Guillermo Vélez, otra víctima de agentes de la AFI

El caso de Zárate, muy similar a otro ocurrido hace dos años

SUSANA GONZALEZ G.

El homicidio del comerciante Manuel Zárate Villarruel presenta tales similitudes con la muerte de Guillermo Vélez Mendoza, ocurrida hace dos años, que hace pensar en una "redición" del caso: ambos perecieron por asfixia, sufrieron múltiples lesiones y golpes, fueron detenidos sin que les fuera presentada la orden judicial correspondiente y los responsables son efectivos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), de la Procuraduría General de la República (PGR), manifestó Guillermo Vélez Pelayo, padre del segundo.

Este nuevo caso, dijo, debe servir para que los agentes "científicos" no olviden que son servidores públicos y que no todas las personas con las que tratan son delincuentes a quienes pueden aplicar la fuerza física brutal, porque de lo contrario no se nota "el cambio" anunciado por las autoridades en la actuación del personal de la PGR respecto de épocas anteriores. Aunado a lo anterior, mencionó que persiste la prepotencia y la protección hacia los agentes, porque los exculpan de los golpes al justificar que realizaban su trabajo, por lo que la credibilidad de la PGR puede quedar nuevamente en entredicho.

Zárate Villarruel, quien se opuso a un cateo que llevó a cabo la AFI en la colonia Merced Balbuena, fue sometido por los agentes federales de tal manera que su cuerpo presentaba rastros de golpes en 11 zonas, según fuentes de la PGJDF: desde el dorso de la nariz y el dedo anular izquierdo, hasta los párpados superiores, en la oreja izquierda, el interior del brazo derecho y el exterior del izquierdo, entre otros, además de escoriaciones en brazos, rodillas y muñecas, así como quemaduras en dos zonas.

Mientras, los peritajes sobre la muerte de Vélez Mendoza, en marzo de 2001, revelaron la existencia de 30 lesiones en distintas partes del cuerpo, aunque oficialmente la PGR sólo reportó 14. Incluso la Procuraduría de Justicia del Estado de México, que al igual que la PGJDF llevó a cabo su propio peritaje, aseguró que las lesiones presentadas eran "típicas de tortura" y producto del sometimiento.

No obstante, a más de dos años de la muerte de Vélez Mendoza, quien fue aprehendido por elementos de AFI por pertenecer presuntamente a la banda de secuestradores conocida como Los Antrax, el comandante que le aplicó la llave china que le provocó la asfixia además de que un golpe en la cabeza le lesionó el cartílago tiroideo, Hugo Alberto Muro Arellano, "no pisó nunca la cárcel, estuvo prófugo, luego se amparó y, al final, en diciembre del año pasado los magistrados del tercer circuito colegiado ordenaron al juez de la causa modificar el delito por el que se acusó para que en lugar de homicidio culposo quedara como doloso", dijo Guillermo Vélez padre.

Otros cuatro agentes federales involucrados también en la muerte de Vélez Mendoza fueron sentenciados a cuatro años y nueve meses de cárcel, pero acusados de delitos menores, como falsedad en declaraciones, advirtió Vélez Mendoza. Aseguró que ya se agotaron todos los recursos legales a escala nacional, pero el caso es estudiado actualmente por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Aunque los agentes de la AFI argumentaron tener una orden de presentación en contra de Vélez Mendoza, jamás fue exhibida, como tampoco ocurrió con la orden de cateo en el caso del comerciante de juguetes de la Merced Balbuena. De hecho, testimonios de familiares y amigos de Zárate Villarruel indican que cuando éste se opuso a que abrieran su negocio y les solicitó la orden correspondiente, los policías le respondieron :"Ƒasí que quieres ver la orden de cateo, hijo de la chingada?", para subirlo de inmediato a una camioneta de la corporación, donde lo tundieron a puñetazos y patadas, hasta que murió de asfixia por broncoaspiración.