.. |
México D.F. Lunes 10 de mayo de 2004
José Cueli
Cante y toreo en ronda
"šAy de ronda!
"Ronda de piedra dormida,
hermética y angulosa,
con cien capotes bordados
sus azoteas adorna;
con falsetas de sonata
va cantándonos su historia
mientras hunde sus veletas
en el toro de la aurora
š Ay de ronda!"
|
Así cantaba el poeta andaluz Martínez Remis, al igual que este sábado, en la famosa plaza, el cantaor Manolo Sanlucar a Javier Conde, el torero gitano, al tiempo que bordaba el toreo, sobre el ruedo moruno, en que toreo y cante se hermanaron. "En sus tercios uno y otro tenían los mismos arrestos; al cantar por alegrías, en el arte de Chicuelo". Era el pase natural de Javier Conde, vestido de corto, en festival flamenquero, remembranza de la poesía de don Manuel Molina Peña:
"Pase natural, lo grande;
esencia del cante viejo,
de solea, martinete, debla...
o un tiento gitano bueno".
|
Pugnaba en el torero gitano, la música en los nervios para prestarle cierta vibración lírica. Traducía en su quehacer torero no sólo lo que los ojos veían y sus oídos escuchaban, sino lo que su espíritu sentía al ritmo del romance entre el toreo y el cante flamenco. Deletreaba los pases un Conde por el modo de sentir el juego de la vida muerte, recreándose al llevar el toro hacia adentro con mucha torería. Búsqueda viva de un origen inencontrable. Emoción que ahogaba y daba aire a una fiesta brava -tan flagelada últimamente- opuesta a la muerta mecánica de la moderna cotidianidad.
šAy de ronda!
|