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México D.F. Jueves 6 de mayo de 2004
Cuauhtémoc Cárdenas
PRD: 15 años
Se cumplen en esta fecha y se conmemoran 15 años
de la constitución del Partido de la Revolución
Democrática (PRD), nacido de la movilización popular que
desde 1987-88 revitalizó la lucha por el respeto al voto y por el
tránsito hacia un sistema político y una convivencia social
efectivamente democráticos.
Esta fecha es ocasión para reconocer que la
contribución más importante para el cambio democrático
y el respeto a los derechos de la gente, en los años transcurridos
desde que se llamara a su formación, la ha dado el PRD, y es
ocasión también para reconocer que frente a estos
indiscutibles avances, en sentido contrario y debido a causas diversas,
como la hostilidad oficial y la flaqueza política y ética de
algunos militantes, el PRD atraviesa en el momento presente por una
profunda crisis, golpeado por el oportunismo, la práctica clientelar
y el sectarismo.
Es ocasión, sobre todo, para renovar el
compromiso de mantener vivo el ideal e intensa la lucha por las causas a
las que se entregaron aquellos compañeros que perdieron la vida en
el camino, asesinados impunemente por detentadores y defensores de
privilegios ilegítimos, beneficiarios de la corrupción y de
la propia impunidad. Es ocasión, también, para recordar
舑de la mejor manera posible, que es siguiendo su ejemplo舑 a
compañeros de lucha que ya no están físicamente con
nosotros: a Heberto Castillo, a Valentín Campa, a Benita Galeana, a
Manuel Marcué.
Es ocasión, igualmente, para que cada uno de los
militantes del partido 舑y sobre todo, quienes tienen una
responsabilidad de dirigencia o de gobierno, y quienes, como yo, por
cualquier razón, hemos contado con la confianza de otros
compañeros舑 asuma y defina públicamente sus posiciones
frente a los grandes problemas nacionales, sin eludir este compromiso, que
es fundamental para que tanto los miembros del partido como la
ciudadanía en lo general tengan claridad respecto a cómo y en
razón de qué se actúa, a quién en realidad se
escucha y, en su momento, qué banderas se enarbolan y se siguen.
Eludir hacerlo, adoptando una actitud oportunista, será faltar a la
lealtad que se debe a la gente y a los demás compañeros,
así como faltar al compromiso que se tiene con el país y con
el partido mismo.
Este aniversario llega en momentos en que el PRD tiene
por delante el difícil reto de su reposicionamiento como el partido
que la ciudadanía considere el más apto para conducir al
país y dar adecuada solución a sus problemas. Llega cuando el
país se hunde, aún más, en la severa crisis que dura
ya un cuarto de siglo, situación a la que lo ha arrastrado el
gobierno actual con su abyección entreguista y antipopular.
Hacia su interior, el partido tiene la tarea ineludible
de barrer y deshacerse de los oportunismos, las actitudes sectarias, las
prácticas clientelares, el burocratismo parásito y todo asomo
de corrupción, que se han apoderado de algunas de sus estructuras
importantes y de algunos de sus mecanismos de decisión. Esos
problemas están identificados. Los miembros del partido los
conocemos, sobre todo sus dirigentes, actuales y pasados. De no enfrentarse
con decisión, no sólo se faltará a una
obligación, sino que el partido seguirá en el proceso de
achicarse moral y éticamente, en su influencia política, su
militancia e implantación territorial.
El partido no puede vivir en las contradicciones. Hoy
se está viviendo un caso que exige inmediata definición: el
Partido Acción Nacional ha aplaudido y apoyado la decisión
del Presidente de la República de retirar a la embajadora de
México en Cuba y de demandar la salida del embajador de Cuba de
nuestro país, en un acto de claro alineamiento con la
política intervencionista y de sojuzgamiento del gobierno
estadunidense.
El sentir mayoritario en el PRD, coincidente con el del pueblo mexicano, es contrario a esa
decisión, que se inscribe en la política de sometimiento y
entrega del gobierno foxista al dictado de los intereses que hoy dominan
finanzas y política en Estados Unidos. Frente a este caso 舑al
que bien pueden agregarse otros enfrentamientos en temas
fundamentales舑 ¿va a seguir respaldando el PRD a candidatos de
Acción Nacional o manteniendo coaliciones electorales con ese
partido? De hacerlo ¿cuál es la posición ética
y políticamente correcta: la del PRD o la del PAN? De hacerlo
¿qué se le va a decir a la gente para no retirar el respaldo
o no salir de la coalición?
Y tocando el tema del retiro de embajadores,
además de tratarse de una decisión que contraviene el
espíritu del mandato constitucional del gobierno mexicano de agotar
el diálogo antes de tomar cualquier medida extrema, en la
búsqueda de solución a las controversias internacionales, y
que va en contra igualmente del sentir mayoritario de los mexicanos,
debilita a nuestro país en el contexto internacional, al hacerlo
perder relaciones que le daban un mejor equilibrio geopolítico,
tornándolo más dependiente, débil y vulnerable frente
a la potencia hegemónica que es Estados Unidos, que ha reiterado su
decisión de ir desmantelando al gobierno cubano con acciones que
erosionen sus defensas políticas, sociales, culturales,
económicas, para llegar, en caso necesario, en un escenario que no
debiera descartarse, a una agresión armada como las emprendidas
contra Afganistán e Irak, que se mantienen como heridas abiertas en
un mundo anhelante de paz y de progreso. El gobierno de México no
debiera prestarse a servir como peón de brega y como Caín en
esta injusta e inhumana pretensión de la soberbia de Bush.
