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México D.F. Domingo 2 de mayo de 2004

El sobrepeso podría tener orígenes genéticos, aseguran en un congreso en Berlín

En dos décadas, la obesidad será un problema mundial: expertos

 La cifra de diabéticos rebasa expectativas de los analistas; hay casi 200 millones de enfermos

Angeles Cruz/I enviada

Berlin.  Pasar de la postura encorvada a la vertical le tomó al ser humano 25 millones de años; transcurren apenas 50 para tener una figura protuberante y no más de una década para permanecer sentado la mayor parte del tiempo y convertir al sobrepeso y la obesidad en uno de los más graves problemas de salud pública, que afecta actualmente a una tercera parte de la población mundial, principalmente en los países en desarrollo.

Por cada dos horas adicionales que una persona pasa frente al televisor incrementa su peso corporal 23 por ciento y 14 por ciento el riesgo de desarrollar diabetes mellitus. Esta enfermedad representa la primer causa de mortalidad en varias naciones, incluida México.

El binomio obesidad-diabetes y otras afecciones asociadas, como la hipertensión arterial, las dislipidemias y los males cardiovasculares fueron el centro de la discusión que más de 300 médicos tuvieron durante el Congreso Mundial de Obesidad celebrado en esta ciudad.

Y no es para menos, pues según los datos aportados por los especialistas, el sobrepeso y la obesidad están presentes en prácticamente todos los países, principalmente entre las mujeres. Philip James, presidente de la Fuerza de Tarea sobre Obesidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que 46 por ciento de la población femenina en el norte de Africa y las naciones asiáticas presentan esta condición, así como 42.1 por ciento de las europeas y 35 por ciento de las latinoamericanas.

Un signo de alarma lo constituyen los resultados obtenidos en diversos estudios realizados entre la población infantil, según los cuales en Europa entre 10 y 24 por ciento de los niños de 10 a 14 años de edad tienen sobrepeso u obesidad. En Alemania, 11 por ciento de niños y 13 por ciento de niñas están excedidos de peso, mientras que 2.8 por ciento es obeso.

Mientras tanto, una investigación desarrollada en China detectó el incremento en la prevalencia de diabetes entre los adolescentes. De 7.3 por ciento que se registró entre 1976-1980, aumentó a 12.1 entre 1981-1985 y se ubicó en 13.9 por ciento entre 1991-1995.

Otra investigación que incluyó a los infantes de China y Reino Unido, divulgada en el congreso organizado por laboratorios Roche, detectó que los niños obesos de cuatro a 10 años de edad presentan alteraciones orgánicas: 25 por ciento tiene dislipidemia, 25 por ciento presentó intolerancia a la glucosa y 4 por ciento reportó diabetes.

Julian Shield, investigador del Hospital Infantil Bristol Royal,      del Reino Unido, llamó la atención sobre esta problemática, pues de no combatirse la obesidad, desde la infancia, en las próximas  dos décadas habrá un grave un problema de salud, afirmó.

Según el especialista, los niños que son obesos entre el primer y segundo año de vida tienen 8 por ciento de riesgo de continuar con esta condición física en edades posteriores. Entre los niños de 10 a 14 años, el porcentaje es de 14 por ciento; pero si la obesidad está presente durante la adolescencia, la posibilidad de que se mantenga en la edad adulta es de 73 por ciento.

Hay 194 millones de diabéticos en el mundo

El sobrepeso y la obesidad dejaron de ser cuestión de estética para convertirse en tema de salud pública, sobre todo por su estrecha relación con el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas, entre ellas la diabetes, la hipertensión arterial y los males cardiovasculares, principales causas de mortalidad a escala mundial.

Rhys Williams, vicepresidente de la Federación Internacional de Diabetes, informó que este padecimiento afectaba en 2003 a 194 millones de personas (5.1 por ciento de la población mundial). Esta cifra rebasó las previsiones hechas a mediados de la década de los 90, cuando los expertos plantearon que en los primeros años del siglo XXI habría 154 millones de diabéticos.

