VIVIR SIN CABLES | 17 de mayo de 2004 | |
Karla Torrijos La carta de alimentos con la que un restaurante de moda en Polanco y una pequeña cafetería para estudiantes en el sur de la ciudad buscan atraer clientes, tiene tan poco en común como la diferencia entre un pulpo a feira y un sandwich de jamón con jitomate. Aun con la abundante oferta de alimentos y bebidas, establecimientos de todo tamaño y pretensiones comienzan a parecerse en que ambos ofrecen el servicio de conexión inalámbrica a Internet, conocido como Wi-Fi, todavía poco extendido en México, como gancho para atraer más público. Estos lugares donde ya es posible el acceso inalámbrico a Internet son llamados hot spots. Su proliferación va en aumento, no así el número de usuarios de esta forma de conexión. Este contraste no impide que tanto compañías prestadoras de ese servicio como negocios e instituciones apuesten por el mercado de la conexión inalámbrica, destinado exclusivamente a las personas que, por la naturaleza de su trabajo, requieren estar siempre conectadas a la red. Un lugar que ya ofrece esta alternativa de conexión es el restaurante La Estrella de Galicia, en Polanco. Su gerente, Antonio Barrera, asegura que desde que su negocio presta este servicio, hace unos cinco meses, hay mayor afluencia de clientes, principalmente jóvenes ejecutivos que continúan con su trabajo mientras esperan por sus "tapas, una tortilla de papa o una caña de cerveza gallega". En realidad, la instalación de un hot spot no es muy complicada, no requiere gran infraestructura. Basta con una línea telefónica para el acceso a Internet, un módem inalámbrico y un access point o antena. El uso del Internet inalámbrico se extiende sobre todo en lugares públicos. Los usuarios que busquen acceso a Internet en esos sitios deben asegurarse de que su laptop o agenda electrónica tengan instalada una tarjeta inalámbrica, la cual hace las funciones de un teléfono o módem. Para los consumidores domésticos y comerciales la renta mensual de este servicio va de los 349 hasta los 4 mil 599 pesos, según la velocidad de operación solicitada al proveedor; estas tarifas se aplican sólo con un contrato por dos años. Los negocios que ofrecen esta opción de Internet no cobran por el servicio. Algunos proveedores de acceso a Internet inalámbrico en México son: Cablevisión, MVS y Prodigy de Telmex. Este último cuenta con el servicio denominado Vive sin cables, el cual suma diariamente entre 100 y 150 nuevos usuarios. Tan sólo para equipar el acceso y habilitar 400 hot spots en México Telmex ha invertido casi 8 millones de dólares. Por lo menos 300 de estos sitios están ubicados en lugares frecuentados primordialmente por turistas, como aeropuertos, hoteles, restaurantes, así como hospitales, universidades, centros comerciales y de convenciones. Parte de los hot spots en el Distrito Federal funcionan en los restaurantes de las cadenas Sanborn´s, Vips, La Estrella de Galicia; cafeterías como Café Caffe, la Librería Porrúa Parque Duraznos, el aeropuerto, e instituciones educativas, como las universidades del Valle de México y la Panamericana. Con esta nueva alternativa tecnológica, los comercios serán más atractivos para los clientes debido a que, además de comer o beber una taza de café, podrán estar conectados permanentemente a Internet, con lo cual podrán continuar con su trabajo. Pese a los beneficios que otorga la Internet, su uso aún no está muy difundido en México. Cifras del Banco Mundial revelan que en países como Estados Unidos y Canadá, donde la web es considerada un instrumento indispensable de trabajo, por cada mil habitantes hay 551 y 513 internautas, respectivamente. Mientras que en México sólo hay 98 usuarios por cada mil habitantes. Sin
embargo, las empresas proveedoras se muestran optimistas y esperan un
importante incremento, tanto del número de usuarios de Internet
fijo e
inalámbrico como de hot spots instalados
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