México D.F. Lunes 10 de mayo de 2004
Esta semana lanza un plan para enfrentar la
crisis
El Estado argentino recuperaría la regulación
de la energía
AFP
Buenos Aires, 9 DE MAYO. El
gobierno argentino lanzará esta semana un plan de energía
para enfrentar la grave crisis que atraviesa el país y que considera
la creación de la empresa Energía Argentina SA (Enarsa),
con la cual el Estado pretende recobrar su papel regulador, luego de las
privatizaciones realizadas durante la década pasada.
El acto de lanzamiento, que está previsto para
el martes, estará encabezado por el presidente Néstor Kirchner,
quien el fin de semana ultimó los detalles del plan con miembros
de su gabinete tras un viaje por Estados Unidos.
Según el jefe de gabinete, Alberto Fernández,
el programa resolverá ''definitivamente'' la crisis energética,
y sus medidas y obras se extenderán hasta 2007.
Kirchner está preocupado por las repercusiones
internacionales de la crisis, que ya obligó a restringir envíos
de gas a Chile y de electricidad a Uruguay, además de que provocó
diferencias con Paraguay, pero también por el impacto que puede
tener en el humor de los ciudadanos, que están preocupados por los
eventuales cortes programados que afectarán sus domicilios.
Para paliar la crisis, un buque venezolano ancló
el fin de semana en la costa atlántica de la provincia de Buenos
Aires, cargado con 51 mil toneladas de fuel oil, que constituyen el primer
cargamento de combustible resultado del acuerdo firmado en abril entre
Buenos Aires y Caracas.
Las autoridades argentinas dispusieron recortes en la
provisión a las industrias, lo que motivó problemas en varias
provincias donde los obreros están montando guardia para evitar
que las distribuidoras interrumpan el fluido, y ello provoque suspensiones
o despidos de mano de obra.
El punto central del plan será la creación
de la empresa pública Enarsa, que también tendrá accionistas
privados y se asociará con las estatales Petrobras (Brasil) y Petróleos
de Venezuela (PDVSA).
La compañía tendrá un área
dedicada al petróleo, otra para distribución y transporte
de gas y luz, y otra para gasoductos, dejaron trascender fuentes oficiales.
El objetivo es que la empresa le sirva a los funcionarios
como fuente de información para comparar con las privatizadas y
así conocer sus verdaderos costos, pero también encarará
proyectos de obras públicas, en especial la construcción
de gasoductos.
Además, el proyecto considera la ampliación
y construcción de gasoductos, la elevación de la cota de
la represa argentino-paraguaya de Yacyretá y el lanzamiento de las
obras de fideicomiso del gas.
La construcción de las redes de transporte de alta
tensión y la finalización de la discusión por los
contratos de las empresas privatizadas, constituye uno de los frentes más
conflictivos del gobierno.
Las empresas reclaman un ajuste de tarifas, ya que consideran
que existe un importante atraso desde el abandono de la paridad cambiaria
en 2002, luego de 11 años de convertibilidad.
Pero Kirchner se resiste y argumenta que las empresas
no han efectuado las inversiones comprometidas en los contratos de concesión
y que, de alguna manera, ocasionaron la falta de infraestructura que explica
la crisis actual.
De todos modos, las autoridades admiten que el vigoroso
crecimiento económico después de varios años de recesión
y que en 2003 resultó de 8.7 por ciento, originó un aumento
de la demanda que explica en parte la crisis.
El gobierno apeló a la solidaridad de países
exportadores de petróleo como Venezuela, y de gas como Bolivia,
para hacer frente al problema.
Con Bolivia, Kirchner firmó un acuerdo para la
provisión de gas durante seis meses, pero con la condición
de que el fluido no sea vendido a Chile.
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