México D.F. Domingo 23 de mayo de 2004
Mi trascender a través de la cuenta y el juego
Volumen explora la dimensión espiritual de las matemáticas
YANIRETH ISRADE
La plenitud es una cualidad ligada a la armonía y ésta, a su vez, depende del equilibrio que el ser humano establezca consigo mismo, con su entorno y aun con el cosmos, según la convicción indígena a la que se adhiere Everardo Lara González en su libro Mi trascender a través de la cuenta y el juego, volumen que explora la dimensión "espiritual de las matemáticas" y que demuestra cómo, en diversas manifestaciones -por ejemplo los calendarios, los tejidos, el juego o las danzas- las culturas autóctonas procuran una "asociación numérica sublime" , de comunión, entre su propio devenir y el del universo.
La asociación, advierte el autor, es el principio fundamental de la vida ancestral indígena, pues "únicamente tiene significado lo que representa unión", y además ésta es primordial para los procesos evolutivos.
Lara González ilustra: "en el juego autóctono, la esfera representada por la pelota y las canicas simboliza una libertad en armonía, y los jugadores buscan permanentemente formar cuadrados y escalones, incluso con su cuerpo, para indicar el camino al ascenso; todo esto conjugado con actividades de desarrollo físico y destreza mental, que buscan el perfeccionamiento del ser humano para trascender espiritualmente."
Otro ejemplo: "A lo largo del continente, portar un collar significa la conciencia de nuestra cuenta personal; ser tejedora de tapices es un gran honor. Iniciar un tejido matemático es como la vida: se debe tener el tiempo suficiente para concluirlos con satisfacción".
Como el Chilam Balam de Chumayel, los números dicen: "todo mes, todo año, todo sol, todo espíritu camina y pasa también cuando ha completado su justa medida".
Apunta el autor: "el hombre actual debe conocer estos preceptos para que exista un equilibrio; saber que un todo sólo requiere lo necesario, no más ni menos".
El libro, una edición de autor recientemente publicada y que se inscribe en el proyecto educativo de la organización Agradable Compromiso de Enseñar, incluye una sección dedicada a la metáfora de los números, mientras un segundo apartado se ocupa de los calendarios.
Uno más revisa los instrumentos de cálculo, como el nepohualtzitzin, y en el capítulo de tableros matemáticos destaca el quipu y la raíz cuadrada.
La última parte aprecia la expresión de las matemáticas en dos tipos de juego, los de destreza mental, y los que requieren actividad física. En esta última categoría destacan la danza de los voladores, la matatena, las canicas, el rebote a mano con pelota dura, el balero, el trompo, el yo-yo, el papalote y el cuatro de teja.
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