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México D.F. Sábado 12 de junio de 2004
Miguel Concha
Pacto por la cultura en Juárez
Hay quien sostiene en Ciudad Juárez que, a pesar de tanta desigualdad y calamidad, su producto interno bruto actual es superior al de la ciudad de Monterrey, lo que significaría que es mayor que el de todos los países de Centroamérica juntos, y el de varios estados de la República en su conjunto. Sin embargo, se sostiene igualmente que el porcentaje del presupuesto que el ayuntamiento de Juárez dedica a la cultura es apenas 0.05 por ciento, es decir, sólo 6 millones de pesos anuales, cuando la UNESCO determina que el gasto por este rubro sea al menos de 2 por ciento, pues el acceso a la cultura es un derecho humano, así consagrado en el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y en el artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. A ello se debe que el número de centros culturales en Ciudad Juárez sea infinitamente menor al de su vecina, la ciudad de El Paso, Texas, y que la mayor de sus bibliotecas sea más pequeña que la menor del otro lado de la frontera.
Solamente en aquella ciudad se les ocurrió hace años que los locales del Instituto Nacional de Bellas Artes podían ser utilizados como instalaciones para un nuevo supermercado. Conscientes de estas obligaciones del Estado mexicano, y de que la violencia asociada al narcotráfico y a los crímenes de mujeres -expresiones evidentes de la conflictividad social-, se deben también a los rezagos en equipamientos culturales y políticas de integración cultural de la población, desde hace 15 años un grupo de cultivadores del arte y las ciencias se vienen organizando a título personal y desde la sociedad civil para crear una nueva institucionalidad, en la que la inversión en cultura pueda constituir "un elemento central para rehacer el tejido social y fortalecer el desarrollo comunitario". Para estos creadores -que se resisten a aceptar que la única solución para los problemas de Juárez está en las fuerzas de la seguridad, incluso militares, como piensa uno de los candidatos a la alcaldía- la cultura no es un artículo de refinamiento, y no la comprenden sin un claro compromiso social. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, tampoco la entienden sin una referencia explícita a la problemática actual de todo el país. Por ello decidieron trabajar ya en un acuerdo más amplio, que plantee la cultura "como un recurso y una oportunidad para enfrentar los retos que se manifiestan de manera más visible en Ciudad Juárez, pero que son síntoma de la problemática que enfrenta el país en este momento histórico", ya que siguen enfrentándose a la irresponsabilidad, incomprensión, insensibilidad e ignorancia de las autoridades, que continúan considerando la cultura como asunto secundario, un gasto injustificable, y no una inversión "en favor de un futuro socialmente sustentable".
Durante la visita que el Consejo Ciudadano de la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres realizó a Ciudad Juárez el martes pasado para presentar el diagnóstico, las propuestas integrales de solución y las labores de coordinación que desde hace casi cuatro meses vienen desarrollándose con escasísimos recursos, con el propósito de atacar de raíz el problema de los feminicidios, fuimos invitados por este grupo de ciudadanos a sumarnos a un pacto por la cultura en Juárez. En él nos comprometimos a promover la cultura como un derecho inalienable de los habitantes de Ciudad Juárez y México, y a promover políticas culturales como factor de desarrollo de las comunidades de todo el país. Nos comprometimos igualmente a considerar la cultura como parte fundamental de la solución integral de problemas como la violencia, los crímenes de odio y la xenofobia, y como coadyuvante en la reconstrucción del tejido social, y a apoyar la creación de una nueva institución de cultura en el municipio de Juárez, que contribuya a la consecución de estos propósitos.
Durante la sesión se nos exhibió un video, premiado en el primer festival de cortometraje Este corto sí se ve, y seleccionado en el cuarto Festival Internacional de Cine y Video Voladero, que describe los obstáculos y las oportunidades de tres jóvenes migrantes de Ciudad Obregón, Sonora, atraídos por el espejismo del "desarrollo social" de Juárez. Trabajo estrujante que describe la forma en que se les van acabando los sueños y acortando los horizontes a esos tres jóvenes, que tienen que empezar todo de nuevo. Tierra prometida, pues tal es el nombre del cortometraje -se dice también en su presentación en disco compacto-, "es también una mirada interior que explora amorosamente un territorio acosado por los estereotipos".
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