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México D.F. Lunes 23 de agosto de 2004
Pepe Murillo, grave
Confirmado: sí habrá temporada alta en la México
LUMBRERA CHICO
Pepe Murillo, el novillero tapatío, se perfiló para matar al cuarto novillo de El Batán que cerraba la segunda fecha de la placita de Arroyo. Echó la muleta a los belfos de la res y adelantó la espada para señalar un pinchazo en buen sitio, pero la bestia alzó la cara y le hundió en la ingle el diamante del pitón derecho. Acto seguido lo sostuvo en el aire, a medida que lo zarandeaba causándole más destrozos en la carne y, por último, lo arrojó a la arena, donde continuó aporreándolo sin clemencia. Resultado: cornada de tres trayectorias, una de 25 centímetros, una de 20 y una más de 30 con aparatosa hemorragia y pronóstico médico de gravedad.
Eso y la exitosa actuación del mexiquense Ernesto Sánchez ante el más bravo ejemplar del encierro, al que le cortó dos orejas en premio a su meritoria labor y al soberbio estoconazo que coronó su faena, fueron los hechos más notables del festejo en el coso de Tlalpan, donde Mariano del Olmo repitió tras el buen éxito de su presentación el sábado anterior y Ricardo López, El Cade, cortó una oreja más, luego de cubrir los tres tercios con aseo y ejecutar la suerte suprema con la mano izquierda.
Pero lo que estaba en la boca de todos los aficionados, además de los olés, la cerveza y el buen vino de bota, era un rumor que ha sido plenamente confirmado por este periódico. Según fuentes confiables, la semana pasada Rafael Herrerías pagó la renta de la Monumental Plaza Muerta (antes México) para el ciclo 2004-2005, y los propietarios del embudo de Insurgentes sólo esperaban que el cheque no fuera de hule, como en efecto no lo fue. La operación fue respaldada por un banco de Laredo, Texas, y las garantías fueron aportadas por la familia de Miguel Alemán, el gobernador de Veracruz, que mantiene bajo su control los intereses taurinos de Televisa.
Por otra parte, este reportero supo que Herrerías obtuvo la protección de la justicia en el recurso de amparo que presentó para reclamar la posesión de los derechos de apartado que el 26 de febrero pasado le expropió el Gobierno del Distrito Federal. De acuerdo con los informes más recientes, un juez le otorgó la suspensión provisional y todo quedará congelado hasta que se dicte sentencia definitiva, pero aún así el caso podría alargarse si los abogados de Herrerías apelan y llevan el asunto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Así, mientras averiguamos si son peras o son manzanas, Herrerías empezará a dar novilladas a partir de algún momento del próximo mes, para continuarlas a lo largo de octubre y comenzar la temporada alta, conocida también como "grande" (mas no por el trapío, la edad y la casta del ganado, sino por la elevada y abusiva estatura de los precios) a principios de noviembre. No falta mucho, pues, para que los aficionados volvamos a reunirnos en las vacías barreras de sombra, antes que reaparezcan los villamelones el día de la ansiada inauguración. Por primera vez Herrerías tratará de sostener su negocio con carteles atractivos. ƑPodrá?
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