México D.F. Jueves 20 de mayo de 2004
Instan a sus gobiernos a lograr un acuerdo migratorio
más allá de la coyuntura electoral
Inviable, plan de Bush sobre trabajo temporal: obispos
de México y EU
Demandan una legislación "más justa y
humana" y que se preserven la vida y los derechos de los connacionales
Consideran que el impacto del fenómeno requiere esfuerzos conjuntos
JOSE GALAN
Las conferencias episcopales de México y Estados
Unidos instaron a los gobiernos de ambos países a remontar las condiciones
adversas en la relación bilateral y alcanzar acuerdos concretos,
legales y duraderos respecto del tema migratorio, aunque reconocieron las
dificultades para llegar a esa meta, sobre todo por la oposición
de importantes grupos de legisladores estadunidenses a modernizar las leyes,
normalizar las corrientes migratorias y evitar así la muerte de
más migrantes.
Los
obispos Renato Ascencio, presidente de la Comisión Pastoral de Movilidad
Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano; Ricardo Watty, titular
de la diócesis de Nuevo Laredo, y Thomas Wenski, presidente del
Comité Sobre Migración de la Conferencia del Episcopado Estadunidense,
además de los académicos Agustín Escobar, de la Universidad
Iberoamericana (Uia), y Susan Martin, directora del Instituto de Estudios
sobre Migración Internacional de la Universidad de Georgetown, en
Washington, coincidieron en que no sólo es importante lograr un
acuerdo entre ambas naciones sobre un tema "urgente", sino que éste
también funcione.
Ambas partes deben dejar de lado sus diferencias
En conferencia de prensa en las instalaciones de la Uia
en Santa Fe, consideraron además que los dos gobiernos deben dejar
de lado sus diferencias -y en Estados Unidos las implicaciones en este
año electoral- y empezar a dialogar para hacer frente al problema
de los trabajadores migratorios, y consideraron "inviable" la propuesta
del presidente George W. Bush de lanzar un programa de trabajo temporal
porque, añadieron, "esa decisión no se ha reflejado en la
promulgación de leyes necesarias para garantizar los derechos de
los trabajadores migratorios y su regreso a los países de origen,
particularmente México".
Susan Martin señaló que se tuvo una reunión
de consenso para avanzar en el borrador del documento, cuya versión
final deberá estar lista para diciembre de este año, con
recomendaciones de políticas públicas y de análisis
sobre problemas como salud, educación y trabajo temporal, además
de la situación familiar, y se concluyó que "existe una absoluta
necesidad de cooperación entre ambos países, a fin de crear
e impulsar una agenda común. Nadie puede cerrar los ojos a ello".
Los obispos de México y Estados Unidos hicieron
circular con anterioridad la carta pastoral Juntos en el camino de la
esperanza. Ya no somos extranjeros, en la que se pronunciaban a favor
de un acuerdo migratorio entre los dos países, y que específicamente
insistía en un acuerdo que regule el flujo de trabajadores temporales,
la cual fue entregada al presidente Vicente Fox y a las autoridades estadunidenses.
Se requieren "pasos concretos"
"El impacto de la migración es muy grande como
para que cada país actúe de manera individual", agregó
Susan Martin, quien insistió en la necesidad de mejorar la vida
de los migrantes en Estados Unidos "por medio de pasos concretos", y advirtió
que los programas de trabajadores temporales deben ser manejados "con mucho
cuidado". Agustín Escobar reconoció, sin embargo, que "éste
no es el momento propicio para buscar grandes negociaciones, acuerdos o
reformas legales sobre la migración en Estados Unidos", y advirtió
que en cualquier decisión "la sociedad civil, como la Iglesia católica,
debe estar mucho más involucrada que ahora".
El obispo Renato Ascencio sostuvo que cualquier medida,
"si bien no depende de nosotros como iglesia", debe responder a las necesidades
de los migrantes, y de allí el origen de la carta pastoral, que
busca "retomar la discusión sobre el tema entre presidentes", pero
advirtió que "la situación política ha detenido el
asunto": el trabajo temporal actualmente no tiene un sustento legal en
Estados Unidos. "Para que haya una discusión se necesitan dos interlocutores."
Sostuvo que la principal preocupación es el reto
que enfrentan los migrantes en el país vecino, "por lo que debemos
presionar para que, por lo pronto, haya una discusión. Tenemos propuestas
concretas que hemos presentado ante el Congreso de México, que las
mantiene bajo análisis".
Para Thomas Wenski, la situación "es grave. Hemos
tenido muchos avances en varios temas como la globalización, el
libre mercado y las transferencias financieras, pero no sobre la migración".
Las leyes son anticuadas, añadió. "No están al día;
los migrantes sufren, y como iglesia tenemos que ser la voz para que se
adecue la legislación y sea más justa y humana", dijo. "Hay
que meter la mano en la masa."
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