México D.F. Jueves 15 de julio de 2004
Reconoce el PAN que las modificaciones a estudios
de secundaria son perfectibles
Legisladores reprueban a Tamez; el plan de reforma
es faccioso, dicen
El secretario admite que la entrada en vigor de la iniciativa
se puede posponer para otro sexenio
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
El titular de la Secretaría de Educación
Pública (SEP), Reyes Tamez Guerra, recibió ayer severas críticas
de legisladores de oposición, quienes calificaron el proyecto de
reforma de la enseñanza secundaria como una "contrarreforma" "parcial"
y "facciosa", porque pretende eliminar el estudio de las culturas prehispánicas,
y hasta el Partido Acción Nacional (PAN) pidió continuar
la discusión para lograr el mayor acuerdo posible.
Tamez Guerra respondió que no hay tiempos fatales
para la puesta en marcha de la reforma ni "interés oculto" alguno,
porque se busca alcanzar consensos. Horas antes de asistir al Senado de
la República, incluso deslizó la posibilidad de que sea otro
gobierno el que haga los cambios. "Puede que sea en un año, no importa
si es en otra administración."
Por la mañana, maestros de la Coordinadora Nacional
de Trabajadores de la Educación (CNTE) interpelaron al funcionario
y le exigieron que diera marcha atrás a la reforma. "¡La RIES
(siglas del proyecto) no pasará!," gritaban decenas de docentes
mientras el titular de la SEP se retiraba de un foro sobre evaluación.
En
ese momento, el secretario de Educación rehuyó dar su opinión
sobre el pronunciamiento que hizo el Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación (SNTE) en contra del proyecto y sobre la propuesta
de emprender una consulta nacional.
En la comparecencia ante legisladores de la Comisión
Permanente del Congreso de la Unión, Tamez Guerra pretendió
hacer a un lado las críticas sobre la eliminación de las
culturas prehispánicas de los planes de estudio de secundaria, señalando
que en primaria se propone ampliar el número de horas de estudio,
pero antes había explicado a reporteros que la decisión final
será de los especialistas: "si la propuesta es que se reincluyan
esos contenidos o que se cambien los de primaria y secundaria".
Para justificar su proyecto, el titular de la SEP reiteró
una serie de cifras sobre el rezago en educación secundaria y argumentó
que se busca concentrar 75 por ciento del tiempo en la impartición
de cuatro materias: matemáticas, español, ciencia y tecnología
y en el área de ciencias sociales.
En el salón Miguel Ramos Arizpe del Senado de la
República, en el que se realizó la reunión, el diputado
perredista Gilberto Ensástiga consideró que el plan de la
SEP atiende de manera "parcial" los problemas de la educación básica,
porque sólo considera la secundaria y no toca el prescolar y la
primaria."Me parece que es una contrarreforma, en lugar de fortalecer los
conocimientos, las habilidades, los valores y las conductas de todos los
estudiantes para cumplir con el objetivo", aseguró.
"Nos preocupa -dijo- que se pretende eliminar paulatinamente
la formación integral y humanista, priorizando la preparación
para el mercado laboral y eliminando contenidos de identidad nacional,
que son fundamentales para quienes sostienen que el nacionalismo es una
bandera muy importante."
Por ello, convocó al funcionario a abrir una discusión
"mucho más amplia" del proyecto, que permita escuchar todas las
voces.
Después, el senador priísta César
Camacho Quiroz consideró que la reducción de contenidos es
un "atentado, un riesgo a la formación crítica" y señaló
que resultaba difícil entender cómo es que la SEP propone
compactar en un solo curso la enseñanza de la historia.
"Me parecería riesgoso y hasta maniqueo suponer
que podemos evitar el conocimiento de hitos importantes de la historia
universal y la de México, y llegar a suponer o sugerir, peor aún,
que una expresión como ésta (en referencia a la democracia)
nace en México en el 2000."
Tamez insistió en que la propuesta no "elimina
contenidos, sino que los concentra dentro de un año escolar" y que
eso será benéfico para los docentes, porque dejarán
de atender tanto alumnos como ahora.
Camacho Quiroz no pareció convencido con la respuesta
del funcionario y dijo que los antepasados decían que la historia
se puede contar bajo dos grandes conceptos: la cuenta larga y la cuenta
corta. "Tenemos que enseñar en nuestro planteles la cuenta larga
de la historia", por lo que llamó a evitar esta "visión limitada
y por limitada, facciosa de la historia".
El senador del PAN Marco Adame Castillo salió en
defensa de Tamez Guerra, pero reconoció que el proyecto puede ser
"perfectible" y contener "algunas insuficiencias", pero advirtió
que el propósito tiene una base democrática. Aun así,
llamó a seguir discutiendo el tema y que se pueda enriquecer en
foros adicionales para lograr el mayor acuerdo posible.
Aunque Tomas Vázquez Vigil, senador priísta
y ex dirigente del SNTE, reconoció la voluntad de las autoridades
de la SEP de discutir el tema, planteó sus dudas sobre las ventajas
de eliminar contenidos en secundaria con el argumento de que se imparten
en primaria.
Cuestionó la meta de mejorar el desempeño
escolar de los alumnos hasta alcanzar el nivel de los países más
avanzados. Dijo que antes de eso se deben replantear la situación
de la educación mexicana, las diferencias en gasto por alumno, infraestructura,
equipamiento, ingreso familiar, condiciones laborales y salariales de los
maestros.
El senador priísta Manuel Bartlett tuvo una postura
más conciliadora y atribuyó las críticas iniciales
al proyecto a un "problema de comunicación", se congratuló
de que no se haya concluido la discusión y terminó diciendo
que la SEP "está en buenas manos".
Protestas de docentes
Después de inaugurar un foro sobre evaluación
educativa, Tamez fue cuestionado por maestros de la CNTE, quienes entregaron
a uno de sus colaboradores un documento con más de 3 mil firmas
en contra de la reforma.
"¡La RIES no pasará, la RIES no pasará!",
vociferaban los integrantes de la sección 10 del SNTE, quienes se
quejaban de que el funcionario nunca concedió una audiencia y por
eso decidieron interceptarlo en ese acto.
Los maestros se oponen al proyecto, pues consideran que
"empobrece" los contenidos, pretende imponer una "educación tecnócrata"
y el despido de docentes.
Este plan forma parte de un conjunto de reformas privatizadoras
que buscan destruir los derechos laborales y sociales de los trabajadores,
advirtió Enrique Santamaría, y señaló: "El
objetivo es adelgazar la educación pública mediante el despido
de docentes".
El funcionario apenas escuchó las protestas de
los docentes, porque se retiró de inmediato del lugar.
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