México D.F. Lunes 5 de julio de 2004
Inconstitucional, que estados pretendan cobrar
a vecinos por el recurso: expertos
Amenazas de enfrentamientos por posesión y uso
de agua en el país
Sobrexplotados, 101 de 600 mantos acuíferos;
40% del recurso se pierde en fugas, afirman
ANGELICA ENCISO L.
Están
a punto de estallar conflictos por el agua en el país. A la escasez
del recurso, la sobrexplotación de los mantos acuíferos y
su contaminación se suma la demanda creciente del recurso la agricultura,
la industria y las zonas urbanas, lo que ha llevado a disputas entre gobiernos
estatales.
Los usuarios han cerrado compuertas de embalses para evitar
que el líquido se distribuya con fines distintos a sus requerimientos,
se han hecho protestas contra la construcción de presas, se han
plante- ado controversias constitucionales y realizado marchas. Estas son
algunas de las manifestaciones en que han derivado las diferencias entre
las entidades por el control del agua.
En este momento hay dos casos que se busca resolver antes
de que la situación sea más crítica. Se trata de los
enfrentamientos entre Guanajuato y Jalisco, y entre el Distrito Federal
y el estado de México. El denominador común de ambos es la
oposición a la construcción de nuevas obras.
En Jalisco, el rechazo es a la edificación de la
presa San Nicolás, en los Altos, que abastecería de agua
a León, y en el estado de México es hacia la construcción
de la última fase del proyecto Cutzamala, previsto en Temascaltepec.
Además, sigue latente el conflicto binacional entre
México y Estados Unidos por los recursos del río Bravo. La
nación vecina también pretende poner restricciones para evitar
la filtración del líquido al acuífero compartido con
Mexicali, parte de la cuenca del río Colorado.
Gran parte de esos contenciosos se deben a que los gobiernos
estatales han perdido de vista que el agua es de propiedad nacional, según
el artículo 27 constitucional, y los estados no son sus dueños;
es el caso de los ríos, acuíferos, presas y todo tipo de
mantos acuosos, advierte Leopoldo Rodarte, experto en temas hidráulicos
y ex director de aguas en el Distrito Federal.
Por ello resulta ilegal que el gobierno del estado de
México pretenda exigir el pago al Distrito Federal del consumo del
líquido -alrededor de 50 por ciento de los 35 metros cúbicos
por segundo que demanda la urbe-, y tampoco procede que Guanajuato pretenda
bloquear el envío de agua al lago de Chapala, señala el especialista
en entrevista.
En todo el mundo se dan estos debates, "en general todos
los países empiezan a tener problemas cuando el agua está
compartida en varias cuencas, usuarios o poblaciones", advierte Felipe
Arreguín Cortés, subdirector general técnico de la
Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Los conflictos por el agua se agudizan ante el panorama
hídrico que existe en el país, donde 101 de los 600 acuíferos
están sobrexplotados, el promedio per cápita de consumo es
de 4 mil 624 metros cúbicos por persona al año -alrededor
de 50 por ciento de lo que había en 1970-, y la baja calidad del
agua coloca al país en el lugar 106 de 122 observados, de acuerdo
con información de la Organización de las Naciones Unidas.
Además, 40 por ciento del agua se pierde en fugas
y del 60 por ciento que se distribuye, sólo la mitad se paga. La
industria consume 3 por ciento, el suministro público, 12 por ciento,
la acuacultura 2 por ciento y la agricultura 83 por ciento. De esos sectores
el que menos recuperación de agua aporta es la agricultura, indica
un análisis del Centro de Estudios para el Desarrollo Sustentable.
Los crecimientos poblacional y económico han ejercido
mayor presión sobre las reservas en México, al punto que
el volumen demandado es mayor que el suministrado en algunas regiones del
país; "la competencia por el recurso es causa de conflictos de diferente
intensidad y escala, se presenta no sólo entre usuarios de la misma
comunidad, sino entre distintas comunidades, municipios, estados e incluso
en el ámbito transfronterizo", indica el estudio Los conflictos
por agua en México, de Jaime Sainz y Mariana Becerra publicado
en la Gaceta Ecológica del Instituto Nacional de Ecología.
Para el estudio se hizo un análisis de prensa entre
1990 y 2002, periodo en el que encontraron que 49 por ciento de los conflictos
por el recurso se dieron en el Distrito Federal y el estado de México;
en el norte del país, 14 por ciento de casos, y en el sur, 9 por
ciento.
Agrega que la mayoría de las acciones se expresan
mediante marchas, bloqueos de carreteras y toma de instalaciones.
La raíz de las inconformidades es por la propia agua, en primer
lugar -60 por ciento-, luego el precio del servicio, infraestructura y
rescate de acuíferos. El 60 por ciento de los conflictos se presenta
en zonas donde hay acuíferos sobrexplotados.
A lo largo del país se detectan conflictos que
están en focos amarillos, es decir, aún se pueden
resolver, explica Arreguín Cortés, funcionario de la Conagua.
Refiere que las diferentes disputas entre entidades están en proceso
de solución en los consejos de cuenca mediante el diálogo.
Las reformas a la Ley de Aguas Nacionales permitirán mayor participación
de los usuarios, ya que las direcciones regionales desaparecerán
y se dará paso a los organismos de cuenca, donde se tomarán
los acuerdos de distribución, aseguró.
Aunque se han presentado disputas por el recurso entre
Nuevo León y Tamaulipas, Durango y Sinaloa, México y Estados
Unidos, Durango y Sinaloa, San Luis Potosí y Guanajuato, los casos
más críticos y en proceso de negociación en este momento
son dos.
Entre el Distrito Federal y el estado de México
existe una controversia constitucional que la Suprema Corte de Justicia
aún no resuelve. Fue presentada por el gobierno mexiquense por el
aprovechamiento que se hace en la capital del país del agua del
río Lerma, sobre lo cual demanda pago, y ha señalado que
si no hay solución cerrará la llave.
El gobierno estatal considera que el Distrito Federal
está obligado a pagarle por el uso del agua que se extrae de su
territorio, pero "se olvida que el agua no es de propiedad estatal, sino
federal, y que sus reclamos ni siquiera tienen fundamento legal; si así
fuera, el país podría entrar en una guerra civil por tantos
problemas que hay por ese tipo de reclamos", advierte Rodarte.
El otro caso es el de Guanajuato y Jalisco, que también
se localiza en la cuenca del Lerma. Aquí el conflicto es porque
el gobierno federal decidió incrementar los escurrimientos dirigidos
al lago de Chapala para que recupere su nivel. Para ello cada vez que hay
exceso de escurrimientos en las presas, Guanajuato debe liberar líquido
al cuerpo de agua.
Pero agricultores, apoyados por el gobierno estatal, se
oponen rotundamente; sin embargo, la forma de presionar de Jalisco es ilegal
porque el recurso es propiedad de la nación, precisa el especialista.
León requiere más agua potable y para ello se debe construir
la presa San Nicolás, en Jalisco, a lo cual se oponen residentes
de esta entidad.
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