.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones

M U N D O
..

México D.F. Sábado 12 de junio de 2004

Cuatro mil personas acudieron a dar "el último adiós" al ex gobernante

El funeral de Reagan, espectáculo religioso, ideológico y patriótico

Según la británica Margaret Thatcher, su amigo "liberó a los esclavos del comunismo"

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 11 de junio. El gran espectáculo del funeral de Ronald Reagan culminó hoy con la puesta del sol sobre la tumba del ex presidente después de un rito religioso-militar, en el que se subrayó el papel del ex actor en la política exterior y cómo, en palabras de su ex vicepresidente George H.W. Bush, el "gran comunicador" se convirtió en "gran libertador" al conquistar el comunismo.

Cuarenta campanazos sonaron en la Catedral Nacional (la segunda más grande del país, con cupo para 4 mil personas) al recordar al presidente número 40 de Estados Unidos como amante de la "libertad", hombre de coraje y convicción, gentil y bien educado y, sobre todo, "simpático".

La Dama de Hierro y "gemela política" de Reagan, la ahora baronesa Margaret Thatcher, declaró que su fallecido amigo "restauró al mundo libre y liberó a los esclavos del comunismo". En un tributo videograbado hace años, ya que la baronesa sufrió una embolia que no le permite hablar, recordó que Reagan "vio los muchos lados de la verdad" y gozaba de una "sintonía perfecta" con el pueblo estadunidense por su fe en "la libertad de oportunidad para la gente común". Ahora, añadió, es "un faro" para el mundo y alguien que "logró tanto para todos los hijos de Dios".

En la catedral también habló el ex primer ministro canadiense Brian Mulroney, quien dijo que Reagan "inspiró a su país y transformó al mundo". El que dos líderes extranjeros estuvieran entre las cinco figuras no religiosas escogidas para pronunciar discursos en la Catedral Nacional y que decenas, tal vez cientos, de figuras internacionales atendieran este servicio subrayó que fue una despedida particularmente enfocada sobre el impacto de la política exterior de Reagan.

Durante las pasadas 48 horas, cuando el ataúd de Reagan estaba en el Capitolio, entre los que fueron a rendir sus respetos estaban el recién instalado presidente de Irak, Sheikh Ghazi al Yawar, Thatcher, Mijail Gorbachov y el ex primer ministro de Japón Yasuhiro Nakasone. Estos asistieron hoy a la catedral donde también estaba una extraña mezcla de políticos extranjeros. Thabo Mbeki, presidente de Sudáfrica, considerado "terrorista" durante el gobierno de Reagan, se presentó, junto con mandatarios de diversos países, entre ellos Berlusconi, de Italia; Tony Blair, de Gran Bretaña, y Obasanjo, de Nigeria. También había aristócratas, como el príncipe Carlos de Inglaterra. Marta Sahagún, representando al presidente Vicente Fox, y el canciller Luis Ernesto Derbez por el gobierno mexicano.

Pero algunos decidieron no asistir, como el presidente francés Jacques Chirac, quien regresó a Francia después de atender la cumbre del Grupo de los 8 en Georgia, en lugar de sumarse al desfile de figuras mundiales en el funeral.

El conquistador del comunismo e hijo de Dios

Los oradores hablaron de Reagan como el triunfador en la lucha contra el comunismo. El presidente George W. Bush subrayó que "la ideología contra la cual se opuso durante toda su vida" fue derrotada por las fuerzas de la libertad y el coraje de Reagan. "Es símbolo duradero de nuestra nación", dijo al recordar cómo se enfrentó contra "el mal". Logró estas cosas, continuó el presidente, por su fe, por leer la Biblia, orar y "esperando que el Señor lo llamara a casa".

Bush padre recordó cómo su fe en la libertad, en la "decencia y justicia" de Estados Unidos convirtió a Reagan de "el gran comunicador a el gran libertador", al conquistar el comunismo. Pero también concluyó leyendo el salmo 37: "hay un futuro para un hombre de la paz".

Fue esta combinación religiosa, ideológica y patriótica la que imperó en los actos nacionales del "último adiós" a Ronald Reagan esta semana, que se transmitieron a toda esquina de este país y del mundo convirtiendo la ceremonia, como dijo un locutor, en "evento universal".

Al polvo regreso, acompañado de los santos

El último día de casi una semana de espectáculo funerario comenzó esta mañana con la viuda, Nancy Reagan, besando el ataúd de su esposo antes de su traslado del Capitolio -donde había permanecido 48 horas- a la Catedral Nacional bajo una llovizna constante.

En un ritual religioso-militar, el ataúd llegó a la Catedral para ser recibido por una banda militar. Ocho integrantes de las cinco ramas de las fuerzas armadas cargaron el ataúd mientras soldados, en las escalinatas, presentaban armas frente a la casa de Dios. Marines, miembros del ejército, de la fuerza aérea y guardacostas ingresaron a la catedral, donde poco después se invocaría el nombre de Jesucristo: "con fe en Jesucristo recibimos el cuerpo de nuestro hermano Ronald, elévalo a la perfección a través de los santos", diría el obispo de Washington.

Coros interpretaban canciones patriótico-religiosas, acompañados por las voces de los 4 mil asistentes, entre ellos los cuatro ex presidentes estadunidenses aun vivos -tres de ellos, contrincantes electorales conquistados por Reagan: Gerald Ford, George H.W. Bush y Jimmy Carter (el cuarto era, claro, Bill Clinton). Un rabino, un cardenal católico y un reverendo episcopal, entre otros, ofrecieron palabras religiosas elogiando y solicitando paz eterna par el "hermano" Ronald.

El actual presidente entró a la oda religiosa declarando que Reagan ahora "ve a su salvador cara a cara", y pidiendo que "Dios bendiga a Ronald Reagan y al país que tanto amaba". El obispo de la catedral declaró que "al polvo ha de volver" entre aleluyas y referencias al "Dios de paz". Ese ser divino de la paz atestiguó después cómo nuevamente los integrantes de las fuerzas armadas sacaban el ataúd cubierto por una bandera estadunidense que había ondeado en el Capitolio cuando Reagan asumió la silla presidencial, frente a otra banda militar, de la catedral. De ahí se trasladó el cuerpo hacia el avión presidencial Air Force One, junto con la viuda y sus tres hijos, acompañados también por Thatcher, que partió hacia la costa oeste.

Al llegar a la Biblioteca presidencial Reagan, en el Valle Simi, en California, Regan fue sepultado durante la puesta del sol, evento trasmitido en vivo por todas las cadenas nacionales esta noche.

Así fue la última escena de la última película del ex actor Ronald Reagan. La dirección fue impecable, el reparto se portó muy bien, cumpliendo con sus papeles, los medios fueron ejemplares en su aportación a que la imagen fuera la que deseaban trasmitir los productores del evento y casi ningún crítico de esta película se atrevió a expresarse o encontró por dónde.

Así se recordó al simpático hombre, lleno de fe y de gran optimismo que "cambió al mundo". Sólo que nadie de los que hoy confirmaron, sin ninguna duda, que Reagan ya está con Dios podía decir, con certeza, qué fue lo primero que Dios le dijo al recién llegado.

Pero Bob Dylan cantaba a los Maestros de la Guerra que "ni Jesús perdonaría lo que haces".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email