México D.F. Domingo 9 de mayo de 2004
Exposición de Gilly en seminario sobre las izquierdas
Aún en formación, movimientos subalternos en América Latina
JOSE GALAN
Los movimientos de los subalternos que utilizan métodos de lucha como cortes de ruta, trabajo comunitario, comités de vecinos y asambleas de barrio ya no buscan como interlocutores a los propietarios, la antigua patronal industrial y comercial de la época del pleno empleo, afirmó Adolfo Gilly, en un texto enviado al seminario Las izquierdas en México y en América Latina.
Agregó que estos movimientos interpelan directamente al Estado y no le demandan ayuda asistencial para el desempleado, sino planes de apoyo familiar o individual para actividades productivas, por precarias o minúsculas que estas puedan ser, que permitan a la figura activa del trabajador y a su subjetividad no deslizarse hacia la situación pasiva del desempleado.
"Esta interpelación directa al Estado, y no a los propietarios, en las guerras del agua y del gas en Bolivia; en los movimientos piqueteros en Argentina; en el Movimiento de los Sin Tierra, en Brasil, y el movimiento zapatista en Chiapas, tienen en sí mismos una capacidad generalizadora, que los lleva irresistiblemente al terreno de la política nacional como campo de acción y de definición de la política de los subalternos", añadió.
Gilly mencionó también a los ahora calificados como "populistas-radicales": Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Evo Morales, Felipe Quispe, Tabaré Vázquez y hasta el mismo Luiz Inacio Lula, a quien se rodea y corteja pero en quien no se confía. Es un intento de clasificación provisional de objetos y sujetos políticos, aún no bien identificados y no ubicables dentro de los parámetros precedentes. Se trata, continuó el texto, de movimientos, de representantes y dirigentes cuya identidad aún está en formación, tanto como lo están las fuerzas sociales en las cuales se apoyan o buscan hacerlo.
Gilly sostuvo que en una situación marcada por la indeterminación y la turbulencia, el dominio de lo simbólico adquiere una importancia desmesurada a la hora de las primeras definiciones provisorias para los de arriba y los de abajo: las relaciones con Cuba; las críticas al Fondo Monetario Internacional y a Estados Unidos; las fotografías en los aeropuertos brasileños a visitantes estadunidenses; la negativa a la inspección de plantas de uranio; el retiro de los retratos de los jefes represores y el destino de la Esma a ser Museo de la Memoria.
Todas estas medidas no alteran la relación sustancial de dependencia con respecto al FMI y a sus dictados, pero se inscriben como un intento temprano y provisorio de construcción de una eventual nueva hegemonía, cuyos elementos y equilibrios no están bien precisados, ni podrán estarlo sin pasar por la prueba práctica de los conflictos en las sociedades.
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