México D.F. Lunes 10 de mayo de 2004
Amor eterno, Cielito lindo y Las
mañanitas, broche de oro del festejo, que reunió a 50
mil
Tania, Guadalupe y Marco Antonio cantan en el Zócalo
para homenajear a las madres
ARTURO CRUZ BARCENAS
Amor eterno es el que se siente sólo por
una madre, expresó el cantante Marco Antonio Muñiz, cuando
al final del concierto en el Zócalo, el pasado sábado, tras
pertinaz lluvia que hizo a algunos guarecerse en los portales de los edificios
que enmarcan la plaza, cantó Las mañanitas a coro
con Tania Libertad y Guadalupe Pineda.
Rodeado de las bellezas que cantan música latinoamericana
y tradicional mexicana, estuvo en el concierto organizado por el programa
Dfiesta del gobierno del Distrito Federal, en homenaje adelantado
a las mamás en su día, que se celebra hoy.
Ante
unos 50 mil asistentes, los tres intérpretes desgranaron lo mejor
de su repertorio. Abrió el recital Tania Libertad, quien hizo un
recorrido musical con composiciones de José Alfredo Jiménez,
que las mamás asistentes aplaudieron en compañía de
sus seres queridos. Una pausa con Ojalá, de Silvio Rodríguez,
que se escuchó aderezada con el ritmo peruano característico
de la cantante. Las mamás no resistieron estar de pie mucho tiempo
y los hijos les compraron bancos para que se sentaran. Así disfrutaron
Por debajo de la mesa, de Armando Manzanero.
En las dos pantallas, una con más definición
en el color, se pudo apreciar mejor el rojo carmesí en los labios
de Tania, de quien se dijo tiene una capacidad que le permite cantar tres
horas seguidas sin mostrar cansancio en la voz.
Siguió con Voy a apagar la luz, de Manzanero.
El tema es bluseado y, por lo tanto, sensual. La masa, de Silvio
Rodríguez, pegó en personas que recordaron los días
de ideas y definiciones políticas.
Prosiguió con Deja que salga la luna, de
la que Tania ha dicho que es la que más le gusta de José
Alfredo. Puro sentimiento. Brillan sus ojos café claro. Cierra con
el veracruzano tema de La bruja. Encore: Gracias a la
vida, de Violeta Parra, que la ha definido por su gran interpretación.
A capella, Alfonsina y el mar, que provocó
un silencio de gran respeto y admiración. Tania demostró
su capacidad y control.
Subió Guadalupe Pineda y cantaron juntas El
unicornio azul, de Silvio Rodríguez. A capella, siguieron
con Para vivir, de Pablo Milanés.
Se quedó sola Pineda y saludó a su mamá,
que la veía desde un balcón. Para ella y todas las mamás
cantó Ave María. Un cambiazo con Vereda tropical,
de Gonzalo Curiel. "Está hecha una varita, ¿verdad?", comentó
una dama instalada en primera fila, detrás de la valla.
El repertorio de Pineda, vasto, fue de Fina estampa,
de Chabuca Granda, a "la magia de los encuentros", con Coincidir,
que hizo famosa el grupo Mexicanto.
Después Jacinto Cenobio, de Pancho Madrigal,
que trajo a la memoria los días en que formaba parte del grupo Sanampay,
en el que también estuvieron Eugenia León y Caíto.
Fue con Todo cambia. Preguntó quiénes iban con su
mamá. Cientos alzaron la mano.
Un popurrí de clásicas de José Alfredo
y otro de Alvaro Carrillo, y uno más de Los Panchos y Los Tres Ases.
Cantó Te amo (Yolanda), que la hizo famosa. Entró
el mariachi Gama Mil y la noche fue de fiesta. Muchas madres sostenían
ramos de flores, globos o muñecos de peluche. Algunos esposos o
vástagos se han lucido y les han comprado una tostada con nopales
y frijoles untados, o un elote con crema o mayonesa.
A las 22:10 subió Marco Antonio Muñiz, quien
con Lupe cantó No me quieras tanto y Mucho corazón.
Es la tercera presentación del cantante en el Zócalo, "y
espero que haya muchas más". El pianista Pedro Plascencia dirigió
la orquesta.
Parejas o mujeres solas bailaban. Les gustaron las de
Alvaro Carrillo, Cancionero. Llovía y muchos se dispersaron.
Salieron los paraguas. Los vendedores de impermeables hicieron su agosto
y el panorama se pintó de amarillo y azul. Un popurrí de
composiciones de Pedro Flores, un tema de César Portillo de la Luz,
hasta la sentida Perdón, y la consabida Lamento borincano,
de Rafael Hernández.
Subió Tania y a dúo interpretaron Alma,
corazón y vida y Amarraditos. Siguió con Quiero
abrazarte tanto, de Víctor Manuel San Juan. Cerró con
sus mejores éxitos: Que murmuren, Escándalo,
El despertar, La Vikina, Por amor. A las 23:30 todo
pareció acabar, pero con Tania y Guadalupe cantó Amor
eterno, el himno de Juan Gabriel dedicado a las mamás. Todo
concluyó con Cielito lindo y Las mañanitas.
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