México D.F. Sábado 14 de agosto de 2004
El poeta maya Waldemar Noh prevé un auge de la escritura en lenguas originarias
La resistencia de los pueblos indios también ocurre desde la literatura
Realizan curso-taller de apreciación estética en lenguas autóctonas de México
ARTURO JIMENEZ ENVIADO
Campeche, Camp., 13 de agosto. Las literaturas contemporáneas en lenguas indígenas del país, prevé el poeta maya Waldemar Noh Tzec, alcanzarán su auge en este siglo XXI y enriquecerán a la literatura mexicana para convertirla en una de las más importantes del mundo.
''Soy optimista -completa- y creo que nunca más la literatura mexicana podrá soslayar la importancia de la aportación de la literatura indígena en poesía, novela, cuento y teatro".
Originario de Calkiní, Campeche, Waldemar Noh Tzec es también un reconocido tallerista literario bilingüe.
Agrega: ''A pesar de todos los problemas impuestos por el orden establecido y de las muchas limitaciones económicas, sociales y humanas, la resistencia de los pueblos indígenas también se está dando mediante la literatura."
Waldemar Noh Tzec, profesor de secundaria radicado en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, habla sentado en el quicio de una puerta de este puerto amurallado y declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, durante un receso del curso-taller Apreciación estética en lenguas indígenas de México.
Noh Tzec (1949) es autor del poemario Noj Bálam. Tumben ik'tánil ti' maya t'an (El grande jaguar. Nueva poesía en lengua maya), editado en 1998 por el extinto Instituto Nacional Indigenista en su colección Letras Mayas Contemporáneas, coordinada por Carlos Montemayor.
Junto con otros poetas de Calkiní, como Briceida Cuevas Cob, participó en Mirada con un gallo. Antología de poesía maya, editada en España en 1994. Además, Noh Tzec busca editor para su poemario inédito Ebrio colibrí (Kala'an dzunu'un), que escribió con apoyo de una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
Por una preceptiva indígena
Pese a que Campeche es un estado heredero de una tradición literaria fundamental, con lugares como Calkiní, región de origen de libros antiguos como El ritual de los Bacabes y Los cantares de Dzitbalché, la literatura maya contemporánea se promueve más en Quintana Roo y Yucatán donde hay una larga tradición de apoyo, dice Noh Tzec.
En los años 90, sin embargo, el propio Noh Tzec y otros compañeros impulsaron en Calkiní ''el único" taller de literatura indígena que se ha dado en la entidad. De ahí surgieron él mismo y Cuevas Cob, una de las poetas indígenas más destacadas y reconocidas en México y otros países. Hoy en Campeche no existe un solo taller.
Los problemas que enfrenta la literatura contemporánea en lengua maya, dice, son similares a los que padecen las letras de los otros idiomas originarios de México, como la falta de apoyo gubernamental en los ámbitos federal, estatal y municipal para talleres, becas y publicación y difusión de obras.
Otros son la escasa formación académica y las pocas lecturas que tienen los escritores incipientes de obras de la literatura universal en español y otras lenguas, así como de la propia producción indígena.
''Es necesario conocer lo ajeno para enriquecer lo propio, no para copiarlos. Fortalecer una posición regionalista del cultivo de la literatura sirve para una proyección de carácter universal. El regionalismo se proyecta al mundo.
''El cultivo de la literatura es disciplina. Al sistematizar un texto se llega a conocer sobre preceptiva literaria, retórica, poética. Aunque todo es tomado de parámetros occidentales."
Sin embargo, coincide con otros escritores indígenas e investigadores como el filólogo de origen maya Ramón Arzápalo Marín, sí existen las condiciones para generar una preceptiva literaria propia de cada una de las lenguas indígenas, sobre todo del zapoteco, el náhuatl y el maya de Yucatán, la cual serviría para establecer los cánones básicos para escribir.
De alfabetos y traducciones
Un asunto más que se debate entre investigadores y escritores mayas es la existencia de varios alfabetos para poder plasmar el idioma maya en caracteres grecolatinos y con base a las características del español, como la fonética.
Pero Noh Tzec no ve gran problema porque cuando lee las obras de compañeros de Yucatán o Quintana Roo las entiende. La existencia de cinco alfabetos es más bien una riqueza, dice y se manifiesta en contra de la uniformidad de criterios.
Escritores o investigadores como Arzápalo se ha manifestado porque los propios autores dejen la carga de trabajo extra que implica traducir sus propios textos al español y lo hagan personas especializadas.
Noh Tzec, en cambio, señala que prefiere hacer la recreación al castellano él mismo, no obstante que implica pasar de una visión del mundo a otra. Pese a todos esos obstáculos y debates, concluye, la literatura contemporánea en lenguas indígenas, incluida la maya, avanza.
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