.. |
México D.F. Miércoles 9 de junio de 2004
Especialistas en foro de Casa Lamm y La Jornada
"Casi nulos", los avances en el Acuerdo Nacional para
el Campo
MATILDE PEREZ U.
El Acuerdo Nacional para el Campo (ANC) debe servir como
documento base para aplicar nuevas políticas para el agro y tiene
que cumplirse "a cabalidad", destacó el coordinador de la Unión
Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA),
Alberto Gómez Flores. Agregó que esto depende de la unidad
y cohesión de las diversas organizaciones campesinas, que actualmente
no existen.
En
el foro México después del 2 de julio y el mundo actual,
organizado por Casa Lamm y La Jornada, en el que se habló
de los avances del ANC, Armando Bartra, fundador del Instituto Maya, responsabilizó
al gobierno de los pocos, "casi nulos", avances sobre el documento suscrito
el 28 de abril de 2003. "Quiere hacer perdedizo lo esencial del ANC, como
la evaluación integral del impacto del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte y el análisis de la ley contra el bioterrorismo
de Estados Unidos. El estudio tenía que haberse realizado con la
participación de organizaciones campesinas y concluido en diciembre
del año pasado."
El gobierno, abundó Bartra, no cumplió los
plazos y realizó una evaluación del TLCAN "a modo", sin la
participación de los campesinos. El resultado fue un documento que
no revela el impacto de ese tratado comercial en el agro, es un documento
light. "El gobierno no piensa cumplir los acuerdos básicos
del ANC. El único terreno en el que se avanzó es en el de
las acciones inmediatas y en la reformulación de reglas de operación
de medio centenar de reglamentos (...); a este documento le fue mejor que
a los acuerdos de San Andrés."
Tras la movilización campesina de 2003, se desprende
que los gobiernos de PAN y PRI "pueden ser obligados a pactar pero no a
cumplir, pues a pesar de que los campesinos llenan plazas, bloquean carreteras
o realizan diversas acciones las autoridades no ceden".
Sin embargo, el investigador del Instituto Maya consideró
que los avances obtenidos por las organizaciones no son irrelevantes, aunque,
destacó, el talón de Aquiles del movimiento campesino es
el desmantelamiento del bloque que lograron al inicio del año pasado,
previo a la firma del ANC. "Esa situación era de esperarse, porque
la mayoría de las organizaciones actúan como sujetos gremiales.
El debilitamiento se agravó, porque gobierno y organizaciones empezaron
a negociar acuerdos bilaterales pasando por encima de la solidaridad lograda."
Ante un público compuesto mayoritariamente por
jóvenes y en un escenario recreado por la exposición pictórica
"Reflejos", de Mónica Mariscal, Bartra aseveró que de la
experiencia del movimiento campesino de 2003 se desprende que "la fuerza
debe mantenerse hasta el final de la negociación, pues de lo contrario
se cae en un mecanismo de coptación". Y a manera de ejemplo, mencionó
los casos de las organizaciones del Congreso Agrario Permanente y de la
Confederación Nacional Campesina, las cuales "no pueden renunciar
al regateo, pues de lo contrario pierden sus bases".
Rita Schwentesius Rindermann, investigadora de la Universidad
Autónoma Chapingo, indicó que mientras el gobierno de Estados
Unidos está obligado por ley a revisar cada dos años el TLCAN,
en México no se había hecho una evaluación oficial
de éste, pero la que se efectuó -encargada a El Colegio de
México, que costó 2.5 millones de pesos- "no sirve para nada,
(pues) ni siquiera cumple los requisitos establecidos por la Secretaría
de Economía. No digo que sea un estudio malo, pero de éste
no se puede extraer nada".
Por los campesinos habló Alberto Gómez Flores,
uno de los que realizaron una huelga de hambre frente al monumento a la
Independencia en enero de 2003. A más de un año de la movilización
campesina e indígena, no vista en la ciudad de México desde
hace casi medio siglo, comentó que el movimiento campesino está
débil. "Tenemos que ser autocríticos, reconocer nuestras
debilidades internas, actualizar nuestros acuerdos y enfocarnos a las alianzas
regionales", subrayó.
Respecto de la actuación del gobierno actual, el
coordinador de la UNORCA mencionó que éste atiende al agro
"con políticas prestadas de las administraciones de los ex presidentes
Carlos Salinas y Ernesto Zedillo. No hay ningún cambio. Por el contrario,
se está aplicando una política de expulsión del campesinado,
de violación a su derecho de ser agricultor, ganadero, productor
forestal o pescador". El ANC, señaló, fue producto de la
desesperación campesina, pero las autoridades no han sabido comprender
los pensamientos, acciones y actitud de la gente rural.
"Nuestra razón de existir es por el desarrollo
rural, la agricultura y la pesca. Elegimos ser campesinos, queremos que
se respete nuestra profesión y que el gobierno defienda la soberanía
alimentaria del país", añadió.
|