México D.F. Viernes 27 de agosto de 2004
Leonardo García Tsao
Alrededor de la medianoche
Michael Mann debe ser el único autor actual del cine hollywoodense que acude al thriller neo-noir con interesante regularidad. Bajo su mirada estilizada ha enfocado tanto el desempeño experto de criminales (Ladrón, 1981) como de policías (El sabueso, 1986), o descrito ambas instancias como mitades complementarias de un mismo carácter obsesivo (su obra maestra Fuego contra fuego, 1995). En Colateral -título afligido aquí por la innecesaria frase Lugar y tiempo equivocados- enfrenta nuevamente a dos profesionales bajo otro enfoque.
En Los Angeles, el taxista Max (Jamie Foxx) recoge a Vincent (Tom Cruise), un pasajero que revela ser un asesino a sueldo quien, a lo largo de una noche, obliga al conductor a llevarlo a diferentes puntos de la ciudad para cumplir el encargo de matar a cinco personas. De nuevo, estos personajes antagónicos son complementarios. Ambos son estrictamente profesionales pero el taxista es un hombre apocado con conciencia, mientras el matón es un sociópata que justifica sus acciones mediante una postura nihilista. Al mismo tiempo la policía -en especial, el detective Fanning (Mark Ruffalo)- empieza a descubrir un patrón en las personas asesinadas.
Contra la habitual caracterización del asesino a sueldo como un tipo taciturno e inexpresivo -véanse los modelos de Alan Ladd y Alain Delon en clásicos del género-, Vincent es un parlanchín que no para de retar a Max a salirse de su rutinaria forma de vida. Como otros protagonistas del cine de Mann, Vincent es un individuo independiente que se niega a aceptar los valores convencionales de la sociedad. Irónicamente, su perdición será sacar a Max de su pasividad.
El otro personaje de Colateral es la ciudad misma. Filmando en gran parte con video de alta definición, el realizador ha convertido a Los Angeles en un paraje desolado y ominoso, una tierra de nadie poblada por fantasmas de neón. Definida por el azar, el trazo de la película acaba por delinear una historia de soledad y alienación. El thriller de resonancia existencial ha sido la especialidad de Mann y pocos cineastas poseen su maestría para hacer que los entornos definan a sus personajes mediante el simple empleo de recursos visuales, conjugados de manera ideal con la banda sonora. El estilo de Mann siempre se ha sentido espontáneo, inmediato, como si no obedeciera a una planeación previa. No en balde la música pesa tanto en su obra: el flujo de imágenes es comparable al jazz que Vincent admira en una de las mejores secuencias de la película.
Así, en la primera parte, el duelo entre Max y Vincent se vuelve casi un asunto metafísico. Digo casi porque el esquemático guión de Stuart Beattie acaba por llevar el asunto por el camino de lo prosaico e inverosímil, bajo las reglas hollywoodenses del final feliz. En el último tercio de la película, el asesino no parece responder a su establecida eficiencia. Si en todo momento desea conservar su anonimato Ƒpor qué mata a una de sus víctimas en una concurrida discoteca? ƑO por qué insiste en viajar en el taxi de Max, ya fichado por la policía? Así también se desperdicia el asedio policíaco, que de repente desaparece en la parte final cuando pudo haber sido un elemento adicional de tensión en las acciones climáticas.
Tampoco funciona la elección de Cruise como el matón. Publicitado como su primer papel de villano -en realidad, sus anteriores caracteres en Entrevista con el vampiro y Magnolia no son exactamente positivos- Vincent se beneficia en un principio de la poca matizada intensidad del actor; pero su falta de gravedad acaba por convertir la interpretación en pose. (Uno se imagina cómo hubiera ganado el personaje en complejidad si las ambiguas presencias de Russell Crowe o Edward Norton, primeras opciones del director, lo hubieran encarnado).
Tal vez la elección de Cruise fue una concesión a las demandas de mercado. Así como el previsible desenlace de una intriga simplificada al máximo. (Algo significa que Mann no haya colaborado en el guión por primera vez en su carrera). Ese tipo de concesiones no suelen ser saludables para el cine de expresión personal.
COLATERAL - LUGAR Y TIEMPO EQUIVOCADOS
(Collateral)
D: Michael Mann/ G: Stuart Beattie/ F. en C: Dion Beebe, Paul Cameron/ M : James Newton Howard; canciones varias/ Ed : Jim Miller, Paul Rubell/ I: Tom Cruise, Jamie Foxx, Jada Pinkett Smith, Mark Ruffalo, Peter Berg/ P: Parkes-MacDonald, Edge City Productions para Paramount y DreamWorks. EU, 2004. [email protected]
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