México D.F. Miércoles 2 de junio de 2004
Las que tienen mayor nivel educativo y trabajan,
principales víctimas: encuesta nacional
Padecen violencia intrafamiliar 47 de cada 100 mexicanas
Las mujeres que viven en unión libre enfrentan
más agresiones que las casadas
En los estados del norte del país, donde se presentan
los índices de maltrato más elevados
PATRICIA MUÑOZ
En
México, 47 de cada 100 mujeres sufren algún tipo de violencia
intrafamiliar, ya sea de carácter sexual, económico, físico
o emocional. Paradójicamente, las principales víctimas son
aquellas que tienen mayor nivel de instrucción educativa y las que
trabajan.
La Encuesta Nacional de las Dinámicas de las Relaciones
en los Hogares 2003, dada a conocer ayer por el Instituto Nacional de las
Mujeres (Inmujeres) y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía
e Informática, establece que esas agresiones se dan primordialmente
entre mujeres que viven en unión libre y que en los estados del
norte del país es donde se han detectado más casos.
Patricia Espinosa Torres, presidenta del Inmujeres, expresó
en conferencia de prensa que los datos demuestran que aún predominan
roles de machismo en el país y que el avance intelectual y económico
de las mujeres está desfasado respecto de los patrones predominantes
de sumisión que se les imponen culturalmente.
La encuesta se levantó en cerca de 57 mil viviendas
de todo el país, entre mujeres de 15 años o más que
viven en pareja.
Los resultados de la investigación indican que
la proporción de mujeres que enfrentan episodios de violencia en
el hogar es de 47 por cada 100 y que las agresiones pueden ser de diversos
tipos, ya que van de intimidaciones y humillaciones a violencia física
y sexual.
En relación con el estado conyugal, los actos de
violencia se manifiestan más entre mujeres que viven en unión
libre -54.9 por ciento- que entre casadas -44.5 por ciento-; además,
se da en mayor medida entre las que tienen hijos. Un dato que causó
polémica en la presentación es que, por nivel de escolaridad,
se detectó que entre las mujeres sin instrucción escolar
la violencia alcanza 38 por ciento, mientras entre las que tienen educación
media superior es de 47.0 y entre las que tienen secundaria terminada llega
a 52 por ciento. Este dato, según Espinosa Torres, es paradójico
y se tiene que profundizar en el mismo, ya que o las mujeres sin preparación
académica no denuncian esos hechos o bien la población masculina
no está aceptando los nuevos roles de su pareja.
Otro dato preocupante es el referente a las mujeres que
trabajan, ya que en ellas la prevalencia de actos violentos por sus parejas
es de 49.6 por ciento, mientras que entre las que se dedican sólo
al hogar es de 45.2 por ciento, afirmó.
Respecto de la agresión emocional, precisó
que 38 por ciento de encuestadas la padecen; en tanto, sufren violencia
económica -la que ejerce el hombre sobre la mujer mediante el control
del dinero que ingresa al hogar- 29 por ciento de mujeres.
En cuanto al maltrato físico, los datos indican
que nueve de cada 100 mujeres experimentan al menos un incidente de ese
tipo. Y sobre agresión sexual, la información señala
que ocho de cada 100 mujeres de 15 años o más la padecen,
indicó la directora del Inmujeres.
También manifestó que una cuarta parte de
las encuestadas aseguró experimentar simultáneamente agresiones
emocionales y económicas, y que 5.7 por ciento de ellas enfrentan
los cuatro tipos de violencia.
Por estados, explicó, Chiapas resultó ser
el estado donde se presentan índices menores, con 27 por ciento;
en cambio, el que tiene el récord de agresiones es Sonora, con 49.8
por ciento.
Otras entidades con altos niveles de violencia intrafamiliar
son Zacatecas, Chihuahua, Coahuila, Michoacán, Baja California y
Quintana Roo, es decir, en el norte del país es donde ocurren más
ese tipo de incidentes.
Las consecuencias de la violencia son tristeza, aflicción
o depresión, problemas nerviosos, angustia, insomnio y trastornos
del apetito, según informes de la investigación.
Los motivos que en mayor medida propician ese tipo de
actos son, además de aspectos culturales, las situaciones de crisis
económica, los embarazos no deseados y el alcoholismo.
Finalmente, planteó que las acciones que se deben
emprender para frenar esas situaciones son la aplicación de leyes
más severas, tipificar esos tipos de violencia como delitos, homologar
las leyes respectivas en los diversos estados y, sobre todo, modificar
los roles de género.
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