México D.F. Martes 11 de mayo de 2004
Participan en la cinta una veintena de actrices
porno y clientes reales
En Yo puta cuento cómo es el mundo de
la prostitución con luces y sombras: Luna
NOTIMEX
NUEVA YORK, 10 DE MAYO. CONSCIENTE DE SU ARRIESGADA
APUESTA Y ANIMADA POR LA POLÉMICA, LA ESPAÑOLA LUNA PRESENTO
SU PELICULA YO PUTA, en el festival de cine independiente de Tribeca.
Se trata de un proyecto "muy personal", cuyos derechos vendió ya
en 65 países.
La
joven cineasta, de 31 años, con una sonrisa permanente, no puede
ocultar su satisfacción por el éxito cosechado con su segunda
película, que mezcla ficción y realidad para describir el
espinoso mundo de la prostitución, tanto de lujo como de "bajos
fondos".
"Al principio teníamos miedo por el título,
sobre todo en un país como Estados Unidos donde hay una fuerte doble
moral sobre el sexo y sobre la prostitución, pero al final aceptaron
dejarlo y creo que es una idea muy acertada", dijo Luna en entrevista.
En la cinta, rodada en inglés, intervienen las
actrices estadunidenses Daryl Hannah y Denise Richards, y el portugués
Joaquin de Almeida, junto con una veintena de prostitutas, proxenetas,
actrices porno y clientes reales que dan testimonios de primera
mano.
"Es más la gente a la que la película puede
atraer que la que la rechace; además es bueno decirle al espectador
qué es lo que va a ver", dijo la cineasta, que vive entre Madrid
y Los Angeles y que debutó con la cinta Stranted, también
en inglés.
La película mezcla técnicas de cine y video,
con efectos digitales que hacen más dinámica la narración
de la historia, sobre todo la parte de ficción. Las protagonistas
verdaderas de la trama, una docena de prostitutas de todos los niveles,
cuentan sus experiencias personales, con todo detalle, en el ejercicio
de esta profesión, que para Luna "no tiene nada de positivo".
También se mete en el mundo de la pornografía,
con testimonios de actrices y directores, y ofrece la visión de
los proxenetas y los clientes que requieren los servicios de las sexoservidoras.
La parte de ficción cuenta cómo una joven
y guapa estudiante de universidad (Richards) se introduce -para hacer frente
a las deudas contraídas por sus estudios- en el mundo de la prostitución
de lujo gracias al consejo y ayuda de su vecina (Hannah) que se dedica
a ello.
"La primera en aceptar el papel fue Daryl, y una vez que
estaba en el proyecto fue más fácil contratar a Denise, pero
algunas actrices conocidas de Hollywood rechazaron la oferta por no querer
ver su nombre relacionado con este asunto", señaló Luna.
La directora reconoció que el tema es "arriesgado"
y que suscita "polémica", ya que casi todo el mundo "ha tenido,
de una forma u otra, relación con la prostitución; es algo
que se sabe que existe, que se ve en las calles".
No obstante, para ella fue todo un reto, "por ser mujer
en un mundo dominado por hombres y porque tratándose de sexo todo
es muy complicado y difícil, la sociedad es hipócrita. Hice
la película con respeto, para no herir la sensibilidad de nadie",
precisó.
Duro, lograr testimonios
Reconoce que "fue muy duro lograr los testimonios que
aparecen, tuve que entrar en contacto con chulos (proxenetas), ir
a clubes, y pasé algunos malos ratos, también al principio
me costaba trabajo preguntar cosas tan personales. Ahora soy experta en
el tema".
Sobre el éxito de la cinta, que se presentó
este fin de semana en el recién clausurado festival de cine de Tribeca,
en Nueva York, Luna señala que la clave es "que cuento cómo
es el mundo de la prostitución, con sus luces y sombras, de primera
mano, con testimonios reales.
"El espectador sabe que lo que tiene delante es verdad,
es gente real, están viendo una historia creíble. Además,
he intentado no juzgar, presentar los hechos como son, que el público
saque su propia conclusión", dijo.
Luna concluyó: "No vale la pena entrar en este
mundo, no hay nada positivo ni siquiera si la ejerces de forma voluntaria.
"Lo que más me llamó la atención
son las prostitutas de lujo, que eligen conscientemente dedicarse a esto
para ganar mucho dinero. No lo entiendo", indicó.
"También me he dado cuenta de que no vale de nada
hacer el papel de salvadores que muchas veces nos queremos realizar. Hay
mucha gente que se dedica a la prostitución y no la quiere dejar.
A pesar de su miseria lo prefieren a otros trabajos, y hay que respetarlo",
agregó.
|