Es preciso, entonces, exigir con la máxima
energía a Vicente Fox que reconsidere y revierta su decisión
de la noche del 2 de mayo pasado, que tanto daña a nuestro
país en sus intercambios económicos, culturales, educativos,
así como en sus inversiones, y dé los pasos necesarios para
normalizar las relaciones entre los gobiernos de México y Cuba,
devolviéndolas al nivel y condición de relaciones entre dos
pueblos que a lo largo de una historia común han compartido y
comparten una amistad inquebrantable.
Por otro lado, el partido debe buscar su
reposicionamiento planteándose como un partido de ideas y con ideas,
donde las pugnas por cuotas y recursos, que en los últimos tiempos
han dominado su vida interna, no vuelvan a verse más; como un
partido de propuestas, que aliente la discusión constructiva, en el
que no tengan cabida nunca más ni unanimidades ni
incondicionalidades impuestas, cuyos miembros trabajen para hacerlo crecer
ganando la confianza de nuevos militantes y recuperando la de aquellos que
al correr del tiempo, debido a las confrontaciones entre corrientes y a las
exigencias de parcialidades, se distanciaron del PRD. De seguir los grupos
aferrados a pequeñeces y mezquindades, de seguirse imponiendo el
sectarismo y el oportunismo, si el partido no lleva ante sus órganos
de garantías y de dirección a los militantes que se han visto
involucrados en reprobables e indignantes actos de corrupción, para
que expliquen, rindan cuentas y partidariamente respondan de su conducta
舑más allá de las acciones judiciales a las que la ley
los conduzca舑, el partido, representado en sus dirigencias, no
recuperará credibilidad ante la ciudadanía ni ante sus
propios miembros, seguirá fuera de la discusión
ideológica y de la elaboración programática,
reduciendo su militancia en lugar de acrecentarla, y cerrándose cada
vez más oportunidades de progreso partidario y de servicio a la
nación.
El reposicionamiento del partido pasa por lanzarse con
decisión al esfuerzo de superar la crisis del país,
contribuyendo a generar un amplio movimiento de regeneración, que
vaya más allá del PRD y, sin que pretenda hegemonías,
cruce por los partidos políticos, las organizaciones sociales y la
ciudadanía misma, que se constituya en el gran colectivo nacional
que dé plena vigencia a la Constitución, rescate el ejercicio
de la soberanía nacional, garantice la soberanía
energética, dé cumplimiento cabal a los acuerdos de San
Andrés, haga realidad el reclamo de nuestros migrantes por contar
con derechos plenos como mexicanos, impulse una educación
pública integral, laica, gratuita y de calidad, recupere las
capacidades productivas del campo y asegure la autonomía
alimentaria, garantice una justicia recta y expedita, así como el
respeto y promoción de los derechos de la diversidad, desarrolle una
economía sustentable, con crecimiento sostenido y equidad
distributiva, estimule la creación y divulgación de la
cultura y luche por un orden mundial equitativo y justo y por la
integración política y económica de los pueblos y
naciones de América Latina y el Caribe.
Será mediante la promoción de una amplia
toma de conciencia y una vasta e intensa movilización plural, que
por mucho trascienda al partido, con propuestas sólidas, buscando
las coincidencias, respetando principios, manteniendo congruencia, tejiendo
con sensibilidad e inteligencia una extensa red de acuerdos y alianzas
sociales y políticas, y devolviendo al partido su condición
perdida de partido-movimiento, como podrá enfrentar con éxito
los retos y cumplir satisfactoriamente los compromisos que hoy tiene por
delante.
Para alcanzar estos fines se requiere que los miembros,
que son quienes dan base y sostén al partido, recuperen de manera
efectiva su conducción, restauren la vigencia de una fraternal
democracia interna, respetuosa de los principios para tener y, en su caso,
acrecentar autoridad moral hacia adentro del partido y hacia la sociedad.
Es preciso, entonces, convocarnos para actuar en
consecuencia, para que la militancia de base, real y combativa, desborde a
quienes han llevado al PRD a la situación de degradación en
la que se encuentra, para que esa militancia se sume y fortalezca los
esfuerzos que desde distintos ámbitos de militancia y dirigencia
partidarias se han venido haciendo por la regeneración y el
crecimiento del partido.
Veamos con optimismo hacia delante, hagamos a un lado
las actitudes personalistas, actuemos con patriotismo, responsabilidad y
desprendimiento, pensemos en grande y hagamos compromiso, como colectivo e
individualmente, con las causas de México y de su pueblo, con los
principios que dieron vida, hace 15 años, al Partido de la
Revolución Democrática.
México, Distrito Federal, 5 de mayo de 2004
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