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México D.F. Martes 11 de mayo de 2004
Marco Rascón
El eje de los tontos
Como en el mar... el escándalo grande se come al chico. Pero en relación con Cuba y México en tiempos de Fox, el contenido se podría explicar con la forma: mientras Fox en aquella conversación telefónica le hablaba de tú con evidente falta de respeto para que Bush supiera como trataba él a "Castro", Fidel nunca le dejó de hablar de usted, pues pese a la prepotencia, las tonterías y lo insultante de la conversación telefónica, Fox era el representante del país.
Hoy, la internacionalización del escándalo ha corroborado el fondo de la corrupción en México: que la política exterior mexicana se convirtió en un ingrediente más de la política interna de Estados Unidos y, peor aún, parte del equipo de campaña de George W. Bush. La iniciativa de agresión del gobierno foxista contra Cuba se hizo parte no sólo de la campaña de la Casa Blanca, sino también un apéndice de la política del gobierno estatal de Florida y más concretamente de los intereses de Miami y el hermanito de Bush en busca de votos fraudulentos y anticubanos.
Fox en tres años de gobierno sí ha dado muestras de decrepitud, lo cual establece que a un buen o mal gobierno no lo hace el tiempo en el que los gobernantes permanecen, sino el carácter de lo que representan. ƑPor qué se ve al foxismo como un gobierno decrépito pese a ir a la mitad de su mandato? ƑNo es acaso la tontera un síntoma de la decrepitud? ƑPor qué a Fox se le cayeron los dientes y apenas si puede hablar, hilar frases coherentes? ƑQuién envejeció a Fox? ƑEn verdad creyeron que los mexicanos saldrían a la calle a festejar una ruptura con Cuba?
Tanto Creel como Derbez pasaron de intentar ser malos a verse tontos en el debate contra Pérez Roque, el canciller cubano. Es la primera vez que los mexicanos fueron a la cancha sin apoyar al equipo local y no por malinchistas, sino porque lo que Creel y Derbez lo que representaban era el fracaso de Bush, la locura contra Cuba y el delirio por la relección con el voto anticubano de Florida.
No obstante, resultó más eficiente como chantajista la tía Catalina Creel, con su parche en el ojo, que el sobrino Santiago, el cual por primera vez dejó el aire de "decencia" para pelar los dientes contra "Castro", haciendo el ridículo papel del coyote contra el correcaminos. Fox y Creel coinciden plenamente con la idea conservadora estadunidense: "el problema no es Cuba, sino Castro". Desde Kennedy hasta Bush, la derecha estadunidense viene sosteniendo que "Castro" es el problema, sin pararse a reflexionar un minuto que tras Fidel existe un proyecto no sólo de soberanía y doctrina independentista cubana, sino latinoamericana. Fidel es una voz de los pueblos del mundo en las cumbres de los poderes globales y por eso en los tiempos recientes su sola presencia anula a los que acuden en actitud de sometimiento y, pese a todos, es la referencia que representa en las cumbres a los pueblos excluidos.
En ese contexto, frente a Cuba, las falanges panistas se descubrieron. Fueron a Cuba disfrazadas de una derecha liberal con intención nacionalista, pero bastó llegar a la presidencia para que saliera a flote la política del odio derechista, agresora, ignorante y pro imperialista.
Durante el debate del canciller cubano y Creel-Derbez, Fidel demostró: el nivel y capacidad de los diplomáticos cubanos, su juventud y el tamaño de las convicciones, frente a dos alegres compadres, señoritos, agresivos y tontos, sin convicción nacional, sin argumentos, rodeados de intereses mezquinos y lanzados a la arena por un Fox que tiene pavor a cualquier diálogo con Fidel.
Tanto Fox como el panismo y la derecha empresarial no se dieron cuenta de que el alineamiento de México a Estados Unidos en el caso de Cuba siempre ha tenido malos resultados, pues el aplauso de Miami y de la derecha estadunidense constituye una afrenta en lo interno. Los priístas tuvieron el instinto de mantener la relación con Cuba y un papel de neutralidad, pues eso les daba presencia en el frente latinoamericano y era base para definir nuestra frontera y soberanía frente a Estados Unidos, aun cuando los priístas utilizaron la tortura y pretendieron explicar el movimiento de 1968 como una "conjura de Moscú y La Habana" pero aun así, en el marco de la guerra fría, jamás se les ocurrió tocar las relaciones con la Cuba revolucionaria.
Si para Estados Unidos, Fox y Creel el problema es "Castro", esto no es objetivo de México ni en su presente, ni para su futuro. El objetivo de aquéllos es ya su propia derrota, pues es obvio que no pueden ir hacia el rompimiento definitivo, pero tampoco pueden quedarse en la situación como hasta ahora y, por tanto, sólo queda que el panismo, el foxismo y la derecha reconozcan que deben dar marcha atrás y restablecer plenamente la relación diplomática que es una convicción del pueblo mexicano y no propiedad del gobierno.
Junto al eje del mal ha surgido el eje de los tontos, y Fox, Creel y Derbez son quienes lo representan. [email protected]
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