México D.F. Viernes 6 de agosto de 2004
De la vida de las marionetas
Una de las mejores puestas en escena en la historia del
teatro mexicano, y que según la crítica cambió la
vida de muchos espectadores, es De la vida de las marionetas, de
Ingmar Bergman, dirigida por Ludwik Margules, en 1983, en el foro Sor Juana
Inés de la Cruz, de la UNAM.
Se trata una obra célebre, cuyo montaje es importante
destacar, pues con sólo 50 funciones marcó un antes y un
después en México, comenta Rodolfo Obregón, como una
de las personas a los que la obra les cambio la vida.
La puesta conjugó profundidad actoral, una precisa
complejidad escénica, una perfección en el manejo del espacio
e iluminación por Alejandro Luna, así como una desgarradora
emotividad actoral a cargo de Fernando Balzareti, Rosa María Bianchi,
Julieta Egurrola y Luis de Tavira, entre otros.
''Pasaron muchas cosas en la temporada. A algunos actores
también les cambió la vida: hubo divorcios.''
Fue también una obra polémica. A Margules
se le críticó ''desde un afán nacionalista, que tenía
que ver la realidad mexicana con la alta burguesía sueca.
''Julio Castillo tenía la belleza de lo mexicano
popular en sus puestas, por ello el público se identificaba. Era
un especie de poeta naïf. Margules se convirtió en el
poeta de la complejidad.''
La vida... cuenta la historia de un ser que en
la última crisis matrimonial tiene una confusión, un brote
de locura: sueña que ahorca a su mujer, aunque finalmente asesina
y tiene un coito anal con una bailarina exótica. El montaje fue
el desmenuzamiento de esa historia y el proceso judicial y siquiátrico.
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