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México D.F. Miércoles 23 de junio de 2004
POESIA PARA LLEVAR
Ricardo Yáñez
De combustiones tártaras
EN LA CASA de la Cultura de Nuevo León me encuentro con varios poetas, entre ellos María Belmonte, Guillermo Meléndez, Luis Aguilar y Armando Alanís Pulido. La primera me regala un disco de música regional, el segundo, de mi más alta consideración, el hecho de que fue a saludarme, y los últimos sendos libros, ambos publicados por Mantis Editores, Tartaria y Combustión espontánea.
NACIDO EN ALTAMIRANO, Tamaulipas, Luis Aguilar es periodista y editor de nada pretenciosos y a la vez bellos libros. Sobre Tartaria, Francisco Magaña ilustra en la contraportada: ''Desde la misma implicación del título... emerge de la formación constante de ácidos que devienen estructura residual donde fermenta el mosto". Y dice bien al advertir que no obstante ''resalta su vena lírica". El verso final del primer texto puede ejemplificar de cualquier modo, las fusiona, las dos tendencias expresivas: ''Una muerte es mucho por hacer."
ENTRE SUS PAGINAS más logradas la 37 y la 27, sin títulos. En ésta, los
siguientes (y únicos) cinco versos: ''Todo es oscurecer para ir adentro/ más adentro/ Dirigir el espejo a cada sombra/ Encontrar fuente a cada moneda parda/ : agotar la paciencia".
CON UNA MAS clara visión respecto a sus propósitos, Armando Alanís Pulido (hay dos Armandos Alanís: el narrador, de Saltillo, cuyo segundo apellido es Canales, y el poeta de quien hablamos, regiomontano, a quien le comento que tan buen nombre, ''Armando Alanís", se impone para los dos, aun a riesgo de confusiones) presenta en Combustión espontánea una serie de textos que a la vez lo deslindan y lo ligan a su trabajo como fundador del grupo Acción Poética, cuya labor (no obstante un programa propragandístico gubernamental del mismo nombre) es de destacar: pintas de lemas poéticos en bardas por toda la metrópoli nuevoleonesa.
UNO DE SUS mejores momentos en esta parte se titula ''El rey tuerto realiza la proeza de rendir su sexto informe sin utilizar anestesia". Pero vayamos al inicio, e igual que con Aguilar, citemos, aquí luego de informar sobre el título (''Un hombre le grita a las nubes") el último de los cinco versos del primer texto: ''tal vez posa para un poema".
OTRO FRAGMENTO, DE ''El mensajero de la desmemoria": "ƑQuién traducirá el sueño dilatado?// Si he de ser yo que soy tú/ o si has de ser tú el que lee que soy yo el que escribe, que somos los mismos envueltos en presente (envueltos en novedad)/ quien quiera que sea, le sugiero tener en mente la oración de la pérdida, porque el siguiente paso es ser el mensajero de la desmemoria, o sea, ser el mismo de siempre."
OIGAMOS ''ME ESCUCHO": ''Mientras pintaba mi cuarto, pensé: las cosas cambian de color./ Y entendí que desde que te identifiqué, vi lo que tenía que descubrir, y que lo que estaba descubierto me tenía que identificar./ Ahora intento ser menos aburrido que las canciones que pasan en la radio."
De algunos de los textos que me interesan anoto en seguida, curioso lector, las páginas: 38, 39, 42, 44, 46, 47 y 50. [email protected]
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