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México D.F. Viernes 18 de junio de 2004
La obra se estrenó ayer en el Centro
Nacional de las Artes
Defensa ante sobrevivientes y un elogio a Malthus,
encuentro con la imagen creada mecánicamente
JUAN JOSE OLIVARES
Defensa ante sobrevivientes y un elogio de Malthus
es un espectáculo "multimedia ortodoxo y mecánico", es arte
visual en escena, una obra en proceso de montaje, una propuesta novedosa
cuyo proyecto requirió de al menos dos años y que ahora fue
seleccionada en la Convocatoria 2004 del Foro de las Artes, del Centro
Nacional de las Artes, para ser presentada en dicho espacio. Se estrenó
ayer y continuará presentándose los viernes a las 20 horas,
sábados 19 y domingos 18 horas, hasta el 18 de julio.
Mientras la tendencia estética actual hace nicho
en la tecnología digital, en Defensa ante sobrevivientes y un
elogio de Malthus, los creadores apuestan al encuentro con la imagen
creada mecánicamente. A la manipulación de tecnologías
en desuso: utilizan cinco proyectores de cine de 16mm, cuatro proyectores
de 8mm y dos de super8; asimismo utilizan la técnica audiovisual
con diez proyectores de diapositivas y cuatro controles de disolvencias.
Una bocina leslie parte de un órgano eléctrico Hammond.
Adaptada
de La invención de Morel, novela de Adolfo Bioy Casares,
realizada, construida, ejecutada y actuada por Alain Kerriou y Hugo Heredia
-quienes forman un equipo de trabajo multidisciplinario dedicado a la creación
de espectáculos, diseño de iluminación y escenografía-,
la historia de este raro concepto se cuenta reciclando y reeditando materiales
fílmicos para lograr un nuevo producto que se reordena y adapta
en una extraña forma de hacer cine. Máquinas de proyección
y medios escénicos se estructuran en esta obra literaria que relata
la historia de un náufrago, perseguido por la justicia, quien se
refugia en una isla. Con hambre y alucinaciones, el hombre empieza a verse
rodeado por presencias, personajes que aparecen y desaparecen; estos son
aquellos habitantes que Morel, científico aristócrata, reunió
años atrás para experimentar con una máquina de filmación.
Alan Kirrou opina: ''La materia principal de esta puesta
en escena son las películas encontradas en el desván y en
los mercados de antigüedades; carretes con películas cuyos
orígenes son muy variados y forman parte del pasado, son un objeto
en desuso y curiosidad para coleccionistas. Formatos como 8mm y super 8
estuvieron en manos de personas comunes, como hoy el video; tanto cámaras
como proyectores jugaron naturalmente la misma suerte. El cine en 16mm
es un formato profesional que corrió por otras vías, se utilizó
en su mayoría para exhibirse en salas establecidas o improvisadas,
fue un arte viajante y sujeto también a intervenciones; por ejemplo,
una de las películas que juega en nuestro espectáculo fue
cortada, quitando todas aquellas partes donde los personajes hablaban,
es estadunidense y suponemos que aunque estuviera subtitulada, su exhibición
se dirigía a un público hispanohablante, lo que dio como
resultado una película sonora pero silenciosa de texto y voz donde
el cácaro interviene, editando más allá del
corte".
Agrega: ''Queremos que la vea gente de cine, de teatro,
de las artes visuales, es un objeto extraño, una escultura escénica,
es como una pieza. Ha sido un trabajo artesanal. Nos prestaron un taller
para reconstruir los aparatos.
''Pensamos como una intervención la idea de adaptar
La invención de Morel para las artes escénicas. La
dramaturgia implica en este caso integrar diversos lenguajes que sólo
pueden ser representados en escena, no es un texto basado en otro texto,
es una idea de montaje donde el texto juega entre las voces en off,
el subtitulaje y la voz del actor, que junto con proyecciones y acciones
cuentan la historia. Hacemos una dirección compartida con Hugo Heredia,
construimos y diseñamos todo el numerito y los dos manipulamos en
escena todo."
Alan y Hugo de verdad hacen todo. Manipulan los proyectores,
actúan y dirigen este híbrido. "Es como un teatro arena",
dicen.
Cabe señalar que Alain Kerriou es actor, escenógrafo
y artista visual. Participó durante 350 funciones en la obra 1822,
el año que fuimos imperio, puesta que rompió records
de taquilla en la UNAM. Es alumno y colaborador de Hugo Hiriart. Como artista
visual ha expuesto instalaciones, en ExTeresa Arte Actual. Y Hugo Heredia
es iluminador y escenógrafo, y ha trabajado para el Ballet Independiente,
La Cebra Danza Gay, Alicia Sánchez y Compañía, entre
otras.
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