Lo que interesa es recibir gente
formada para desarrollar una línea de investigación, no para
ganar dinero. Es como la UNAM, que no es un negocio.
"En cambio he visto cosas que me ponen los pelos de punta:
a un señor que era propietario de universidades como ser propietario
de tiendas. Esto es algo que me horroriza, porque la educación no
es negocio. Las universidades privadas no hacen investigación, dan
licenciaturas. Segundo, al estudiante que paga caro, aunque sea malito,
le dan su diploma al final. Tercero, como es un negocio no van a implantar
ciencias humanas, sociales, van a implantar mercadotecnia, economía,
administración de empresas, contaduría...
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