México D.F. Martes 10 de agosto de 2004
La delegación nacional lleva su libro
de claves para afrontar competencias sin tantas presiones
La mayoría de los atletas llegan bien preparados,
pero no están sicológicamente fuertes: Cristina Fink
DPA
Atenas, 9 de agosto. México cuenta con un
"arma secreta'' para que sus 114 deportistas rindan al máximo en
los Juegos Olímpicos de Atenas: la sicología.
"La mayoría de los atletas llegan bien preparados,
pero muchos rinden por debajo de sus posibilidades porque sicológicamente
no están fuertes'', explica Cristina Fink Smith, la sicóloga
de los deportistas mexicanos.
Fink Smith, de 39 años, sabe de lo que habla. Compitió
en el salto de altura en Seúl 88 y Barcelona 92, con resultados
muy diferentes. En Corea del Sur saltó 1.90 metros y quedó
a sólo dos centímetros de avanzar a la final. En España,
en cambio, no pasó de 1.83.
"Lo
de Barcelona fue horroroso. Yo había estudiado la carrera de sicología,
con la esperanza de ayudar a los deportistas una vez que me retirara. Pero
tras ese resultado estaba destrozada. ¿Cómo voy a ayudarlos
si no me puedo controlar a mí misma?, me decía''.
Pero tras un par de años de dudas, Fink retomó
su pasión por la sicología, y ahora tiene entre manos ayudar
a que Ana Guevara sea lo más veloz posible en el momento en que
lo necesite o que Fernando Platas haga el salto perfecto en el momento
adecuado.
Cada deportista recibió un pequeño libro
con claves sicológicas de cara a su viaje a Atenas: Recomendaciones
para los Juegos Olímpicos.
En él se desmenuzan y analizan las presiones a
que están sometidos los deportistas. "Presiones familiares, presiones
de los dirigentes, presiones del grupo de trabajo del atleta, presiones
de los patrocinadores...'', enumera la ex saltadora.
Los de pantalón largo, un problema
Los dirigentes, llamados en México "los de pantalones
largos'', son uno de los problemas más frecuentes. "Un buen directivo
trabaja en el anonimato para sus atletas'', dice un consejo del libro.
"Controla tu ansiedad, sin transmitírsela a los atletas'', agrega
otro.
"También controlamos mu-cho el tema de los médicos,
que cumplen una labor muy importante en la etapa previa a los juegos, pero
que una vez en la competencia tienen poco que hacer. Entonces comienzan
a sugerir pruebas, controles... Suman uno y restan tres. Nuestra misión
es hablar con toda esa gente para proteger al atleta''.
Fink dice "nuestra'', pero en Atenas estará sola.
"Es mucho trabajo, pero puedo controlarlo'', asegura con una sonrisa, mientras
recuerda otra de sus labores claves: separar a los atletas que no se llevan
bien, ubicarlos en habitaciones y lugares distantes.
La "presión autoimpuesta'', por los atletas es
también un problema frecuente. "Se dicen a sí mismos que
éstos son sus últimos Juegos Olímpicos y sucumben
mentalmente''.
Hay deportes en los que esa presión mental hace
menos daño. "Son los deportes de equipo, que permiten menos errores
que otros, o el tenis. En los 100 metros, en cambio, si te equivocas, ya
pasó todo.
"El objetivo final es que el deportista pueda controlarse
a sí mismo. Siempre les pregunto si pueden controlar el clima frío
o caluroso. La respuesta es no, claro, pero sí se puede controlar
la reacción que tenemos ante esas situaciones'', explica la sicóloga.
Ya nadie ve al sicólogo como algo "raro. Hace unos
años muchos atletas me presentaban como una amiga, pero ahora ya
dicen con claridad que soy su sicóloga. Y algunos, cuando ganan,
hasta me dan las gracias'', finaliza.
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