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México D.F. Lunes 17 de mayo de 2004
APRENDER A MORIR
Hernán González G.
Nombrar la muerte
"LA MUERTE PASMA y suspende, detiene todo suspenso, lo por venir. La muerte anula esa suspensión y reinaugura la posibilidad imposible de lo real. Entre el grito inicial y el grito terminal, el desfiladero de los significantes, para sentir ese 'volver de nuevo a lo real', a lo no símbolo, a la no palabra, a lo que es", sostiene el tanatólogo y doctor en sicología Víctor Ortiz, cuya interesante investigación Máscaras de la muerte, una exploración del lenguaje en torno a la muerte, será publicada próximamente.
"EL CUERPO MURIENTE -continúa Ortiz- es la nominación que anuncia el grito terminal, el signo que designa la inminencia de la muerte, el precadáver. Pero desde el nacimiento se es un precadáver, y no son sino el cúmulo de signos lo que enmascara la presencia constante de la muerte en la vida, porque solamente nombramos desde la vida y nombramos sólo lo que tiene que ver con la vida. Aun nombrando la muerte, es un vivo quien la nombra desde una perspectiva de vida, pues ya la mera palabra es un hecho de vida.
"SOLO ANTE LA inminencia de la muerte, ante el cuerpo precadáver, la muerte se hace innegable, la miramos inundar con su presencia a la vida; por fin se la reconoce, aunque siempre haya estado ahí. Este reconocimiento suele ser tan brutal para los sujetos, que su única respuesta es tratar al otro no ya como individuo ni como precadáver, sino como cadáver: matarlo antes de que muera.
"TRATARLO COMO SI estuviera ya muerto es la consecuencia de no reconocer ni aceptar sus deseos y necesidades, sino de imponerle las de los vivos, las de quienes no soportamos ver su agonía ni su deterioro físico, las de quienes quisiéramos que siguiera viviendo. Desde nuestro deseo de vivos anulamos sus necesidades y deseos de muriente."
ƑQUE ES LO que nombramos con la palabra muerte? "Con muerte no nos referimos a la muerte física del otro -observa ortiz-, sino sobre todo a su desaparición, a su 'nunca más cara a cara conmigo', a ese 'me dejaste' y más aún a ese 'me quedo en el mundo sin ti, para solo seguir viviendo; acaso recordándote, acaso tratando de olvidarte. Pero yo vivo al fin, aunque sea solo de ti, dejado de ti, y tu muerte hace que mi vida tenga más peso, tanto porque me pesa más como porque es más real.
"LO QUE MAS me pesa de la muerte del otro es mi vida, porque yo siento en mí su muerte, yo vivo su ausencia y su recuerdo, yo deseo que siguiera aquí, y lo evoco y lo invoco, pero no lo provoco pues no está ya físicamente frente a frente como para provocarlo; jamás volveré a poder provocarlo.
"LA MUERTE DELotro me devuelve, me redirecciona hacia mí. Soy yo el que termina provocándose ante la ausencia del otro. Te evoco e invoco, pero solamente me provoco: vuelvo a sentir el dolor de tu ausencia, me vuelvo a sentir y a descubrir solo... ante la vida. Tu muerte me devuelve a la vida, así sea para vivir mortíferamente, pero a fin de cuentas alguien vivo que vive... aunque sea para vivir la muerte del otro."
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