Los nuevos cálculos dados a conocer en el Congreso Mundial de Obesidad indican que de continuar la actual tendencia, para 2025 el número de enfermos aumentará más de 70 por ciento, para situarse en 333 millones, es decir, una prevalencia de 6.1 por ciento.

La situación más grave de lo que se ha dado en llamar 舠diabesidad舡 ocurre en países como Estados Unidos, donde únicamente 12 por ciento de las personas tiene el peso ideal, debido, sobre todo, a los malos hábitos alimentarios y el consumo excesivo de grasa.

Philip James advirtió que un individuo que incremente su peso corporal de 72 a 76 kilos en un periodo de 10 años, aumentará de 49 a 65 por ciento la presencia de diabetes en el mediano plazo.

Estimaciones recientes indican que si se asume una esperanza de vida de 78 años para la población en general, para un individuo de 20 años de edad obeso, ese indicador se reduce 13 años con respecto      de quienes mantienen un índice de masa corporal adecuado.

En el encuentro internacional, James resaltó que los factores genéticos, culturales y sociales predisponen al sobrepeso y la obesidad. Sobre este punto, el profesor Johannes Hebebrand, investigador de la Universidad Philipps, de Marburg, Alemania, informó sobre los resultados de algunos estudios, cuyo objetivo ha sido encontrar las variaciones genéticas responsables del sobrepeso. Uno de ellos, realizado entre mujeres suizas obesas, detectó que la deficiencia de la proteína adiponectina produjo resistencia a la insulina, lo que originó aumento de peso, así como elevación de los niveles de colesterol.

Algunas otras investigaciones han encontrado diversas mutaciones génicas a las que también se les atribuye el exceso de peso en las personas. Sin embargo, admitió que lograr mayor precisión en el tema requiere de más ensayos y, sobre todo, que éstos se lleven a cabo entre diversos grupos étnicos.

Para los científicos resulta de particular importancia la situación de Estados Unidos, donde se calcula que diariamente las personas consumen, en promedio, tres hamburguesas y cuatro raciones de papas fritas. De ahí que 62 por ciento de los estadunidenses padecen sobrepeso u obesidad.

Este problema de salud pública, que ya es considerado epidemia, se extiende a Europa y Australia. En América prevalece un fenómeno similar. En el caso de México, la información oficial señala que la tercera parte de la población tiene sobrepeso u obesidad, y hay reportes que aseguran que los mexicanos están genéticamente predispuestos a desarrollar diabetes.

Necesarias, acciones conjuntas y cambios a las leyes

Es tiempo de actuar. Con esta frase inició su participación en el Congreso Mundial de Obesidad el profesor Rhys Williams, vicepresidente de la Federación Internacional de Diabetes, y subrayó la necesidad de que las acciones encaminadas a combatir la epidemia de obesidad y diabetes en el mundo se realicen de manera conjunta y coordinada entre los individuos, los profesionales de la salud, la industria y los gobiernos.

De entrada, indicó, deben identificarse a los pacientes con alto riesgo de desarrollar obesidad y diabetes mellitus tipo 2. Actualmente están disponibles mecanismos que han demostrado su efectividad para detectar a estos individuos, así como para ayudarles a reducir sus niveles de riesgo de pérdida de salud y vida.

Inclusive, apuntó, el control farmacológico de la diabetes y de la obesidad también ha mejorado en los años recientes.

Respecto a los medicamentos para reducir el exceso de peso, se informó que de cuatro años a la fecha han surgido nuevas fórmulas de comprobada eficacia y seguridad, que logran buenos resultados pero requieren la supervisión  especialistas en medicina interna y endocrinología.

En el congreso quedó de manifiesto que la dieta y el ejercicio físico son importantes en la terapia para el control de estos males, pero no son suficientes.

Los cambios en las políticas, y en algunos casos de la legislación, son necesarios para lograr la reducción del riesgo de enfermedad entre la población, en particular de los niños. Williams llamó la atención para que los padres se preocupen por motivar la actividad física de sus hijos.

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