Florescano señala la necesidad de instituir comisión plural de libros de texto

Inimaginable, una conciencia nacional sin conocer la cultura prehispánica: Katz

El historiador David A. Brading subraya la importancia de valorar a los grupos indígenas

CARLOS PAUL Y DANIELA MORALES ENVIADO Y LA JORNADA MICHOACAN

Morelia, Mich., 24 de junio. Es inimaginable que México tenga una conciencia nacional sin conocer las culturas prehispánicas, afirmó el investigador Friedrich Katz, quien escribió su tesis doctoral sobre los aztecas y, junto con los historiadores David A. Brading y Enrique Florescano, recibió el doctorado honoris causa que otorga la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Prefirió no opinar acerca de si el gobierno de Vicente Fox intenta o no suprimir de los libros de texto una parte de la historia, "pues no conozco los detalles". Sin embargo, expresó el especialista, "es importante destacar que las culturas prehispánicas son parte esencial de la cultura y del panorama nacional de este país. Hay que recordar que esas civilizaciones pertenecen a las grandes culturas del mundo.

"Para dar un ejemplo: mientras en Europa del norte se hablaba de bárbaros, aquí ya existía la cultura maya, con sus ciudades y el desarrollo de una escritura y astronomía propias".

En distintas épocas, señaló, algunos gobiernos han querido suprimir una parte de la historia. "En el porfiriato había dos aspectos que eran contradictorios: por una parte ensalzaban la memoria del México prehispánico y, al mismo tiempo, despreciaban al indígena.

"Por ejemplo, para las exposiciones en el extranjero mandaban piezas prehispánicas, se hablaba mucho de esas grandes culturas y al mismo tiempo los ideólogos del porfiriato hablaban de la inferioridad de los indígenas como una raza maicera, en tanto los pueblos que se alimentaban del trigo eran superiores.

"El racismo en la época de don Porfirio era una tendencia muy profunda", puntualizó el investigador.

Respecto de si los gobiernos en el mundo tienden a borrar la historia o a alterarla, eso es variable, señaló Katz. "A veces se apropian de tradiciones. Ahí esta el caso de Francia: cuando los generales de derecha en Argelia dieron golpe de Estado, se apropiaron de los nombres del Comité de Salud Pública, que era el organismo supremo de la revolución francesa. Así, puede haber ignorancia o apropiación de una terminología que era de izquierda para fines de derecha. Eso es un hecho histórico, que en la actualidad también puede pasar.

"Espero -concluyó Katz- que las culturas indígenas sigan siendo parte importante de la historia de México, pues obviamente se perdería el conocimiento de uno de los aspectos formativos de la sociedad mexicana. ƑHasta dónde quieren llegar? No tengo idea".

El historiador David A. Brading coincidió con Katz respecto de que las culturas prehispánicas "son parte esencial de la formación de México como país, aunque -añade- también eso se debe a la Revolución Mexicana, que es cuando hay una reivindicación de lo prehispánico.

"Como extranjero no puedo comentar sobre la política de este país, pues no es mi oficio. Lo que quiero explicar es que uno de los grandes logros revolucionarios fue precisamente extender y profundizar en los conocimientos de la época prehispánica y valorizarlos como parte esencial de la historia mexicana.

"Se tiene que recordar que los logros agrícolas y urbanos de esas civilizaciones del pasado fueron extraordinarios. Por ejemplo: las cinco bases alimenticias universales son creaciones de comunidades indígenas. Dos de ellas son el trigo y el arroz; aquí se tiene la papa, el maíz y, si no recuerdo mal, la yuca. Eso quiere decir que los indígenas del pasado fueron grandes cultivadores, de los mejores en el mundo. Y eso el pueblo mexicano lo debe saber, pues es parte de su historia".

Por su parte, Enrique Florescano reiteró la necesidad urgente de instituir -como en muchos otros países del mundo- una comisión de libros de texto permanente, integrada por especialistas de cada materia como pedagogos, historiadores o sociólogos, funcionarios de la Secretaría de Educación Pública y representantes de los maestros. Su tarea sería revisar periódicamente las propuestas de cambio en los libros de texto.

"En nuestro país -comentó- cada cambio en esos volúmenes educativos ha suscitado un escándalo. La creación de esa comisión permanente sería la solución al problema, para no tener que batallar y debatir cada vez que se proponga una iniciativa de esa índole.

"No es posible que la SEP esté desconectada de quienes hacen, piensan y divulgan la historia. Por ello hay que crear puentes de comunicación, un diálogo permanente y esa comisión podría remediar ese distanciamiento. No creo que exista una crisis educativa, sólo es falta de una buena relación".