México D.F. Lunes 24 de mayo de 2004
El crimen "fue programado con tiempo", sostiene
Rivera exige saber toda la verdad del caso Posadas
Condena en Catedral políticas de población
y de control natal
JOSE ANTONIO ROMAN
Saber
toda la verdad sobre el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas
Ocampo es importante no sólo para la Iglesia católica sino
para la historia del país, dijo el arzobispo primado de México,
cardenal Norberto Rivera, el cual considera que la muerte del prelado "fue
programada con tiempo".
Al cumplirse hoy el undécimo aniversario de dicho
asesinato, ocurrido también en lunes, Rivera Carrera dijo que los
obispos tienen la sensación que desde un principio se borraron evidencias
que pudieran apuntar hacia el conocimiento de la verdad de los hechos producidos
en el aeropuerto internacional de Guadalajara, la tarde del 24 de mayo
de 1993.
"Tenemos la sensación de que aquello fue intencional.
Yo no tengo ninguna prueba, pero hay muchos elementos que así lo
indican y esperamos que el caso se clarifique en un futuro", dijo el cardenal
Rivera.
Expresó su beneplácito por la decisión
de la Cámara de Diputados de crear una comisión especial
encargada de revisar todo el proceso en la investigación del homicidio
del cardenal Posadas y otras seis personas, que, como él, fueron
ultimadas ese día en el aeropuerto de Guadalajara, resultado de
una confusión durante un enfrentamiento entre dos bandas rivales
de narcotraficantes, según la versión oficial.
Entrevistado luego de su acostumbrada misa dominical en
la Catedral Metropolitana, el cardenal Rivera -quien una noche antes llegó
del Vaticano, a donde acudió a la celebración del cumpleaños
84 del papa Juan Pablo II-, señaló que la Iglesia todavía
tiene confianza en que concluya satisfactoriamente la investigación
y se conozca finalmente la verdad.
Durante la celebración religiosa y ante cientos
de feligreses asistentes a la misa de la Ascensión del Señor,
el prelado llamó a estar alertas ante la intención de "intereses
y fuerzas internacionalistas" de imponer a nuestro país políticas
de población y de control natal "contrarias a la idiosincrasia del
pueblo de México y de los valores cristianos".
Señaló que el país debe abrir sus
fronteras y aceptar la ayuda de los hermanos de cualquier punto del planeta,
pero sin abandonar nuestra responsabilidad y sin dejar que esas fuerzas
e intereses decidan por nosotros para resolver los problemas.
"Con profundo respeto y gran amor debemos trabajar por
los derechos humanos, pero nos duele que con este pretexto se quiera atentar
contra el sacralismo del matrimonio y se quiera distraer nuestra atención
en este momento en que deberíamos estar enfrentando retos tan grandes,
como la inseguridad, la violencia, el desempleo y la contaminación,
que amenazan nuestras vidas.
"Debemos reconocer que la corrupción que padecemos
es preocupante y que debemos luchar unidos contra el narcotráfico,
pero sería muy lamentable que otros, quizás más corruptos,
simple y sencillamente porque son más poderosos tomen las decisiones
que nos corresponden", señaló el cardenal, quien agregó
que los católicos están llamados a hacer presente a Jesucristo
en las realidades social, política, económica y familiar.
"Si cada uno se compromete con su pequeña realidad el mundo ciertamente
cambiará", apuntó.
Rivera Carrera advirtió que aún con los
graves problemas demográficos que padece el país, producto
del abandono del campo, la falta de justicia social, de ineficaces políticas
de desarrollo, por la concentración urbana y muchos otros factores,
las potencias y las naciones extranjeras -muchas con espíritu consumista
y hedonista- no tienen derecho a imponer a nuestro país políticas
poblacionales que atentan contra los derechos humanos, incluso el más
esencial que es el de la vida.
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