México D.F. Domingo 29 de agosto de 2004
Antonio Gershenson
Polarización política
Hemos visto síntomas de polarización política en los últimos tiempos. Por ejemplo, el que siga adelante en las encuestas para 2006 el jefe de Gobierno del Distrito Federal ha dado lugar a todo tipo de ataques en los medios de difusión, incluso declaraciones de funcionarios federales del más alto nivel. Persiste el empeño en dejar fuera de las elecciones a este favorito de las encuestas. De ahí que numerosas declaraciones de empresarios, académicos y muchas otras personas, en el sentido de que se frene este estado de confrontación, tengan razón a este respecto.
No es fácil, como hemos visto, que se abra este cauce civilizado para la confrontación de programas y plataformas, sobre la base de definir algunos puntos básicos en común. El nivel político que están mostrando la derecha, la ultraderecha (que incluso tortura y encierra a numerosas personas por sus protestas) y dinosaurios del Partido Revolucionario Institucional, muestra la dificultad de esta tarea civilizadora. Incluso entre ellos, sólo saben dialogar con patadas por abajo de la mesa, e incluso por arriba.
Hoy domingo se llevará a cabo una manifestación en contra de este "derecho de veto", contra estas intenciones de decidir quién puede ser candidato y quién no, desde mucho antes del día de las elecciones. Se marchará contra ese nivel político de hace casi cien años, de cuando Porfirio Díaz sujetó a proceso y encarceló a Francisco I. Madero para tener segura la elección de 1910. Esta manifestación será, por lo menos en cierto sentido, el inicio de una nueva etapa en este largo proceso que está lejos de concluir.
De una u otra manera, el proceso seguirá adelante. En un momento dado, se oficializarán tres candidatos, uno de ellos con un proyecto alterno cuya importancia es mayor de lo que hoy parece. En un tiempo no muy largo, la polarización llevará a escoger entre dos candidatos y, al mismo tiempo, entre dos proyectos de nación. Si, a pesar de todos los esfuerzos, se mantienen los niveles primitivos de la política de la derecha, esa polarización se va a agudizar aún más.
Para transitar este camino es fundamental, para la izquierda, mostrar claramente que se identifica con los siguientes puntos:
-Lealtad a los principios y al proyecto alterno de desarrollo para el país. Este proyecto no sólo debe plantear en qué consiste, en general, el cambio que se plantea, sino su respuesta a esta situación que estamos describiendo.
-Que la lucha contra la corrupción va en serio y en todos los frentes.
-Que no se va a permitir que sigan impunes los delitos de cuello blanco, ni otros cometidos por personalidades.
-Que el crecimiento económico del país requiere de una inversión pública importante y de una justicia social que, a su vez, fortalezca el mercado interno. Una inversión pública bien orientada estimula también a la inversión privada en las áreas en las que la Constitución lo permite, que son la absoluta mayoría.
-Que es indispensable la planeación de largo plazo de la economía nacional, sobre la base de planear las ramas decisivas para esta economía y para el desarrollo nacional.
-Que debe impulsarse el apoyo al campo, por razones de justicia social pero también de una creciente autosuficiencia alimentaria y de reactivación del mercado interno.
Estos puntos no agotan el proyecto alternativo, ni mucho menos. Pero son muy visibles y debemos darles una importancia mayor. En un momento dado, será allí donde encontremos las claves para hacer frente a situaciones difíciles de prever con precisión.
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