México D.F. Martes 10 de agosto de 2004
Alejar a jóvenes del vicio a través del deporte, el exhorto presidencial
Reciben en Los Pinos a Piratas de Campeche
ROSALIA A. VILLANUEVA
Como ha sido habitual cada vez que se logran victorias deportivas tanto locales como en el extranjero, el presidente Vicente Fox recibió a los campeones Piratas de Campeche y a su flamante manager Francisco Paquín Estrada, quien ha visitado Los Pinos en cuatro ocasiones con diferentes equipos ganadores.
Tras escuchar las palabras del mandatario que los exhortó a que ese triunfo impulse a los jóvenes del estado de Campeche a la práctica del deporte para alejarlos de los vicios y dedicarse más al estudio, el presidente del equipo, Gabriel Escalante, y el gobernador del estado, Jorge Carlos Hurtado, le regalaron a Fox una playera roja con su apellido y el número uno, una gorra y una pelota.
Paquín Estrada no ocultó su emoción de sumar su undécimo título como estratega en la Liga Mexicana de Beisbol en 1983, 1990 y 2004, seis en la Liga del Pacífico, y dos con el equipo mexicano ganador en las Series del Caribe de 1996 y 2002, que espera repetir ahora con Tomateros de Culiacán.
"Es un halago que te reconozcan como verdadero campeón, pero siempre hay que darle el crédito a los jugadores, porque son ellos los que demostraron no sólo el carácter con el que cuenta el equipo, sino también la tenacidad del pueblo campechano'', dijo el ex cátcher, que en su época de pelotero ganó títulos con los Diablos Rojos del México (1968) y Angeles de Puebla (1979).
Durante el acto, el presidente del club destacó que esta era la segunda ocasión que Piratas lograba el campeonato de su historia, después de 21 años tras remontar marcadores adversos dejando en el camino a Saraperos de Saltillo, en la final 4-1, eliminar al tricampeón Diablos Rojos, Olmecas de Tabasco, Tigres de la Angelópolis, para ser los mejores de la Zona Sur.
Escalante dedicó el trofeo al desaparecido Nelson Barrera, en tanto que Isidro Márquez, el jugador más valioso de la serie, dijo que el apoyo de la afición fue fundamental para lograr el gallardete.
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