México D.F. Sábado 12 de junio de 2004
Denuncian presiones y condicionamientos de la
Conagua
Rechazan campesinos de Hidalgo asumir control de distritos
de riego
Pretende el gobierno federal culminar la privatización
del sector agrícola y entregarlo al capital trasnacional, afirman
CARLOS CAMACHO CORRESPONSAL
Tezontepec de Aldama, Hgo., 11 de junio. Con las
reformas hechas en abril pasado por la Cámara de Diputados a la
Ley de Aguas Nacionales se pretende culminar la privatización del
sector agrícola, porque aunque concreta las reglas para que los
campesinos se hagan cargo de los 52 distritos de riego que existen en el
país, no le transfiere los recursos que el gobierno federal destina
actualmente a esos sistemas de irrigación.
"Es como si nos dieran un camión en mal estado,
pero que el gobierno paga las refacciones cuando falla. Cuando nos lo entregue
totalmente, cómo vamos a pagar el diesel y las llantas. Con eso
nos obligarán a vender el camión y con las reformas legales,
fácilmente podrán entrar los grandes capitales que comprarán
tierras y se quedarán con los sistemas de riego", asegura el agricultor
Sabino Juárez Corona, quien es el principal promotor de la defensa
de las aguas residuales del valle de México que riegan las tierras
del valle del Mezquital, donde se ubican los distritos de riego 003 y 100,
pertenecientes a los municipios de Tula y Alfajayucan, respectivamente.
Estas
localidades son las únicas que no han aceptado asumir el control
de los sistemas, como pretendió el gobierno de Carlos Salinas de
Gortari, cuando en 1992 promovió las primeras reformas a la Ley
de Aguas Nacionales y al artículo 27 constitucional.
Ambos distritos irrigan más de 120 mil hectáreas,
sembradas de alfalfa y maíz, básicamente, en 3 mil kilómetros
de canales que hoy están en malas condiciones. En esta labor se
emplean unos 80 mil productores que habitan 19 municipios, y de esa agricultura
viven unas 500 mil personas, la cuarta parte de la población hidalguense.
El argumento de los productores de esta localidad es sencillo:
las aguas son propiedad de la nación, y en el caso específico
de esta región, recuerdan que en 1893 el presidente Porfirio Díaz
ordenó la publicación de un decreto para brindar aguas residuales
de la cuenca del valle de México a la región hoy conocida
como valle del Mezquital. Ha habido subsecuentes ratificaciones a ese decreto
en 1898, 1910, 1927 y 1965.
Pero ahora la Comisión Nacional del Agua (Conagua)
quiere cambiar esa figura por un título de concesión hasta
por 50 años, cuando el decreto citado dice que la dotación
es por "tiempo indefinido".
De aceptar la transferencia, los productores se tendrían
que hacer cargo de la operación, administración y, sobre
todo, del mantenimiento de los canales de distribución, los sistemas
de bombeo, las compuertas, que tienen más de 60 años de antigüedad.
Los usuarios se oponen, primero, porque hay un acuerdo
firmado hace dos años de mantener en 10 pesos la tarifa por el uso
del agua, en lugar de los 52 que pretendía imponer la Conagua. "Si
aceptamos la transferencia, de principio nos suben cinco veces más
la tarifa", dice Reyes Pérez, otro agricultor opuesto a la medida.
Se requiere, dicen, de una inversión inicial de
3 millones de pesos sólo para atender la décima parte de
la red de distribución, dinero que no tienen.
Juárez Corona recuerda, documentos en mano, que
el 29 de abril pasado, con 414 votos en favor, cero en contra y cero abstenciones,
se aprobaron reformas a la Ley de Aguas Nacionales. Manifiesta su desaliento
con aquellos partidos que dicen estar comprometidos con causas justas y
en favor de los pueblos pobres, como el PRD y el PT, pues la votación
fue "unánime". Los restantes 186 diputados "simplemente no acudieron
a la sesión".
Entre los considerandos de las reformas se plantea el
concepto de que los recursos hídricos serán asunto de seguridad
nacional; se propone la creación de organismos civiles de cuenca
y consejos de cuenca, con conceptos como democratización de los
recursos hídricos y dar representación en esos organismos
a los usuarios.
Más tierras de riego pero menos agua
Hasta 1998 los distritos recibían todas las aguas
residuales del valle de México, pero en 2002 la Conagua autorizó
su uso al proyecto Alto Ajacuba, en Hidalgo, para irrigar entre 4 mil y
5 mil hectáreas, a pesar del compromiso de no ampliar más
tierras de riego. En 1996 la dependencia federal autorizó otra ampliación
de mil 200 hectáreas en el paraje El Tumba, en el valle del Mezquital.
Actualmente está en proceso de conceder el proyecto
Tunititlán, que comprende 7 mil hectáreas en los municipios
de Mixquiahuala, Chicuautla y Tezontepec de Aldama, mediante el sistema
de goteo. Los productores cuestionan: "si nos mandan la misma agua y se
amplían las tierras de cultivo", entonces cómo se va a resolver
el problema de falta del líquido en varias unidades de riego.
Los campesinos acusaron a la Conagua de haberlos presionado
para hacerse cargo de los distritos de riego. Los programas de la Secretaría
de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(Sagarpa), por ejemplo, se entregan a quienes aceptan y firman estar de
acuerdo con la transferencia. Otra presión es la suspensión
del riego. "Aceptas la transferencia, hay agua. No la aceptas, te la quitamos".
Por esa causa se han siniestrado alrededor de 40 por ciento de sus cosechas.
Más grave aún es la advertencia de que "si
no cooperas, das mantenimiento, limpias las redes de distribución
del agua, te multarán hasta con 10 mil salarios mínimos vigentes
en el Distrito Federal".
Si con la Ley de Aguas Nacional promovida en 1992 por
Salinas de Gortari, se abrió el paso a la privatización de
los recursos hidráulicos del país, con las reformas promovidas
por el gobierno de Vicente Fox Quesada, aprobadas por el Congreso de la
Unión el 29 de abril pasado, de plano se entregan estos recursos
al capital transnacional y se despoja a los campesinos de su principal
fuente de vida, concluyen.
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