México D.F. Miércoles 30 de junio de 2004
Bush se aparta del unilateralismo y abandona
las acciones preventivas: Centro Nixon
Neorrealistas sustituyen a halcones en el gobierno
por el desastre iraquí
Desplazados, los neoconservadores de la Casa Blanca;
son menos creíbles que hace un año, dice
El énfasis ahora es mantener estabilidad en regiones
consideradas estratégicas para Estados Unidos
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington Y Nueva York, 29 de junio. El anuncio
del traslado formal del poder en Irak no marca el fin de la ocupación
estadunidense, pero sí es parte de una transición política
aquí en Washington, de una política dominada por halcones
neoconservadores que promovieron la acción militar "preventiva"
unilateral a un retorno a la política exterior mas tradicional y
"realista" promovida por el gobierno del padre del actual presidente.
"El neoconservadurismo ha sido sustituido por el neorrealismo,
aun dentro de la Casa Blanca de Bush", afirmó Geoffrey Kemp, director
de programas estratégicos del Centro Nixon de California y ex alto
funcionario del gobierno de Ronald Reagan.
En
entrevista con el Washington Post, Kemp agregó que "los neoconservadores
son claramente menos creíbles que hace un año".
Ninguna de las figuras neoconservadoras más prominentes
(el sub-secretario de Defensa, Paul Wolfowitz, y su colega Douglas Feith
y Lewis Libby, quien trabaja para el vicepresidente Dick Cheney, entre
otros) han sido despedidos.
Pero sus argumentos de que las tropas estadunidenses serían
bienvenidas con flores en las calles de Bagdad, que la acción preventiva
unilateral en Irak era paso fundamental en el combate contra el "te-rrorismo"
y que los iraquíes agradecidos procederían rápidamente
a establecer una democracia estilo occidental pro estadunidense que transformaría
a la región, han sido desacreditados.
De hecho, Estados Unidos de-pende hoy de Naciones Unidas
para manejar la transición política en Irak, la misma institución
que los neoconservadores lograron marginar de la política exterior
de Bush en estos últimos tres años.
Kenneth Adelman, otro prominente neoconservador y ex funcionario
del gobierno de Reagan, admitió recientemente que "Irak no resultó
ser tan prometedor co-mo se había anunciado".
En el Centro Nixon, Kemp ar-gumentó que Bush se
ha "apartado del unilateralismo". En su entrevista con el Post,
agregó que "no va-mos a realizar otra acción preventiva en
estos momentos, ciertamente no en Irán o Corea del Norte. Y parece
que el terrorismo está empeorando, no mejorando, especialmente en
países críticos como Arabia Saudita".
Otros republicanos culpan aho-ra abiertamente a los neoconservadores
por haber llevado al país a una guerra que no se puede "ga-nar",
y hay más presión sobre el presidente para despedir a gente
como Wolfowitz.
Funcionarios del Departamento de Estado no tardaron en
señalar esta semana que con el retiro del administrador estadunidense
de Irak nombrado por el Pentágono, Paul Bremen, el embajador John
D. Negroponte, quien reporta al Departamento de Estado, se convierte en
el funcionario de más alto nivel en Irak.
O sea, el traslado del poder en Bagdad también
lo es en Washington, del Pentágono -donde tienen gran influencia
los neoconservadores- al Departamento de Estado, donde se encuentran sus
contrincantes encabezados por el secretario de Estado, Colin Powell.
Pero
no sólo es en el rubro de Irak que se está retando la política
promovida por los neoconservadores: la semana pasada George W. Bush revirtió
dramáticamente su política de los últimos tres años
de rehusarse a negociar con Corea del Norte hasta que ese país abandonara
sus armas nucleares.
Muchos funcionarios republicanos del gobierno de Bush
padre han estado instando al actual a ne-gociar con ese país asiático.
Brent Scowcroft, ex asesor de Seguridad Nacional del primer
presidente Bush, escribió la semana pasada en el Washington Post
que Estados Unidos debería su-marse a las negociaciones multilaterales
con Irán, en las que se promete entregar tecnología para
de-sarrollar energía nuclear y generar electricidad en ese país
a cambio de una garantía de que no desarrollarían armas nucleares.
Los países del eje del mal -Corea del Norte,
Irán e Irak - ya no son, al parecer, tan malos.
Negociación con Corea del Norte
Jim Lobe, veterano periodista en Washington que ha escrito
extensamente sobre el movimiento neoconservador en la cúpula política
de este país, argumenta que se empezó a debilitar el año
anterior la posición de ese sector político al interior del
gobierno cuando quedó en claro que la ocupación de Irak no
procedía bien.
La Casa Blanca, dijo en entrevista con La Jornada,
ahora está empezando a marginar a estos halcones neoconservadores.
"Está ocurriendo que Condoleezza Rice, quien nunca
estuvo en un bando, está retornando hacia la escuela realista del
gobierno del ex presidente Bush", dijo Lobe.
Señaló que la decisión de ex-presar
la voluntad de negociar con Corea del Norte es una indicación importante
de que este giro en la política exterior va más allá
del tema de Irak.
La nueva -más bien vieja- po-lítica articulada
por gente como Scowcroft y el ex secretario de Es-tado James Baker, pone
menos énfasis en los grandilocuentes principios de promoción
de la "democracia" y reconstrucción de países.
Estos hombres se enfocan más sobre asuntos de mantenimiento
de estabilidad en regiones estratégicas para Estados Unidos, y no
provocar cambios en equilibrios delicados de poder en países co-mo
Arabia Saudita, que son críticos para los intereses económicos
y políticos de Estados Unidos.
"Ya hay una retirada del radicalismo de la política
exterior en el gobierno de Bush", afirmó Walter Russell Mead, analista
en el Consejo de Relaciones Exteriores.
Comentó recientemente al Was-hington Post
que "uno tiene la sensación de que ni Bush está di-ciendo
'hey, esto estuvo buenísimo, hagámoslo otra vez'".
La "neorrealidad" en lugares como Irak, al parecer, está
derrotando a los neoconservadores en Washington.
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