Incorpora la delegación Tlalpan a 400 nuevos policías

Redoblarán la vigilancia en Villa Coapa ante altos índices delictivos

SUSANA GONZALEZ G.

A partir del 26 de agosto la delegación Tlalpan tendrá 40 por ciento más policías de los que ha mantenido durante los recientes 18 años, pero los nuevos elementos, recién egresados de la academia e integrantes de la séptima Unidad de Protección Ciudadana (UPC) de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), reforzarán únicamente la zona de Villa Coapa, por su alta incidencia delictiva.

En total 400 uniformados, que se sumarán a los 650 sectoriales ya existentes, fueron presentados ayer a la comunidad coapense, principalmente de la unidad Narciso Mendoza, en un inusual desfile sobre avenida Miramontes, de la glorieta de Vaqueritos hasta Acoxpa, en una ceremonia presidida por el jefe delegacional, Eliseo Moyao, y el subsecretario de Apoyo Institucional y Policías Complementarias de la SSP, Enrique Pérez Casas.

Tlalpan será la tercera delegación que estrene una UPC, como antes lo hicieron la Cuauhtémoc, en el Centro Histórico, y el corredor de Paseo de la Reforma y Polanco. Según Pérez Casas, para poner en marcha cada UPC se han invertido 8 millones de pesos, y lamentó que por limitaciones presupuestales no puedan extender todavía el programa al resto de la ciudad.

Para el desfile, el personal de la SSP regaló globos de colores y papel recortado a los vecinos apostados en la acera y dos puentes peatonales, con el propósito de que lo arrojaran al paso de los pelotones de policías a pie, en motonetas o patrullas nuevas, que fueron seguidos por un helicóptero del agrupamiento Cóndores, mientras metros atrás decenas de automovilistas padecieron en Periférico Sur un caótico tránsito durante al menos cuatro horas, pues desde las ocho de la mañana se impidió que accedieran a la glorieta de Vaqueritos.

La ceremonia interesó más a los niños que a los adultos -"estuvo padrísimo", dijo una pequeña a su padre-, mientras algunos vecinos que han vivido en la unidad desde su fundación, en 1968, confiaron en que el despliegue policiaco en Villa Coapa no se reduzca al oropel del desfile policiaco que presenciaron a mediodía.

"Nos interesa saber cuántos policías vigilarán la unidad por dentro y no sólo en los nueve kilómetros de su periferia. Según los jefes de policía, estos elementos están superpreparados, pero se ve que no saben ni marcar el paso al marchar", comentaron Rubén Döring y Salvador Báez, ambos de la oficina de prevención del delito de la unidad.

"Lo que pedimos es constancia, porque así pasó hace dos años, cuando metieron a la policía montada; nomás fue un tiempo", dijeron a su vez Guadalupe Soto y Alicia Arceo, vecinas de la calle Cántaro.

A diferencia de las delegaciones centrales del Distrito Federal, Tlalpan no tiene una muy elevada incidencia criminal, pero delitos como el robo de automóviles, aunque también a transeúnte y casa habitación, se han incrementado en los años recientes en la zona de Villa Coapa, por la proliferación de comercios que representan atracción para la delincuencia.

Aunado a ello, al ser vecina de Coyoacán y lugar de paso hacia Iztapalapa, Tlalpan es "vía de escape de delincuentes", dijo Genaro Vázquez, jefe de la región Sur de la SSP, pero confió que con la UPC Tlalpan se reduzca en 20 por ciento la incidencia delictiva, es decir, arriba del 15 por ciento fijado por el gobierno capitalino.

"Afortunadamente a mí sólo me han robado un coche y me rompieron el medallón de otro, pero hay otros vecinos a los que les ha ido peor", manifestó la profesora María Inés Rodríguez Cardona. Refirió, por ejemplo, que con apenas dos meses de diferencia, dos mujeres de la tercera edad con sus respectivas hijas fueron golpeadas y asaltadas dentro de sus casas.

En el primer caso, agregó Margarita Castillo, el delito fue perpetrado por unos sujetos que se mostraron interesados en comprar una carreola que la hija anunció que vendía; en el segundo, luego de someter a madre e hija, los ladrones utilizaron hasta un camión de mudanzas para vaciarles la casa mientras ellas estaban amordazadas.

Otros vecinos aseveraron que el principal problema es el robo de automóviles o de autopartes, delito que se vuelve cada vez más común en la zona, ante la sobresaturación de vehículos que además de ocupar los costados de las banquetas, se estacionan en doble fila en el centro de las calles más anchas, como es el caso de Cántaro o La Garita.

La UPC, por lo pronto, tardará 10 días para entrar en funciones; ayer sólo desfiló.