México D.F. Lunes 5 de julio de 2004
No tomar alguno de esos caminos la condena a
la quiebra, advirte Mario Laborín
Fusionarse o vivir de recursos fiscales, opciones para
la banca de desarrollo
Concentrar recursos dispersos en otras dependencias,
sugiere el director de Nafin
ANTONIO CASTELLANOS
La banca de desarrollo que incluye principalmente a Nacional
Financiera (Nafin), Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y Banco
Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) tiene dos caminos:
fusionarse o recibir recursos fiscales. De lo contrario irá a la
quiebra.
El director general de Nafin, Mario Laborín Gómez,
advirtió: ''La opción más sana es fusionar para reducir
costos y evitar duplicidad de funciones''. Hay muchos recursos regados,
destacó, y sugirió concentrarlos en una sola institución.
No se sabe cuál es el monto total pero los hay en las secretarías
de Economía, de Desarrollo Social y en Agricultura.
Nafin
está autorizada para perder mil 100 millones de pesos este año,
sin contabilizar los 500 millones que espera ganar en el mercado. Este
rendimiento no se puede garantizar para 2005, entonces con más razón
se requerirán recursos fiscales, que deberán ser equivalentes
a las pérdidas, recalcó.
Dijo que un plan B sería que el gobierno federal
esté dispuesto a seguir canalizando recursos fiscales a la banca
de desarrollo; el problema es mayúsculo porque sólo para
pensiones todas las instituciones del sistema deben erogar unos 130 mil
millones de pesos.
El funcionario recordó que el rescate de toda la
banca de desarrollo costó 13 mil millones de dólares (más
de 140 mil millones de pesos). Sólo Nafin requirió 4 mil
millones de dólares, que se perdieron. Por eso se tienen que proyectar
mejor las cosas, para que las empresas que se apoyan con créditos
no desaparezcan.
En 2000, agregó, ''nos encontramos con una banca
de desarrollo retrasada; en muchos casos descapitalizada. Había
un Banobras con mucho capital, un Bancomext con razonable capital; Banrural
estaba destrozado, y Nafin, con 6.5 de capitalización, no podía
ni abrir la puerta, porque para hacerlo se requería 8 por ciento.
''Esa era la banca de desarrollo hace cuatro años'',
dijo. Había venido de una crisis, ''y la verdad es que muchos sectores
como el campo y las pequeñas y medinas empresas necesitan estas
instituciones''.
En Nafin, agregó, la situación era complicada.
Se atendían 52 empresas por empleado, cuando en Brasil se resolvían
los problemas de 700, y en Alemania y España de unas 500. Era una
banca sin modernizar. No había enfoque y las estrategias estaban
burocratizadas, sin mandato claro y cada quien hacía lo que quería.
En entrevista, Laborín precisó que había
muchas actividades duplicadas. Banrural se había convertido en un
monstruo que tenía cuatro jubilados por trabajador activo. Nafin
no era muy diferente, y 2 mil 200 empleados atendían en 2000 a 13
mil empresas. Esto es, ocho firmas por empleado.
Explicó que la institución que encabeza
tiene dos mandatos fundamentales: atender a las pequeñas y medianas
empresas y desarrollar los mercados financieros no bancarios. En 2000 Nafin
perdió en esta actividad unos mil 800 millones de pesos. Entonces
se procedió a la modernización del piso financiero que ahora
es el mejor de América Latina.
Después, en 2001, ganó 80 millones de dólares;
en 2002, unos 100 millones, y en 2003, 350 millones de dólares.
Esos recursos permitieron cambiar sistemas e introducir mejores prácticas.
Sin esos cambios las condiciones actuales serían malas para Nacional
Financiera.
Antes se decía: subió la bolsa y el dólar
se estabilizó, porque Nafin entró al mercado. Ahora es ''pura
liquidez. Es real y la institución bajará su posición
en el mercado porque no es su función seguir siendo una tesorería
activa. Se arrancó con cerca de 8 mil millones de pesos y ahora
anda con 2 mil 500 millones''.
En este momento, precisó, entramos con el Naftrac,
que será el vehículo de las sociedades especializadas de
fondos para el retiro (Siefore) cuando operen en el mercado de valores
con capital. También se crearon sociedades de inversión con
4 mil 500 millones de pesos para que las casas de bolsa, sobre todo las
chicas, tuvieran productos para competir.
Laborín Gómez dijo que en todo el mundo
la banca de desarrollo recibe apoyos del gobierno. La situación
del sistema en México es clara: ''Necesitamos un cheque anual por
el equivalente a las pérdidas que se registren. De lo contrario,
las instituciones tendrán que cerrar y la opción más
sana es fusionarlas''
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