México D.F. Lunes 23 de agosto de 2004
Informe de comisión investigadora independiente
Habría utilizado Al Qaeda coyotes para introducir militantes en EU
AFP
Washington, 22 de agosto. Miembros de Al Qaeda habrían usado las redes de traficantes de indocumentados en América Latina para viajar por la región y luego introducirse en Estados Unidos, señala un informe de la comisión investigadora independiente de los atentados del 11 de septiembre de 2001, conocido este domingo.
Según el documento, el último presentado antes de la disolución formal de la comisión, Al Qaeda desarrolló durante años una sofisticada red para trasladar clandestinamente a sus miembros, gracias a contactos con estas redes de contrabandistas humanos, conocidos en México como coyotes.
"Existen informes oficiales, no corroborados, que sugieren que miembros de Al Qaeda utilizaron redes de contrabandistas en América Latina para viajar por la región durante 2002 antes de llegar a Estados Unidos", establece el documento.
Los controles en la zona fronteriza se han reforzado e incluso Estados Unidos ha comenzado a utilizar aviones tipo Depredator (teledirigidos) para vigilar la frontera sur.
Sin embargo, hasta ahora sólo se ha detenido, enjuiciado y condenado a uno de los responsables de las redes de traficantes de indocumentados, Salim Boughader-Mucharafille, propietario de un restaurante en Tijuana.
Boughader-Mucharafille fue hallado culpable de ayudar por lo menos a 80 libaneses a cruzar la frontera de México y Estados Unidos en California desde finales de 1999, por lo que fue condenado a 11 meses de cárcel en 2002.
Luego fue deportado a México en donde enfrenta otros cargos criminales.
Para poder trasladar a sus miembros a través de todo el mundo, la red dirigida por Osama Bin Laden también dio gran importancia a la falsificación de documentos de identidad, según el informe.
Antes de la invasión a Afganistán por las fuerzas estadunidenses, la red terrorista estableció una oficina secreta en Kandahar (sur), dirigida por Mohammed Atef, fallecido jefe de operaciones militares, quien se había especializado en la fabricación de documentos falsos.
Para tener a su disposición gran número de documentos, Al Qaeda pedía a sus militantes llegados a Afganistán que dejaran sus pasaportes antes de ir al frente. En caso de muerte, esos documentos podían servir a otros.
Tras la ocupación de Kandahar, esa oficina fue trasladada a la provincia de Paktia (sudeste de Afganistán) y luego a la ciudad paquistaní de Karachi, revela el informe.
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