México D.F. Lunes 16 de agosto de 2004
En nueve meses se han ido cuatro subsecretarios:
Durán, Moctezuma, Paoli y Martín Huerta
Creel se queda solo en Gobernación
ALONSO URRUTIA
Con
la salida de Ramón Martín Huerta de la Subsecretaría
de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, no queda ya
en su puesto ninguno de los colaboradores cercanos del titular Santiago
Creel, con los que empezó su gestión. Así, el tramo
final lo realizará con la mayor parte de colaboradores recién
integrados.
En nueve meses Creel ha perdido cuatro subsecretarios:
José Luis Durán, ex subsecretario de Normatividad, quien
dimitió en diciembre; Javier Moctezuma Barragán, subsecretario
de Población, Migración y Asuntos Religiosos, renunció
a finales del año pasado; hace tres meses, Francisco José
Paoli perdió el rango de subsecretario (aunque se mantiene bajo
otra figura administrativa), y finalmente la semana pasada se fue Martín
Huerta.
La designación de Martín Huerta como nuevo
secretario de Seguridad Pública federal representó el quinto
relevo a nivel de subsecretaría en la dependencia. Al ex gobernador
de Guanajuato se le identificaba como una posición presidencial
en Bucareli, quizá por ello fue el que más duró en
el cargo. El resto de las salidas en subsecretarías se ha dado bajo
circunstancias muy distintas. La primera dimisión importante del
equipo cercano a Creel fue el ahora diputado panista Juan Molinar Horcasitas.
El ex consejero electoral renunció a su cargo en el IFE para incorporarse
al gobierno foxista en la Secretaría de Gobernación.
Designado
subsecretario de Desarrollo Político, encargado entonces de la relación
con el Congreso y con los partidos, nunca pudo lograr los amarres necesarios
para alcanzar las reformas que el foxismo impulsó en la primera
mitad del sexenio.
Prácticamente sin haber logrado ninguna de esas
reformas estructurales, Molinar salió de Gobernación inconforme
por la decisión de Creel de subdividir la Subsecretaría de
Desarrollo Político y crear la de Enlace Legislativo, que le fue
encargada a Humberto Aguilar Coronado, quien seguramente en los próximos
meses dejará el cargo para buscar la presidencia nacional del PAN.
Paoli Bolio fue designado subsecretario de Desarrollo Político.
La restructuración también trajo consigo
la creación de la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos
y Derechos Humanos, encargada a Daniel Cabeza de Vaca. Sin embargo, la
estructura de Gobernación no duró mucho, esta vez por cuestiones
presupuestales. Las recomendaciones legislativas de reducir el número
de subsecretarías motivó la desaparición de la Subsecretaría
de Desarrollo Político, en momentos en que desde ésta se
impulsaba la reforma electoral que consideraba, entre otros aspectos, el
voto de los mexicanos en el extranjero, y Paoli pasó de subsecretario
a coordinador.
Hacia finales del año pasado, el equipo de Creel
registró dos bajas por motivos personales. Responsable de las relaciones
con las iglesias, Moctezuma Barragán se convirtió en el nuevo
embajador de México ante el Vaticano. La ratificación por
el Senado de la República se dio en medio de una polémica
por haberse descubierto su apoyo a la arquidiócesis de México
y alentar la donación del Palacio del Arzobispado, que pretendían
convertir en museo de arte sacro.
Ahora
también se sabe que bajo su gestión como subsecretario de
Población, Migración y Asuntos Religiosos, la Secretaría
de Gobernación habría ratificado el convenio que autorizaba
el uso de balas de goma contra indocumentados mexicanos.
En diciembre, la llegada del nuevo subsecretario, Armando
Salinas Torre, se realizó en medio de una intensa polémica
por la presencia de personal estadunidense para supervisar la revisión
de pasajeros y equipaje en terminales aéreas mexicanas, así
como la prohibición por Estados Unidos a la entrada de vuelos de
aerolíneas nacionales.
En esas mismas fechas otro colaborador cercano renunciaba.
Se trataba de José Luis Durán Reveles, hasta entonces subsecretario
de Normatividad de Medios y ahora aspirante a la candidatura panista a
la gubernatura del estado de México
Llegaría en su lugar Ricardo García Cervantes,
hasta entonces embajador de México en Costa Rica, quien prácticamente
no ha aparecido en público.
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